El mundo mágico siempre ha tenido secretos, unos más importantes que otros.
Secretos en cada esquina, en cada familia y más si dos personas que no debían estar destinadas a estar juntas, quieren estarlo.
Nadie debe saber sobre sus miradas, caricias...
Los leones volvían en manada a su sala común, todos se detuvieron delante de la señora gorda.
— ¿Qué pasa? — preguntó, Hermione
— Quizá Neville volvió a olvidar la contraseña... — comentó, Ron
— Oye... — exclamó, Neville que se encontraba atrás de él.
— Estás ahí — dijo Ron riéndose un poco, Hermione lo notó y lo golpeo en el brazo
— Déjenme pasar, por favor. ¡con permiso!, ¡soy un delegado! — exclamó, Percy — atrás todos. No pueden entrar hasta después que lo registren.
— ¡La Dama Gorda no está! — exclamó, Ginny mientras bajaba las escaleras en busca del director.
— Se lo merecía. Era una cantante terrible — exclamó, Seamus.
— No tiene gracia, Seamus... — Hermione lo regaño.
— Claro, tú puedes gritar en el banquete, pero yo no puedo decir que era una cantante terrible... — dijo, Seamus.
— Cierra la boca, idiota — exclamó, Hermione empujándolo para bajar las escaleras.
— ¿Qué le sucede? — preguntó, Seamus
— ¿Qué te sucede a ti? — preguntó, Harry.
Hermione se topó con el director y Filch que venían subiendo las escaleras, pidió disculpas y siguió bajándolas. Albus reviso la pintura de la señora gorda para ver lo que sucedía.
— ¿Señor Flich?, junte a los fantasmas... Dígales que busquen a la Dama Gorda en todas las pinturas — le ordenó, Dumbledore
— No necesitamos a los fantasmas, profesor — dijo Flich — La Dama Gorda está ahí. Todos corrieron hacia ella.
— Querida dama. ¿quién le hizo esto? — le preguntó, el director
— Tiene unos ojos como el demonio y un alma tan oscura como su nombre... — exclamó, la dama gorda aterrorizada — es él, director.
Oups ! Cette image n'est pas conforme à nos directives de contenu. Afin de continuer la publication, veuillez la retirer ou télécharger une autre image.
— Del que todos están hablando... ¡Está aquí, en algún lugar del castillo! ¡Sirius Black! — exclamó para volver a esconderse.
— Cierre el castillo, señor Flich... Todos los demás, ¡al gran comedor! — ordeno, el director.
Oups ! Cette image n'est pas conforme à nos directives de contenu. Afin de continuer la publication, veuillez la retirer ou télécharger une autre image.
