She is One of the Boys [Versión borrador] [Disponible En Papel]

Capítulo 11: Asunto "aclaracomplicado"

Mikey's no quedaba muy lejos de casa, así que no me molestó caminar sola. Además, no le diría a Chase que me llevase, ya estaba lo suficientemente cabreado conmigo por haber desaparecido toda una tarde sin avisarle.

Ya había oscurecido y hacía un poco de frío. En cuanto llegué a Mikey's, no había nadie excepto Sawyer y los trabajadores.

¿Tan tarde se había hecho?

—Bien, ¿de qué quieres hablar? —Me senté frente a él, poniéndome a la defensiva.

—"Hola, Sawyer, ¿cómo estás? Dime, ¿de qué quieres hablar?" —Él hizo una muy mala imitación de mi voz.

Puse los ojos en blanco con fastidio.

—Hablo en serio. Debo volver a casa antes de que se den cuenta de que no estoy —presioné.

—¿Puedes dejar esa actitud por un momento? —me pidió, luciendo frustrado conmigo.

—¿Qué actitud se supone que deba tener contigo? —le pregunté, enarcando una ceja.

Nos quedamos mirando desafiantes durante un largo segundo.

—Mira... —Sawyer junto sus manos sobre la mesa y se encorvó hacia mí, mirándome directamente a los ojos—. Sé que lo que pasó en la fiesta es más importante para ti de lo que haces ver y que te enojaste porque piensas que me acosté con Becka luego de que te besé.

Mis mejillas comenzaban a arder, pero no sabría decir si era por la vergüenza o por la rabia.

Vaya, me encantaba su forma de hablarle a las chicas.

—Bastante delicado de tu parte —comenté con todo el sarcasmo que pude encontrar en mi voz.

—Joder, ese no es mi punto —expresó, pasándose una mano a través su rubio cabello con nerviosismo—, lo que quiero que sepas es que lo de Becka no significó nada, ¿de acuerdo? Lo hice porque... —Se detuvo en seco y resopló. Ahora parecía frustrado consigo mismo.

¿Qué le costaba tanto decir?

—Lo hice porque me enojé cuando te vi besando a James —me soltó entonces, haciéndome tener que fingir que eso no me había sorprendido.

Un silencio sepulcral se hizo presente entre nosotros.

Ahora no sabía qué debía decir a eso.

—Es tu turno de decir algo —me despertó Sawyer, quien no había dejado de mirarme en los últimos largos segundos que estuve callada, tal vez buscando alguna reacción de mi parte.

—¿Por qué me estás diciendo todo esto? —le pregunté, bajando un poco la guardia ahora—. ¿Por qué insistes tanto en darme explicaciones? Solo fue un simple beso, no nos estábamos casando o algo parecido. Era un juego. Supéralo, sigue adelante, pasa la página, amigo.

—Dios... Realmente tienes la maldita actitud de tu hermano. —Una fugaz sonrisa se asomó en sus labios—. ¿Aún no entiendes lo que trato de decirte con esto? ¿En verdad me vas a hacer decirlo?

Sí, tenía que admitir que me divertía verlo a punto de un colapso nervioso, parecía como si fuese a confesar algún delito o algo así. Cualquier cosa que fuera, lo estaba matando tener que decirlo en voz alta.

Sawyer miró por encima de mi hombro, percatándose de que teníamos compañía. Me di la vuelta para ver quién era la persona que nos interrumpía y Paige se encontraba limpiando el mostrador cerca de nosotros mientras miraba disimuladamente en nuestra dirección.

Se me había olvidado lo entrometida que a veces llegaba a ser.

—Vamos afuera. —Antes de que pudiera reprochar, ya su mano se cerraba en mi muñeca y me arrastraba hacia el oscuro aparcamiento.

¿Acaso hoy era el día de "Arrastra a Dylan a donde quieras"?

Tenía que admitir que esto me estaba comenzando a poner nerviosa. En mi mente tenía una idea de lo que quería decirme, pero no estaba lista para escucharlo. Ya suficiente había tenido con todo el asunto de West y no sabía si podría soportar otro balde de agua fría como ese.

—¿Recuerdas esa vez cuando tenías once y los tres fuimos a la granja del tío Carl? —Sawyer me preguntó mientras se recostaba sobre su auto, lucía más tranquilo que adentro, e incluso sonriente.

Qué bipolar.

—Sí, esa fue la vez que nos fuimos todos a jugar en la soga del lago —recordé, reprimiendo una sonrisa ante el recuerdo.

Uno de mis días favoritos, sin duda. Nos escabullimos de los padres de Sawyer y nos fuimos a un lago cercano a la granja, West, Sawyer, Chase y yo, estuvimos toda la tarde jugando en ese lugar. Valió la pena tener que escuchar el sermón por parte de todos al volver.

—Recuerdo que tú no querías entrar al agua y que Chase te obligó. —Él se echó a reír, alzando su vista hacia la mía—. Y a mí en secreto me gustaba cuando te enojabas, te veías linda, tus orejas se ponían y mejillas se ponían rojas.

Y ahí venía de nuevo, la sangre irónicamente calentando mis mejillas.

—Sawyer... —Necesitaba detenerlo.

Había venido aquí a aclarar, no a complicar más las cosas.

—Dylan, déjame terminar —me cortó, dando un paso hacia mí.

—Está bien, está bien —dije, un poco nerviosa debido a que se estaba acercando demasiado.

—Imagino que recuerdas también que esa noche cuando todos dormían, nos escabullimos de la habitación y vimos las estrellas juntos, ¿cierto? West y Chase se negaron a ir, estaban muy cansados.

—Cierto —afirmé, agradeciendo que la oscuridad no delatara el color rojo brillando que pintaba mis mejillas.

—Bueno, la verdad es que no me fijé en las estrellas ni en un segundo... —Dio otro paso más cerca, haciéndome tener que alzar la vista para poder verlo.

Mi corazón comenzó a golpear mi pecho a una velocidad impresionante.

—Estaba demasiado ocupado mirándote a ti. —Él hizo una pausa y sonrió—. Te veías como toda una cerebrito mientras explicabas los diferentes tipos de estrellas y dónde estaban ubicadas las constelaciones.

Por alguna razón, me contagié de su sonrisa.

¿Me estaba hipnotizando o qué mierda? Porque en ese momento, estaba completamente fuera de mi carácter.

—Ese fue el día en que me di cuenta de que no eras solo la hermana menor de Chase.

Creía que no podía acercarse más, pero joder, ya prácticamente se encontraba encima de mí... y yo no hacía nada para detenerlo.

¿Qué era lo que tenía que venir a aclarar? Su mirada penetrante me estaba haciendo olvidar la verdadera razón por la que estaba aquí.

—Fue el día en que entendí que... me gustabas. Mucho. Tanto como a un chico puede gustarle una chica. Y... desde entonces ha sido así.

Tragué saliva con fuerza, su rostro se había convertido en algo borroso debido a que se encontraba a centímetros del mío.

Bueno, las cosas se salieron de control a partir de eso.