Y aquí vamos devuelta...

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Jace.

— ¡Izzy, detente!— dijo luego de perseguir unos cuantos metros a la pelinegra.
Para su gran sorpresa esta volteó con una sonrisa y se arrojó a sus brazos.
— ¡Has venido por mi!—exclamó.
—Claro, ¿Qué pensaste que haría?—contesto, devolviéndole el abrazo—¿De eso se trataba?
Ahora, Isabelle lo miró con el ceño fruncido y se separó algunos centímetros.
—Claro que no. Esa perra le ha dicho a mi hermano que lo convertiría en un hombre.
La expresión de Jace no cambio ante el comentario de su hermana, y simplemente sonrío.
—Nunca se termina de conocer a la gente, solo a la familia—y se ahorró el explicar que Jane a pesar de compartir sangre no conformaba parte de lo que él consideraba su familia—¿Y eso se lo dijo así como así?—Pregunto, luego de analizar la frase unos segundos.
—Creo que estaba drogada—respondió Isabelle, que ya había soltado a su hermano.
—Eso tiene más sentido pero no lo justifica. Si lo dijo drogada es porque eso es lo que piensa de Alec.
—Hay que tener fe en que Alec tome las decisiones correctas.
—Y si no lo hace nosotros estaremos ahí para ayudarlo—Finalizó Jace.
———
Magnus.
—¿Qué siento yo? No sé qué puede creer tu loca cabecita que yo creo.
—Creo que me odias.
—Definitivamente no siento eso, Alexander.
—Entonces dime qué sientes.
—Siento desilusión, culpa, porque sé que parte de esto es mi responsabilidad.
—También es la mía—lo corto el ojiazul.
—Lo sé. Y siento que te amo, como el primer día en que vi tus mejillas tornarse coloradas, o como la primera vez que solté que quería pasar mi vida, tu vida, a tu lado. Sin importar lo que se interpusiese.
—Y si yo siento lo mismo, ¿Qué es lo que sucede?
—Es el pasado que atormenta en cada pared de nuestra casa, en cada sensación de tu cuerpo y cada idea. Es el futuro que atemoriza a la vuelta de la esquina, el futuro que paraliza del miedo. ¿Qué queda para el presente? ¿La locura o la despreocupación absoluta?
—Creo que voy a descubrirlo—contesto a todas esas preguntas del brujo dirigidas a la nada.
———
Jane.
Se levantó del piso y dirigió inconscientemente una mano a su rostro.
—Maldita zorra—susurro, luego de escupir la sangre que se había estado acumulando en su boca.
De todas formas la golpiza le había servido de algo, ya no se sentía mareada. El efecto de la droga había desaparecido.
Soltó un grito de dolor al tocar su nariz y busco en su bota el compartimiento en que guardaba la estela.
Ya se vengaría, ahorcaría a esa perra con su propio látigo.
Dibujo 2 iratze, uno al costado de su cuello, deseando que extendiese su poder curativo al rostro. Y uno en su brazo izquierdo, sobre el cual había caído.
El resto de su cuerpo magullado podía esperar.
Comenzó a avanzar hacía la puerta del Instituto. Iría al Loft del brujo donde seguramente estaba Alexander y le pediría disculpas, aunque realmente no se arrepentía de lo que había dicho porque lo consideraba una realidad. Alexander aún no era un hombre, era un híbrido entre niño y adulto, y hasta enfrentarse a una mujer del talante del que era ella, no acabaría por cruzar la meta.
———
Magnus.
Un golpeteo en la puerta lo hizo correr su mirada de los ojos de Alec.
Camino a abrir la puerta.
—Hola, Gran brujo—Dijeron al unísono los dos Lightwood's que faltaban en su hogar.
—Pasen—exhalo malhumorado, haciendo lugar a Isabelle y Jace.
Y se disponía a cerrar la puerta cuando divisó una figura acercándose a esta.
Maldijo internamente, antes de dejarla pasar.
—Bueno, ya estamos todos. ¿Reunión familiar?

Cazadores de Sombras: La hermana de Jace. (Malec)Where stories live. Discover now