Capítulo Final (45): PARTE II

390 58 0
                                    

S07C45 PARTE II:

Donde todo a c a b a

***

El interior del camión era oscuro y lúgubre. Allí estábamos los demás, aguardando a que vinieran a socorrernos mientras escuchábamos los disparos en el exterior, y los golpeteos constantes de los zombies que habían localizado nuestra posición.

- Todo está jodido -habló Julie -. Esta vez sí está jodido...

- No - la interrumpí -. Encontraremos la manera de entrar y de salvar a Olivia.

    Aunque no estaba del todo seguro.

- ¿Qué caso tiene? -añadió.

- No hemos llegado hasta aquí para dejarnos asesinar por un simple grupo de personas.

- ¿Simple? -exclamó indignada -. ¡Tienen tecnología, armas y municiones suficientes para acabar con un país completo!

- Eso no nos detendrá, Julie -agregué, firme a mi posición.

    Entonces la joven llevó sus manos a la cabeza y se quedó en silencio.

    Fue ese el instante en que los tiros comenzaron a oírse próximos a la coraza en la que nos resguardábamos. En un principio pensé que eran soldados que venían a por nuestras cabezas, hasta que la persiana se deslizó con prisa y dejó ver el rostro sucio y manchado de la joven pelirroja.

- Vámonos, no tenemos tiempo que perder -añadió ladeando la cabeza hacia atrás y señalando a los Moe y Douglas que traían consigo el armamento.

    Y con un último esfuerzo, comenzamos a correr entre el caos y anarquía que se había apoderado de aquél trozo de hielo. Viendo a lo lejos, en dirección a Edward, a su equipo completo escabullirse entre la construcción. Ahí supuse que había otra entrada a la base.

- ¡Cuidado! -gritó Douglas viendo cómo, a toda marcha, un grupo de cadáveres comenzaba a aproximarse.

    Instantáneamente, abrimos fuego hacia ellos. Pero entre la balacera y los estallidos, Peter disparó, acabando con la vida de un civil. Al hacerlo, sus ojos se posaron en mí. Estaba congelado. Había matado a un hombre inocente.

    Rápidamente lo tomé del brazo y tiré de él, debíamos seguir avanzando sin importar las consecuencias. En momentos como ese, lo últimos que debíamos hacer era dejarnos llevar por nuestra humanidad.

- ¡El Ayuntamiento! -señalé a la construcción sin acabar.

    Dirigiéndonos hacia allí sin dejar de tirotear a los cadáveres que se nos atravesaban, acortamos la distancia lo suficiente que tuvimos que pasar por encima de las puertas bloqueadas de la plataforma para llegar del otro lado hasta nuestro objetivo. De repente, aquellas comenzaron a desplegarse lentamente y a abrirse, como si fuera a ascender nuevamente. Pero no lo harían.

- ¡Rápido! -grité con desesperación viendo que cada vez la distancia entre ellas aumentaba más y más.

    Teníamos que saltar para pasar del otro lado, de otra forma no llegaríamos a tiempo para detener a Edward y a sus hombres. Entonces lo hicimos: aguantando la respiración y corriendo con toda nuestra capacidad saltamos de una compuerta a la otra, dejando ver debajo el abismo que nos aguardaba si caíamos.

    Pero lo logramos sin problemas. Y ya en el último tramo, a punto de ingresar en el edificio, Leonard, el soldado, apareció justo frente a la puerta:

- ¡No disparen! -suplicó - ¡Yo no soy parte de esto!

- ¿¡Cómo sé que no estás mintiendo!? -exclamó Douglas apuntándole directo a la cabeza.

El Diario de Thomas J. (I)Where stories live. Discover now