Capítul⌖ 7

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Tomo el silenciador de mi arma y lo enrrosco en la boquilla de esta

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Tomo el silenciador de mi arma y lo enrrosco en la boquilla de esta. Eran las siete de la mañana y Jack me habia llamado hacia unos minutos para que le pasara la ubicacion de mi casa. Iríamos en su coche.

Antes de salir observo mi reflejo en el espejo de la entrada; una coleta alta, una camiseta de media manga ajustada de color verde militar, unos pantalones de cargo negros que se ajustaban en mi cintura y mis botas militares con algo de plataforma. Y como no, el fusil SMG con silenciador que cargaba de mi mano derecha.

Mi arma personal no me serviría mucho si ocurría lo último que me ocurrió en el descampado, asi que anoche fuí a ver a Patrick. Él cual ya se encuentra instalado en el almacén nueve.

Salgo de casa sintiendo la fria brisa mover mi coleta. Estaba nublado y apenas se veía el poco rastro de la salida del sol. Esta semana seria completa de tormentas, lo ví anoche en la televisión.
Jack se encontraba recostado contra su coche esperandome. Al verme salir asiente en modo de saludo y yo lo imito.

Y no perdemos tiempo cuando ambos nos introducimos en su 4x4 negro.

—En el maletero tengo dos chalecos antibalas por si la cosa se pusiera rara.—Murmura una vez me ve sentada en el asiento del copiloto. Prendiendo el motor del coche.—Pero no debería, el piso franco se encuentra vacío de desde ayer. Nuestros hombres han estado haciendo vigilancia.

—Debemos tener cuidado que no nos vean las armas al bajar.—Esta vez hablo yo.—¿Es un piso franco ubicado en zona residencial? ¿O esta apartado?

—Zona resindecial pero bastante fantasma.—Veo como salimos de mi barrio.—No hemos visto civiles por ahí cerca.—Y yo asiento dando por finalizada la conversación.

Si hubiesen vecinos por ahi cerca, al vernos bajar con armas llamarían sin dudarlo a la policía y aunque Evil tuviera comprada a la mitad, Nash no. Y le sería complicado sacarme a mí.

[...]

Bajamos del coche y observo la casa baja que se encontraba delante de mis ojos. Aprieto el arma contra mi pecho cuando Jack llega a mi lado observandola también. Se encontraba situada en un barrio algo vacío y era la tipica casa que se encontraba bastante desgastada por fuera. Tenia un porche con tres escalones, los cuales los dos primeros estaban destrozados.

—Es aqui.—La mueca de Jack hace que lo imite.—Pongamonos los chalecos.—Yo asiento.

El aspecto de la casa no le había gustado. Ninguno de los dos nos esperábamos encontrarla tan malditamente desgastada.

Este lugar estaba vacio y en el caso de que alguien rondara por aqui, rapidamente lo escucharíamos, era lo único positivo

Pero antes de que Jack pudiera abrir el maletero, el rugido de un coche hace que ambos nos tensemos y apuntemos sin dudar ante esa dirección.

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