Wattpad Original
Te queda 1 parte más de forma gratuita

Capítulo 10: ¡Las hormonas saboteadoras atacan!

925K 54.8K 8.7K
                                    

Mierda.

No podía creer que le estaba correspondiendo el beso.

Mi cuerpo se había convertido en una especie de masa inútil en cuanto sus labios tocaron los míos. Era una sensación difícil de explicar. Mi cerebro estaba debatiendo entre lo mal que esto estaba, pero en lo bien que se sentía. Besar a un chico estando sobria era genial, sin importar que se tratara de West o tal vez porque se trataba de West. Realmente no tenía tiempo para tener esa discusión mental en ese momento. Necesitaba enfocarme en no dejar de respirar.

Sabía que él lo estaba disfrutando también, ya que podía notar cómo sonreía entre besos. No pasó mucho tiempo cuando quiso llevarlo al siguiente nivel y su lengua pidió que abriera mi boca para profundizar el beso.

Y eso hice.

Dios, lo admitía, admitía que esto me estaba gustando más de lo debido y quería que el beso no se detuviera. West, por su parte, no parecía querer tampoco terminarlo pronto, se encontraba absorto, sosteniendo mi rostro entre sus manos y besándome como si no hubiese mañana.

El traje que llevaba puesto de repente comenzaba a sentirse demasiado caliente.

Bien, esto tenía que parar ya.

Y como si los Dioses hubiesen escuchado mi pedido, mi teléfono comenzó a sonar en el bolsillo trasero del overol, haciéndonos dar un salto lejos del otro.

Se trataba de Chase.

—Eh... ¿dónde rayos estás? —Su voz sonaba disgustada—. Llegué hace treinta minutos a casa y me encuentro con que no estás aquí. ¿West no te dio el aventón que le pedí?

Le lancé una mirada de pánico a West, quien no captó el mensaje, ya que se encontraba demasiado hundido en sus pensamientos como para prestarme atención. Ni siquiera estaba mirándome, sus ojos parecían desorientados mientras evitaban a los míos.

Tuve que golpear con fuerza su hombro para que reaccionara.

— ¡Argh! ¿Qué te pasa? —se quejó él, mirándome sobresaltado.

—Chase. Eso pasa —mascullé, tapando el micrófono del teléfono con mi mano.

No tuve tiempo de discutirle nada cuando ya me lo había arrebatado de las manos.

—Está conmigo. —Él esbozó una gran sonrisa mientras se levantaba del suelo—. Estaba aburrida, no quería ir a casa y decidimos salir a divertirnos un rato. Todo en orden. —Puso los ojos en blanco—. Sí, me mantuve fuera de sus pantalones, hombre, tranquilízate.

Bufé con ironía.

Él se volvió hacia mí y me guiñó el ojo.

Qué tonto, Dios.

—Está bien, la llevaré a casa —rezongó con fastidio—. Bien, bien. Mierda, adiós, Chase.

Lo vi mientras colgaba el teléfono, comenzando a procesar en mi cabeza lo que acababa de pasar. Había besado a West. West Jodido Collins. Y lo había disfrutado.

Joder, esto se estaba volviendo cada vez más raro.

—Hora de ir a casa, bebé —anunció West, acercándose a mí para darme el teléfono de vuelta. Lo miré, estirando mi mano para tomar el aparato, pero antes de que eso sucediera, su brazo se retiró rápidamente.

—¿Qué haces? Dámelo —gruñí, molesta de que en esta situación, él siguiera jugando conmigo.

Él me dio una amplia sonrisa.

—Dámelo o le diré a Chase que rompiste tu promesa de mantenerte fuera de mis pantalones —lo amenacé, cruzándome de brazos.

—¿Me estás culpando por besarte? Dime, Carter, ¿quién fue la que siguió el beso? —me preguntó, sin quitar esa maldita expresión de "Esto me está matando de risa".

Me quedé paralizada durante un momento debido a su repentina pregunta. Ahora mismo, no sabía qué responder a eso. La verdad, estaba jodidamente confundida y el reciente beso no estaba ayudándome en eso de ordenar mis pensamientos.

—Yo... yo no te correspondí el beso. —Y ahí va de nuevo el tonto y ridículo vómito verbal.

Esto empezaba a hacerse una muy mala costumbre.

—Claro... y los New York Giants son mejores que los Pittsburgh Steelers —se burló West, pasando su brazo por mis hombros y guiándome hacia los vestidores—. Vamos a cambiarnos antes de que Chase te rastree con su GPS y venga a cortarme la cabeza, porque según él, estoy comportándome muy raro.

No pude ocultar que ese comentario fue gracioso.

¿Cómo podría estar más de cinco segundos molesta con estos tontos?

***

Por suerte, mi hermano no pudo alcanzar a West, ya que este me empujó fuera del auto para evitar el sermón —o quizá el golpe— que Chase tenía listo para él y no lo culpaba, aunque West tuviese fuerza de jugador de fútbol, Chase podía patear su culo con facilidad también.

No quise escuchar lo que él tenía que decirme, así que corrí hasta mi habitación. Necesitaba pensar y mucho.

Y quizá necesitaba hablar con un amigo, mejor dicho, una amiga.

Una chica.

Jugueteé con mi teléfono, dudando en la idea de llamar a Katia para pedirle un consejo, pero sabía que era algo que debía hacer. No había otra persona con quien pudiese hablar sobre este tipo de cosas.

¿Con Sawyer o Chase? Eso ni siquiera era una opción.

Busqué a mi prima en mi lista de contactos y conté hasta tres para luego pulsar el botón de Llamar. Sí, esto era un poco complicado para mí, mi orgullo se llevaba un golpe.

Sonó, sonó y sonó, hasta que me cansé de esperar a que alguien atendiera el jodido teléfono y colgué, frustrada.

Bien, estaba sola en esto. Con estos confusos pensamientos que rodeaban mi cabeza. No podía creer que yo, Dylan Carter, estuve dispuesta a devolverle el beso estando sobria a West. Es decir, hemos sido amigos desde aquella vez que lo golpeé por equivocación en la fiesta de cumpleaños de Chase cuando tenía nueve años. No quería joder todo eso debido a las inesperadas hormonas saboteadoras.

Todo estaba pasando demasiado rápido para mi gusto. Las cosas se habían venido encima desde el momento en que pisé la estación de tren luciendo diferente.

Todo se estaba saliendo de su maldito orden natural.

Mi celular sonó en un corto bip y lo tomé para leer el mensaje de texto que había recibido, con la esperanza de que fuera Katia.

¿Podemos hablar? Estoy en Mikey's, ¿puedes venir?

Mi ceño se arrugó al ver lo que decía el texto de Sawyer.

Bien... Iré.

Resoplé, tomando mi chaqueta para salir. Quería terminar de dejar claras las cosas. Porque Sawyer no siempre podía obtener lo que quería.

She is One of the Boys [Versión borrador] [Disponible En Papel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora