CAPÍTULO 10- CELOS DEL CEBO

18.4K 1.2K 599
                                    

Tras la sonrisa maliciosa de Mark y ante el desconcierto de Nicolau, las enormes puertas se abrieron revelando al interior de la Sweet Home.

Tras la puerta y cruzado de brazos se hallaba el que debía ser el hermano de Mark, con su misma expresión malvada y un cuerpo y cara prácticamente iguales. Parecían gemelos, aunque eso no era lo que preocupaba a Nicolau, sino que otra cosa llamó su atención.

Junto a una nube de polvo, la puerta desplegó un hediondo olor a lobo y sangre muerta que conocía a la perfección.

Podía sentir, entre el hedor a licántropo, el agrio aroma de la sangre de Mink, aunque era escaso. Y tras todas esas sensaciones la sorpresa más grande se hizo presente en el momento en que Nicolau llevó sus ojos un poco más allá del atractivo jovencito que se parecía a Mark, encontrándose con una enorme manada de hombres lobo rugiendo a sus espaldas como un ejército de perros guardianes.

Era ahí, habían sido ellos los que habían raptado a Mink. Con ayuda de dos hechiceros de los cuales Nicolau ya había tenido el placer de conocer a la mitad.

Nicolau intentó buscar una respuesta en los hermosos ojos azules de Mark, pero cuando sus ojos marinos se posaron sobre los del menor, sintió una presión en el pecho.

Bajó la vista y vio como la estaca de madera se hundía en su corazón de forma traicionera, dejando que lo último que viese Nicolau antes de morir, fuese el rostro de su amado verdugo.

Quizás la emboscada que noches atrás los lobos le habían preparado a Adam no había sido muy efectiva, pero al menos el otro hermano vampiro había caído en sus garras.

En las garras de la muerte. Porque no dejarían que nadie se interpusiera entre ellos y la sangre de Mink derramada bajo la esperada noche de luna llena.

Adam se preguntó qué estaría haciendo Dean en su ausencia pues había salido a cazar dejando al muchacho solo en su casa. Algo aquella noche le daba mala espina, era como una sensación de incomodidad alojada en lo más hondo de su cerebro y , por mucho que se partiese la cabeza pensando, no podía adivinar exactamente de qué se trataba.

Sin saber que era Nicolau aquel que había sufrido un infortunio y no Dean, se preocupó y entristeció a partes iguales pensando que el muchachito se hallaría en su habitación llorando como hacía cuando se quedaba solo.

Esa noche su zona de caza había sido el bosque, tenía que comer claro está, pero debía aprovechar el tiempo e invertir su horario de caza en vigilar las zonas boscosas era una buena idea. Tarde o temprano los lobos pasarían por ahí, ya lo habían hecho una vez.

El problema principal es que Adam no tenía ni el tiempo ni la paciencia necesarios para aquello. Se adentró entre los árboles y zonas más frondosas tomando a su presa ya muerta por el tobillo.

Aquella noche le había tocado morir a joven de veinte años que pasaba por la zona con su novia, creyendo que conseguiría algo más que besos en la mejilla tras una romántica cita en el bosque. Lo que el pobre muchacho no esperaba es que su querida fuese a irse a su casa corriendo tras recibir un mensaje caliente de su amante, generando una vociferante discusión de pareja que llamó la atención de Adam.

Y lo que se esperaba mucho menos aún fue que mientras recogía el mantel y la cesta de picnic, junto a una botella de vino sin abrir, un vampiro cayese de entre los árboles como un depredador expectante que deseaba saciar su sed de acción, arrinconándolo, asustándolo hasta hacerlo llorar de puro pavor, para después aburrirse de sus lágrimas y arrancarle el cuello con fieros bocados que casi separaron su cabeza del resto del cuerpo.

Fuese como fuese, Adam ya estaba satisfecho esa noche tras comerse a un chico cuya vida personal le era indiferente, aunque ahora tenía la tediosa tarea de alejar el cadáver algo lejos del pueblo.

Inaceptable (gay) [En Amazon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora