Capítulo 15

7.7K 462 51
                                    

Estaba dentro al lado de Matt en la misma posición de siempre. Por alguna razón me siento muy nerviosa. Su casa, no, el enorme lugar al que le dice casa me aterra. ¿Será como él? ¿Posesivo y lleno de misterios?

-¿Estás bien?
-Sí –respondí nerviosa –. O sea, no...
-¿Qué ocurre?
-¿Qué le dijiste a mamá? –pregunté sin pelos en la lengua. Se despidió de manera rara, debo aprovechar que estamos hablando.
-No te puedo decir aún.
-¿Qué? –. ¿A qué te refieres con "aún", maldito? –. Matt... Es mi mamá, quiero saberlo...
-Uhm –suspira –. Eso es asunto de tu madre y mío...

¿Qué? Lo miré con miedo. ¿Qué han hecho los dos? ¿Qué es lo que saben? Quiero saber. Cueste lo que me cueste, lo sabré tarde o temprano. Creo que es una de mis característica más notorias: mi perseverancia.

-¿Estás bien? Te veo pálida –tomó mi mano a la vez que pronunciaba las palabras.
-T-todo bien...
-¿Quieres jugo?
-B-bueno...

Matt sacó el jugo y lo sirvió en un vaso. Luego me lo entregó. Es verde, como jugo de melón.

-Toma –me mira sin despegar su mirada de mis ojos –. Espero que te vuelva el color.
-G-gracias...

Lo bebí... ¡Es la misma mierda amarga que me dio a los 13 años!

-Ahg –comencé a toser –. Matt, esto me lo... –sigo tosiendo –... D-diste c-cuando fui a t-tu casa...
-¿En serio? –dijo irónico.

Sus ojos brillaban con malicia, claro que lo sabía. Me sostuve la cabeza con mis manos, pero Matt me tomó por la cintura haciendo que mi cabeza esté en sus piernas... Intenté sentarme, pero él tenía mucha más fuerza que yo. Mucho más notable en esta miserable situación y condición.

-¿Cansada?
-S-sí...
-Duerme.

Mis ojos pesaban... No me quería rendir, pero luego él comenzó a acariciar mi cabeza. Ahí, hasta ahí quedé... Maldito, Matt. Maldición.

Cuando logré abrir los ojos bien, comencé a analizar la habitación.
Paredes pintadas muy bien, con un color rojo, detalladas con ¡DORADO!
Me senté de golpe... Mala idea.... ¡Ay la cabeza!

-¡Au!
-¿Qué pasa Roth?
-¿Q-qué?
-¿Dormiste bien?
-Hmm –¿dormir? ¿Hablas en serio?
-Bueno... Creo que no tienes demasiadas ganas de hablar...
-Hmm –¡aprobaste primer grado, señor obviedad!
-¿Qué te pasa?
-Estoy algo incómoda... –respondí casi para mis adentros.
-¿Por qué?
-Porque tú y mi mamá saben algo que yo no...
-Algún día tendremos que decirte –suspiró.
-¡Ahora Matt! ¡Dime tú ahora!
-No.
-¿POR QUÉ NO? –pregunté algo alterada.
-Porque aún no es el momento...

Lo miré con odio. Tengo derecho a que me digan. Necesito saberlo. Necesito saber que traman o que es lo que tienen en mente.

-Roth, vamos a comer abajo.
-Vale.

Bajamos una escaleras hasta llegar al comedor. Era una mesa larga, bien hecha y con dos puestos. Uno en la cabecera y otro a su diagonal izquierda.

-Aquí señorita, al lado del joven Cortez –dijo una señora vestida de sirvienta.
-¿Cortez?
-Yo –respondió Matt sentándose –. Gracias.

La señora se fue en dirección a una habitación. Estoy sentada con él a mi lado. Me siento aún más incómoda. Creo que me mataré con el cuchillo de mantequilla que tengo en frente.

-¿Tu apellido es Cortez?
-Sí.
-Matt Cortez –dije para mí.
-Sí. Aquí vienen.
-¿Ah?

Sirvientas jóvenes traían ensaladas, otras vasos y algunas con postre. En cambio, dos señoras más ancianas, traían nuestros platos y el jugo.

-¡Qué disfruten! –dijo una joven.
-Claro, gracias... –dijo Matt con un gesto amable acompañado de un movimiento con la cabeza.

La joven me miró con simpatía. Luego Matt se volteó.

-¿Qué ocurre? –preguntó.
-Me duele un poco la cabeza.
-Debe ser el hambre. Come.

Tomé los cubiertos al mismo tiempo que Matt. De vez en cuando lo miraba en silencio. Su postura es perfecta. Pero, algo raro está en él. Puede que siempre me trate con gentileza y me sonría, pero en sus ojos... Una mirada triste se asoma por esos azules ojos. Basta, Roth.

La comida estaba deliciosa, terminé unos minutos después que él.

-¿Todo bien?
-S-sí...
-¿Subimos?

Lo miré y asentí con la cabeza. Siento que estoy jugando con fuego. Llegamos a su habitación en cuestión de segundos. creo que para trabajar aquí hay que tener buen físico. Tiene muchas escaleras. Él cerró la puerta y me miró con sus profundos ojos azules.

-¿Te gusta mi habitación?
-Sí, es grande. Más que la mía –observo.
-¿Quieres que tu habitación sea más grande?
-N-no, está bien con el tamaño que tiene –menos si lo vas a hacer tú.
-Si tú lo dices. Cambiando de tema... ¿Tu papá te ha golpeado?

Acaricié mi cabeza con nerviosismo. No sé cual será su reacción...

-No –titubeé.
-No te creo. Por algo dijo que no le importaría pegarte frente a mí –. Cierto. Ay, pero que idiota soy.
-Hmm –suspiro –. No le respondí de la mejor manera... Me lo gané.
-¡No! –golpeó una mesa que estaba a su lado, su escritorio –. ¡Nadie tiene derecho a golpear a sus hijos!
-Matt, cálmate...
-Hmm –suspiró –Deja verte...
-No tengo nada...

Aún así, se acercó a mi mejilla, acarició la incorrecta, pero después la otra.... La que me dolía. Me quejé.

-Esa es... –suspiró –. Aún te duele...
-A-algo.
-Ven.
-N-no.

Me agarró del brazo y comenzó a besarme. Intentaba apartarme de él, pero me acercaba cada vez más. Ahora, me preocupo por mi futuro... Y el de él. Se separó.

-¿No qué?
-Eh... ¿No te dije que había que detenernos?
-No me gusta esa idea.
-P-pero... Yo...

Sus labios pegados a los míos. Eran besos fuertes, imposibles de no seguir.
Golpes en la puerta nos separó.

-¿Sí? –preguntó Matt molesto.
-Joven Matt. Su padre, quiere preguntarle algo.
-Maldición –suspira –. Ya voy.

Antes de que saliera de la habitación, se lamió los labios y le susurró algo a Jack. Acto seguido de que este se me acercara.

-¿Jugo?

Claro que no.

-No gracias...
-Beba...
-No gracias, no tengo sed.
-No me deja otra opción.
-¿Qué?

Me tomó e insertó de ese líquido amargo en mi boca. Lo quería escupir, pero él me tapó la boca. Lo tragué y todo se volvió negro en cuestión de segundos.

Subastada? INITIUM [Visión Roth Montalva] I **CORRIGIENDO**Donde viven las historias. Descúbrelo ahora