Epílogo

629 36 32
                                    


Tres años. Tres años pasaron antes de que Ryu despertara. El joven de cabellos castaños se encontraba tendido en una cama, dentro del gremio de Fairy Tail. Los miembros del gremio se turnaban para vigilarlo, no sabían qué pasaría si lo dejaban solo. Resulta que la herida causada por Mukuro no era lo suficientemente profunda como para matarlo, pero perdió demasiada sangre y llegó a entrar en un coma. Además, la caída golpeó su cabeza fuertemente contra el piso. No sabían en qué estado se encontraría hasta que despertara.

Los rayos del sol entraban entre la rendija de las cortinas, iluminando la sala con una luz que calentaba levemente su interior. Ryu, quien hasta ahora había permanecido quieto, comenzó a moverse levemente. Su mano tembló, y sus ojos se abrieron de a poco. Le costó adaptarse a la luz. En cuento lo hizo, trató de sentarse, pero una punzada de dolor en su pecho lo detuvo. Soltó un quejido de dolor e hizo una mueca. Su vista viajó por toda la habitación hasta encontrarse con una chica durmiendo en una silla, su cabeza apoyada en el borde de su cama. Le sacudió el hombro gentilmente, haciendo que esta bostezara y levantara su cabeza. Al encontrarse con Ryu despierto, gritó sorprendida y salió corriendo de la habitación en busca de los demás miembros del gremio. Ryu se rascó la cabeza. La chica era joven, y muy parecida a Mirajane. Gimió cuando un dolo de cabeza lo invadió. Algunos recuerdos estaban borrosos, se encontraba perdido y confundido.

Unos minutos más tarde, seis personas entraron a la habitación. Makarov, Erza, Natsu, Mirajane, Juvia y Lucy. Lisanna volvió a entrar unos minutos más tarde para entregarle una bandeja con comida al chico. Él le agradeció, confundido por su amabilidad. Esperaron a que comiera tranquilamente, revisando sus signos vitales y distintas partes de su cuerpo para asegurar de que todo estuviese funcionando normalmente.

-Ryu...-Lucy murmuró- ¿Te acuerdas de nosotras?

El mencionado anteriormente bajó su cabeza, avergonzado. Claro que las recordaba. Eran víctimas. Rin y Mukuro lo habían forzado a controlarlas, como si no fuesen más que simples marionetas. Tragó saliva de manera nerviosa antes de asentir levemente.

-No estamos enojadas contigo. Logramos que Rin hablara. Nos explicó... todo.

Al escuchar el nombre del rubio, Ryu se levantó de golpe. Nuevamente, el dolor lo invadió, forzándolo a quedarse quieto. Lucy hizo una mueca y lo ayudó a recostarse. Corrió los largos mechones de la cara de Ryu, admirando sus pecas y sonriendo levemente.

-Digamos que se resistió bastante... casi mata a Natsu –Suspirando, el pelirosa corrió su bufanda para mostrar una cicatriz que adornaba su cuello y hombro- Además de que realmente estaba enamorado de mi... pero eso no importa. Nos contó sobre ustedes, pero preferiría escuchar tu lado de la historia también. ¿Recuerdas? No te fuerces, podemos esperar.

-Yo...-Le costó, pero el chico de cabellos castaños logró encontrar su voz. Era baja y rasposa. Le entregaron un vaso con agua, pero Ryu solo lo ojeó con el ceño fruncido- Lo último que recuerdo es Mukuro, tratando de matarme. Todo está borroso, pero recuerdo bien... eso creo.

-Sí, ella trató de herirte. No logró matarte, pero estuviste en coma por tres años...-Juvia intervino, caminando cautelosamente hacia el lado de Lucy.

-¿Q-Qué...? Tres... años...

Ryu abrió los ojos como platos y contuvo su cabeza con sus manos. Se sentía mareado, confundido, y la información que le habían entregado no servía para calmarlo. Su expresión serena se trasformó en una de terror. Mordió su labio para reprimir un grito. Natsu lo miró con compasión y colocó su mano sobre el hombro de Ryu. Le dedicó una pequeña sonrisa. No podía evitar sentir lástima por él. Después de todo, había perdido gran parte de su vida.

Cambios InesperadosWhere stories live. Discover now