Capítul⌖ 1

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Ajusto mis botas militares negras a la par que paseo mi mirada por toda la nave

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Ajusto mis botas militares negras a la par que paseo mi mirada por toda la nave.
Nash, mi jefe, no paraba de caminar de un lado a otro. Estaba nervioso y eso era evidente.

Nos encontrábamos a la espera de uno de los narcotraficantes de mayor rango del estado.

Muevo mi vista cruzandome de brazos hacia la dirección de Dylan. Él cual estaba entretenido a saber con qué de su movil. Sus pelo rubio estaba algo alborotado y sus mejillas con leves pecas repartidas parecia quitarle toda su reputación de mano derecha en esto del narcotrafico. Era moreno y sus ojos resaltaban por ese mismo motivo, los tenia verdes con tonalidades marrones. Parecia un chico bueno y la verdad, es que la mayoria del tiempo lo era.

Sus ojos se alzan hasta encontrarse con mi mirada y tras hacerlo, abre los labios mostrando esa hilera blanca de dientes. Sonriendome como siempre hacia. Con un aire agradable cada vez que sus ojos se topaban conmigo. Era con él que mejor me llevaba de todos.

Yo no era precisamente de las chicas que mostraban tanto su aprecio hacia las personas, pero Dylan se habia ganado el poco corazon que me quedaba. Aun cuando me decia que me veia como su hermana y yo me tensaba y evitaba su mirada. Sintiendo como mi pecho ardia por la desesperacion al recordarlas. Al recordar esa noche, en la que dejé de tener hermanas. En la que dejé de tener familia.

Llevabamos ya mas de quince minutos esperando y comenzaba a irritarnos.
Mas a Duncan, que se mantenia apoyado contra su coche y las manos en los bolsillos. Sus mechones negros azabaches caian sobre su frente, la cual se encontraba algo fruncida mientras sus ojos negros, los cuales hacian resaltar esa tez blanca libre de imperfecciones se mantenian fijos en el suelo. Duncan era con él que menos relacion tenia.
Era frio y distante en lo que se referia a mi persona. Y desde el dia en que nos presento Nash, por la forma en que su mirada cargada en recelo se posó sobre mi, supe que no tendriamos mucha relacion.
Y despues de cinco años, acerté. No la habiamos tenido.

Al principio me frustraba, la Alexandra del pasado no sabia porque la ignoraba y evitaba. Pero fueron pasando los meses y los años y dejó de importarme. A la Alexandra del presente le valia tres hectáreas de mierda.

Con Dylan si fue sencillo desde el principio, cuando me vió, supo lo rota que venia a ese grupo y me acogió con una ensanchada sonrisa. "Bienvenida al grupo" canturreo alegre ofreciendome su mano para estrecharla. Desde entonces, era lo mas cercano a un mejor amigo que nunca había tenido.

—¿Por qué mierdas tarda tanto?—Dirigo mi mirada hacia la voz irritaba de Nash. No nos lo preguntaba a nosotros, sino a si mismo.

Lo observo detenidamente, como esos pantalones militares completamente negros se entallaban a su cintura por el cinturon con armas que reposaba en el. Era alto, como Dylan y Duncan. Y su cuerpo estaba trabajado como el de mis compañeros. La única diferencia, es que ese cuerpo yo lo vi completamente desnudo.

EVILDonde viven las historias. Descúbrelo ahora