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08/02/1999 – 15:40  

Mensaje enviado para: Vianey. 

Asunto: Bien, un miedo más a afrontar.

¿Recuerdas el chico que confundí con Miguel?

Pues después de pensarlo detenidamente y hablarlo por teléfono durante toda la noche, decidimos que nos queremos conocer en persona. Es imperativo que lo hagamos.

Sabes, están ocurriendo cosas raras en mí. Hasta hace unos meses creía que mi vida iba a basarse en estar recluida bajo este techo, beber té sentada en la terraza mientras observo el atardecer, hacer ese tipo de cosas que yo creía me llenaban, que me hacían sentir en paz conmigo misma. Estaba equivocada.

Cuando comencé a tener esas conversaciones con Mateo, algo fue cambiando. Al principio encolericé por creer que se trataba de una broma estúpida e infantil de Miguel, pero cuando intercambié cartas teniendo un destinatario fijo, mi mundo dio un vuelco tremendo porque volví a sonreír gracias a pequeñas e insignificantes cosas.

Es raro e increíble que poco a poco fui deseando que siguieran llegando cartas, contaba los días para ver al cartero frente a mi puerta y correr por la correspondencia; esto se tornó tan extraño que yo no pude dejar de pensar en alguna ocurrencia para decirle.

Tengo miedo y creo que ese nunca se irá. Sé que Mateo me gusta y lo confirmé el día que ese mensaje llegó al celular, el día que sentí una gran ansiedad pensando en cómo sería su voz, imaginándome cuán hermosa podría ser y las consecuencias que podría tener en mi ser; nada se comparó con lo que mi vientre, mis piernas, mi cuerpo entero sintió cuando escuché esa aspereza de su voz, ese sonido ronco que me hizo abrir los ojos como platos y pensar ¿De verdad esa es su voz? Desde ahí quedé como idiotizada.

Cada noche que hablamos, cada madrugada que nos desvelamos y cada que me envía al móvil un mensaje de buenos días, algo cambia, algo se mueve. Nunca sentí eso que llaman "lo agridulce del amor", era de la idea que es o no es, que los términos medios no valen, pero ahora no puedo evitar que mi corazón acelere su ritmo con una simple palabra suya cuando, inmediatamente, me siento caer a un vacío mientras mi corazón se oprime al saber que esto no durará mucho y no precisamente porque yo lo desee así.

El punto es que no quiero sufrir, aunque sé ya es muy tarde para arrepentirme. Me siento como en un espiral... que gira y no sabe a dónde irá a parar. Bueno sí, sí lo sé...

Atte. Selene.






Una estrella para Matt © #DLYAI 1Where stories live. Discover now