Capítulo 28.

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Capítulo 28.



Mi corazón aun siguió corriendo el resto de la noche dejándome intranquila.

Cada vez que cerraba los ojos, se reproducía todo lo pasado en mi cabeza una y otra vez sin descanso. Veía esas sombras oscuras, se arremolinaban, serpenteaban con sus largas capas negras acercándose poco a poco a mí. El vello se me erizaba al recordar esos ojos completamente blancos, y un miedo atroz creaba nauseas en mi estomago.

Aun no lo entendía...

No entendí esa atracción que sentí al verlas. Fue algo magnético, algo muy dentro de mi quiso que me acercara, pero, gracias a dios que no fue así. No quería ni imaginarme que es lo que habría pasado de haber llegado a ese punto.

Logan en parte seguía molesto conmigo por lo que hice, y el era un tremendo estúpido. Les contó a Beth y a Morgan lo que sucedió, y el temor que inundo la casa cuando salió el sol era palpable, áspero y cortante en el ambiente.

Ahora nos encontrábamos todos en el salón esperando a alguien.

Senes.

Por lo que me habían dicho, los Senes eran ancianos, los ángeles y demonios más antiguos que se conocían. Ellos eran la autoridad en los dos planos, infierno y cielo y mantenían a todos los seres a raya, o al menos, lo intentaban como bien decía Beth.

Por lo visto el acontecimiento de anoche había desencadenado la curiosidad de esos seres y lo peor de todo es que venían hacia aquí. Ahora.

-Os dije que no eran tontas, tienen muchos trucos bajo la manga.

-No me vale que digas eso. Tienes que darnos más detalles para saber de lo que son capaces.

-¿Mas detalles de lo que pasó? –Una risa irónica salió del pecho de Morgan y yo me encogí. –Hicieron algo para quitarle la pulsera a Aria. Obviamente, son muy listas.

Logan trazaba círculos en mi rodilla abstente a la conversación que estaban teniendo Beth y Morgan. Me retorcí mirándolos cuando recordé que exactamente no fueron ellas quien me quitaron la pulsera. Bueno...no lo sabía, pero esa sombra que vi en el reflejo del agua no tenía mucha pinta de Umbra.

¿Qué demonios fue eso?

Recordé el sueño que tuve en la mañana, ¿quizás ese sueño me intentó avisar?

Jodidamente no lo sabía.

Los miré cuando continuaron hablando. No iba a contar lo que vi, y no ahora conforme estaban las cosas.

-Los Senes ya sabían que las Umbras han vuelto, no son idiotas, y no van a hacer nada para ayudar.

Beth se cruzó de brazos mirando con cara de pocos amigos.-Algo tienen que hacer, ellos saben mas y tienen más años que todos nosotros juntos.

-Los ancianos jamás se involucraron cuando pasó lo que pasó Beth.-Morgan clavó una mirada dura en ella.-Y si piensas que van ayudarnos estas muy equivocada. Vendrán porque sienten curiosidad de saber quién es la sibila y cuando la hayan conocido se marcharan y la dejaran a su suerte.

-No puedes estar seguro de eso.

-Verás...

Un mal presentimiento recorrió mi espalda al ver a Morgan tan confiado de sus palabras. Era incapaz de pensar y oírlos a la vez, lo que estaban diciendo no me ayudaba mucho a tranquilizarme. No sabía que podían hacer esos Senes, quizás...ayudar, como bien decía Beth, pero algo en mi interior sabía que Morgan tenía la razón.

Caricias OscurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora