Caricias Oscuras

Capítulo 37.

Capítulo 37.

-¡Aria ya! ¡despierta!

Mis ojos se abrieron de golpe bajo una mueca agónica. Después, un dolor profundo en mi garganta me impidió respirar haciendo curvar mi espalda en busca de aire. Logan rápidamente me impulsó hacia delante.

-Tranquila. Eso es, respira, poco a poco, vamos. Ya estas de vuelta. Tranquila...

Sus palabras al final eran susurros en mi cabeza. Me incliné mirando mis pies, respirando poco a poco mientras mi corazón latía salvajemente. La mano de Logan en mi espalda sosteniéndome me aseguraba de que estaba de vuelta, aquí, en la realidad, pero tras mis ojos aun seguían clavados esos dos cuencos completamente blancos sin vida. Apreté los ojos y me obligué a apartarlos a lo más profundo de mi mente. -¿Qué-que ha pasado? ¿dónde estabas Logan? -Me giré a él cuando recuperé el aliento.

-Has ido demasiado lejos Aria, no pude seguirte, eres muy rápida.-La confusión cruzó su rostro mientras me observaba.-¿Estás mejor?

-Si...creo que sí.

-¿Dónde fuiste?

Dejé escapar una respiración desigual mientras intentaba permanecer en calma.-No sé como...pero aparecí en la playa. En la playa que está bajo mi casa. -Mis ojos se encontraron con los suyos.

-¿Y que mas viste? -Insistió cuidadosamente.

-Umbras.-Respiré.-Había una de ellas tras de mí y cuando giré he despertado aquí de repente...¿Qué ha sido eso?

Sus ojos se desviaron al fino césped antes de encontrarse con los míos una vez más, pero cuando lo hizo una sombra oscura cayó sobre sus rasgos.-Están buscándote.

-¿Y es posible que me encuentren con esas visiones o premoniciones o lo que sea que estábamos haciendo?

Asintió despacio con la cabeza y yo me retorcí.-De alguna manera has sido atraída hacia allí. Mierda, tenía que haberlo sabido. -Maldijo por lo bajo y cuando su mandíbula comenzó a hacer ese tic tan familiar me asuste de verdad.

-¿Qué puede pasar? Oh dios mío, ¿saben dónde estoy? ¿saben dónde estamos?-El corazón en ese momento bateó fuerte en mi pecho.

-No lo sé, pero ellas te sienten Aria, sienten tu alma y están buscándote.-Hizo una pausa pensativo.-Según Morgan están retenidas, no todas, pero la mayoría. Mañana a primera hora iré. Necesito saber cómo están las cosas por allí y cuando vuelva seguiremos practicando. Necesitas volver por ti misma, tienes que saber hacerlo, si te adentras en una premonición con las Umbras no puedes quedarte atrapada allí, si no, tu... -Dejó de hablar bajando la mirada y el peor de los temores invadió mi cuerpo. Después de un par de segundos alargó su mano a la mía y clavó los ojos en mi negando con la cabeza.-No. No te preocupes, ¿de acuerdo? Saldrá todo bien, te lo prometo. Aprenderás a controlarlo.

Asentí con la cabeza pero era imposible no preocuparse ante lo que acababa de pasar. Diciendo que era bastante por esta noche, volvimos a la masía bajo la claridad de la luna y el más desesperado de los pensamientos corriendo por mi mente.

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Aun estaba todo sucumbido en la oscuridad cuando desperté. Mi corazón latía fuerte bajo unas ténues gotas de sudor frio que me envolvían. Lo primero que pensé fue en lo ocurrido en las afueras de la masía, donde había practicado en adentrarme a mis premoniciones y con mucha mala suerte había encontrado a las Umbras. Pero eso... eso no fue lo que me despertó en realidad. Esas voces... escuchaba voces lejanas, eso fue lo que me saco del sueño y cuando miré a mi lado extrañamente Logan no estaba.