El mundo mágico siempre ha tenido secretos, unos más importantes que otros.
Secretos en cada esquina, en cada familia y más si dos personas que no debían estar destinadas a estar juntas, quieren estarlo.
Nadie debe saber sobre sus miradas, caricias...
Harry estaba regresando al castillo luego de una fallida venganza, todos se encontraban alrededor de dos cuerpos, él empezó a pedir que lo dejaran pasar, todos se abrieron creando un pasillo. Su cerebro le pedía que avanzara más sus piernas no lo obedecían, sentía que le faltaba el aire, cuando logro empezar a caminar sus piernas le pesaban, nadie a su alrededor existía solo aquellos dos que no pudo hacer nada para salvarlos. Tenía pensado acercarse a Albus pero al ver a Hermione como en segundo año, hizo que inconscientemente se dejara caer junto a ella.
— Hermione... — susurro cerca de oído — despierta, no me gusto esta broma para nada... — le dijo como si eso la fuera a despertar — ¡Te necesito! — grito para cargarla levemente y colocarla más cerca de él — ¡Dios!, ¿qué te hice? — miro al cielo y luego regreso su miraba a su hermana — ¿qué haré sin ti? — le preguntó y sus lágrimas comenzaron a caer a chorro.
Luna salió del montón y se acercó a él, tomo su hombro comenzando a llorar, no tenía ni la menor idea de que decir, observó la varita de la castaña fue a levantarla para luego dársela a su hermano, este la tomo y comenzó a llorar más.
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Todos levantaron sus varitas, juntos lograron quitar la marca de Voldemort del cielo. La profesora McGonagall les pidió a todos que regresaran a sus respectivas salas comunes menos a los más cercanos a la castaña, como Demetria, Neville, Ron, Lynne y otros leones.
— Harry tienes que levantarte — sugirió, Ron con lágrimas en los ojos — vamos amigo — lo comenzó a jalar de los brazos.
— ¡Déjame! — grito soltándose de su agarre.
— Harry, él tiene razón — comento, Luna buscando la mirada de su roto novio — mírame — tomo su rostro — tienes que levantarte, ¿está bien?... — lo miro a los ojos — vamos... — le quito a Hermione de encima y lo ayudo a levantarse — muy bien... — dijo cuando se incorporó — vamos sigue caminando — lo empujaba levemente para la que se alejara.
— Potter... — la profesora llamo la atención del chico — necesitamos tu permiso para el funeral — se quedó callado por un minuto.
— No — dijo seguro — a Hermione no le harán nada sin el consentimiento de Ariana — aseguro y siguió su camino junto a Luna.
Ambos llegaron al cuadro de la señora gorda, no les abría, ya que, Harry no podía hablar.
— ¡Maldición dama! — exclamo, Demetria detrás de ellos — no es momento para tus cosas
— Lo siento por tu perdida — dijo la señora antes de abrirles.
— Cierra la boca — soltó, Black al cerrar la puerta después de dejar pasar a la rubia junto con Harry.
Todos en la sala observaban a la pareja, ellos los ignoraron y comenzaron a subir, pero se detuvieron en medio camino.
— ¿No tienen otra cosa que hacer? — grito, Demetria harta de como los miraban y volvieron a sus asuntos.
