Triángulo Amoroso. [Stylinson, Malikson]

[CAP 35]

Domingo 3:55 AM.

El teléfono de Louis sonaba una y otra vez, el sueño le impedía revisarlo y simplemente había decidido ignorarlo por completo, en algún momento tendría que callarse.
Sin embargo pasaban los minutos y el teléfono no dejaba de sonar, al final el ojiazul decidio levantarse pero al ver su pantalla tenía 20 llamadas perdidas y 30 mensajes que cuando abrió sintio que un escalofrío le recorrió el cuerpo entero.

4:20 AM 

Corría en pijama por las calles, no traía zapatos y eso era lo que menos le importaba, podía sentir el viento cortarse en su cara y en cada pisada sus pies se congelados pedían descanzo, mas solo pensaba que ojala todo estuviera bien, ojala que no llegara tarde.

Corrio y corrio sin mirar el suelo, mantenía la vista hacia adelante, encontró un atajo era el mismo callejón oscuro y lúgubre que había usado ya una vez, sin estar muy seguro se introdujo lentamente en el largo callejón aumentado cada vez mas la velocidad de sus pasos, el teléfono empezó a sonar así que contesto rápidamente. 

—Dios mío estas bien?.— Gimió por culpa del frío y cansancio combinados.

—Louis ayúdame mi padre esta borracho acaba de golpearme, estoy escondido pero el me busca y tiene una botella rota en la mano.

—Quédate donde estas voy en camino.— Estaba muerto de miedo, pero tenía que trasmitir le confianza.

—Tengo miedo Louis.

—Tranquilo, te prometí que te cuidaría lo recuerdas? jamás rompería mi promesa.

—Mierda...

Se escucho un fuerte golpe al otro lado del teléfono y despues colgaron, Louis maldijo en voz baja. tenía que llegar lo mas rápido posible o lo lamentaría, camino mas rápido hasta que sintio una mano en su hombro, al darse la vuelta noto que era un chico que al parecer no se había bañado en un año, tenía los ojos rojos y mirada de psicópata, Lou tragó saliva y decidió  ignorarlo pero el chico lo tomo mas fuerte del hombro y lo jalo hacia el.

—Dame ese teléfono.— Voz rasposa, profunda e intimidante resonó en los oídos congelados del castaño.

—Cual teléfono?.— Apresar del miedo no estaba dispuesto a regalarle a ese desconocido su teléfono.

—No te hagas idiota el teléfono que traes en la mano.

—No tengo nada.

El tipo lo miró furiosos y soltó un puñetazo en su cara haciendo que le palpitara la cara y sus mejillas se pusieran  coloradas.

—Dame ese teléfono.— Insistió tomandolo por el cuello.

—Nisiquiera tengo zapatos y tu piensas que tengo teléfono? eres un grandísimo imbécil.— No era inteligente actuar de ese modo frente a un psicópata loco, pero ese golpe lo había hecho enojar y antes de recibir respuesta reunió todas sus fuerzas para propinarle una patada en la entrepierna y salir corriendo lo mas rápido posible de ahí aun con dolor en la mejilla.

Al llegar a la casa tocó el timbre un par de veces pero solo recibió gritos advirtiéndole que se fuera de ahí, comenzó a patear la puerta hasta que sintio que está se abría dejando ver al borracho padre de Harry con una botella rota en la mano.

—Que carajos quieres aquí.

—Donde esta Harry, necesito ver a Harry. 

—No lo harás.

—Déjeme verlo, acaba de golpearlo.

—Se lo merecía, arruino la fiesta.

La calma reinaba en las plantas de ambos aunque por dentro estuvieran gritando desesperadamente, hablaban como personas civilizadas sin importar el enojo que ambos pudieran sentir.

—La fiesta la arruine yo, el no tiene nada que ver.— Confesó y de inmediato sintió un punzón en su corazón.

—Que se siente que por tu culpa lo haya golpeado?.— Risas escandalosas salieron de sus labios.

Louis lo apartó de la puerta con ambas manos provocando que se cayera al suelo y entro a la casa gritando el nombre de su amado con desesperación, el señor Styles se levantó y se fue contra Lou usando la botella, por suerte este pudo esquivarla y ver cómo Harry salía de su escondite luciendo un ojo hinchado.

—El te golpeo? estas bien?.— Chilló el rizado al ver a Louis con la mandíbula roja.

—No dejare que te quedes aquí con el, vámonos.— Murmuró el ojiazul levantándose del suelo y tomando a Harry de la mano.

—Tenías razón mi padre no cambiara.— Suspiró con la cabeza gacha.

—No te lo llevaras!.— Gritó el señor Styles.

—Voy a llevármelo.— Respondió Louis mientras le mostraba el dedo de enmedio

—Es mi hijo no te lo llevaras.— Jaló a Louis de la camisa y comenzó a golpearlo repetidas veces en la cara, estaba recibiendo los golpes que posiblemente serían para Harry. sentía un dolor muy fuerte que recorría todo su cuerpo, el señor Styles continuo golpeándolo hasta que ocupo la única técnica que ya le había funcionado y le dio una patada en la entrepierna, justo cuando sintió al señor  quitarse de encima suyo se arrodillo en el suelo y comenzó a vomitar, cada segundo que pasaba el dolor de su abdomen se hacía mas fuerte impidiendo siquiera que pudiera levantarse, Harry supo que tenía que actuar, lo tomo de la mano y rodeo su cuello con ella, salieron de la casa tomaron un taxi y le pidieron que los llevara a casa de Zayn; cuando llegaron Harry tocaba la puerta desesperado mientras Louis sentía que en cualquier momento moriría. 

Zayn abrió la puerta, estaba despeinado solo tenía un bóxer y una camisa de Louis puesta, al verlo abrió los ojos como platos y lo abrazo justo antes de que este se dejara caer, Zayn soltó un sollozo y después miro a Harry con odio.

—Que mierda le paso? que le hiciste?.

—Yo... yo, el necesita un hospital.— Susurró ocultando el llanto.

—Maldita sea, sabia que no eras bueno para el, mira lo que le paso por tu culpa.— Musitó observando a Lou con miedo.

El ojiazul quería decir algo, quería defender a Harry pero no tenía fuerzas para hablar solo salio una seca tos de sus labios.

—Mi lou, tranquilo te llevare al hospital, todo estará bien bebe.— Susurró el morocho mientras lo cargaba en sus brazos y lo subía al auto, Harry se acomodo en la parte trasera y con rapidez fueron al hospital, aún en el camino Louis vomitó un par de veces mientras recibía caricias en el cabello de parte de Zayn quien no paraba de endulzarle el oído con palabras tiernas, que lograban a ratos que Louis se olvidará del dolor y sonriera un poco.

Llegaron al hospital y después de poner a L sobre una camilla le inyectaron un calmante que poco a poco logro una disminución de dolor dándole paso a la oscuridad y al sueño.