CAPÍTULO 5- HOJEANDO

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- Hola- de nuevo subió las escaleras sin esperar una respuesta de su padre, como todas las noches, él simplemente le ignoraba, culpándole.

Vaciló al coger el pomo de su puerta, sabía quién había al otro lado. Sabía que había al otro lado.

Respiró hondo y tomó el pomo abriendo la puerta de su habitación con algo de miedo, encontrándose al vampiro justo a unos centímetros de él, esperándolo con los brazo cruzados.

Sin mediar palabra el vampiro lo tomó por el cuello y lo empujó contra la puerta, cerrándola de nuevo con el peso del cuerpo ajeno dirigido por su colosal fuerza.

- Apestas a lobo- dijo, aunque eso era bueno. Significaba que su teoría de que el lobo era de su instituto estaba acertada.

- Hola a ti también- dijo el muchacho sarcástico mientras la mano enorme del vampiro le liberaba con un sutil roce desvaneciéndose. Se sintió bien, aunque no supo porqué.

-Bien, ahora vas a decirme a todas las personas de tu instituto a las que has tenido cerca hoy, uno será el lobo- El vampiro tomó al muchacho de la muñeca y lo sentó en la cama junto a él, preparado para desvelar la verdad.

-En mi instituto hay cientos de personas, podría ser cualquiera. En mi curso hago clase con un total de cien personas, y al fin y al cabo coincido con todos en diferentes asignaturas. Además, en la horas libres nos mezclamos todos los cursos ¡Somos cientos! Y también podría ser un profesor, que no hay pocos, o uno de los padres que vienen a recoger a sus niños a clase. No creo que puedas llegar a averiguar quien es el hombre lobo de todos ellos, son demasiadas personas- explicó el muchacho cabizbajo, en cierto modo le decepcionaba no poder ayudar a Adam.

- Mierda, tienes razón...- murmuró este llevándose las manos al rostro y suspirando con pesar. Debía pensar algo, pero sinceramente no se le daba muy bien.

El chico se sentó más cerca del monstruo, parecían tan débil y humano que lo abrazó, haciendo que este se sintiera raro. Jamás se le había acercado un humano se forma voluntaria.

Por su parte el menor sintió la necesidad imperiosa de curar la tristeza del vampiro, aunque no sabía explicar el porqué.

Adam lo apartó de él decepcionantemente y el muchacho solo lo miró sonrojado. Aquel vampiro era tan misterioso y hermoso a partes iguales que a veces le daban ganas de meterse en su vida y saberlo todo. Lo sobrenatural era fascinante, pero también sentía miedo.

- ¿Po-porque es tan importante para ti saber quién es un hombre lobo?- preguntó el menor algo curioso pero mayormente preocupado.

- No te importa- dijo repitiendo la frase que el pequeño le había dicho antes repetidas veces a él.

- ¡Estas viviendo en mi maldita casa! Al menos tengo el derecho de saber por qué- refunfuñó Dean mientras salía de la cama poniéndose en pie sin lograr ser ni mínimamente intimidante.

Adam se levantó también, dejando al humano a la altura de sus hombros, y lo tomó por la cintura gentilmente antes de volver a sentarlo en la cama.

- Si te callas de una vez te lo explicó- el chico asintió fingiendo con sus dedos que cerraba la cremallera de sus labios.- Sé que en este pueblo una manada de lobos ha raptado a mi creador, Mink, así que necesito encontrar a alguien de la manada para seguirlo, localizar la manada y salvar a Mink. Eso es todo ¿Contento?- Preguntó con un tono sagaz apoyándose en su mano derecha mientras esbozaba una mueca de aburrimiento.

- Oh, lo siento mucho. Él debe ser como un padre para ti... yo... yo perdí a mi madre por qué un hombre lobo la mató sin más... Sé lo mal que se siente, te ayudaré todo lo que pueda- confesó el menor queriendo tomar la mano del vampiro.

Inaceptable (gay) [En Amazon]Where stories live. Discover now