Casi a las seis de la madrugada salí del cuarto de Taylor y entré al mío. No tenía mucho ánimo solo pensaba en cómo estaba Lucas y mi teléfono estaba en volumen pero nadie llamaba. ¿Había hecho bien?. Me sentía cómo una rayita y prácticamente eso era. Cogí mi teléfono y lo llamé. Seguramente ni me hablaría.
-¿Si?.- mi corazón palpito a mil por hora.-¿Waitong?.- ¡hablale!
-Si soy yo.
-Estas muerta para mi.- trague saliva. Sus palabras dolían pero sabía que no me odiaba ni yo a él.
-Lucas no quise hacerte daño, estas cosas pasan.- escuché cómo respiraba fuerte.
-Me clavastes un cuchillo y tirastes mi corazón al suelo aplastándolo con ese idiota.- me acosté en la cama
-Quiero hablar contigo en persona, no quiero que pase lo de ayer.
-No
-Por favor Lucas, dejame decirtelo todo, tengo que sentirme lo suficiente valiente para decirte las cosas
-Un no es un no Waitong.
-Se que vas a aceptar.
-Dejé de ser tu muñeco Samantha
-¿Así que crees que para mi eras un muñeco?.- cerré los ojos.
-¿Los muñecos no son para jugar?, juegan con ellos y después los tiran por qué se aburrieron.
-Dejame explicarte todo.
-Si de verdad quieres hablar conmigo debes encontrarme no pienso ir a tu casa, demasiados recuerdos me trae.- y colgó.
YOU ARE READING
¡Playboy, regálame un beso! #WOWAwards
HumorLa vida no es de color de rosas pero tu la puedes pintar- Greg Grant A continuación de ¡Playboy aléjate de mi cuarto!