Capítulo 16

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Jared

Alice se disculpa para ir al baño y aprovecho para desabrocharme los dos primeros botones de la camisa que me está dejando sin respiración.

Miro a ambos lados y a mis espaldas, donde veo una mesa llena de gente, mucha gente. Frunzo el ceño cuando veo sus ojos verdes y vuelvo a mirarle mejor. ¿Qué coño hace Walter aquí?

Él también me mira, y su reacción es prácticamente la misma que la mía. Me doy la vuelta rápidamente.

Si Walter está aquí significa que...

Alice sale del baño y se sienta a mi lado.

-¿Has pedido la cuenta ya? -Me pregunta.-

Niego con la cabeza porque las palabras no salen de mi boca.

Entonces, a continuación sale ella, totalmente diferente a como la recordaba. Ya no parece la tímida chica que era, ni mucho menos. Lleva unos vaqueros blancos apretados con una camisa azul que le sienta de maravilla.

Se ha maquillado, joder, va maquillada ahora cuando hace unos meses apuesto a que ni tenía pintalabios.

Parece una modelo, está guapísima.

No me mira cuando pasa, simplemente se sienta al lado de Walter y le da la mano, le da la jodida mano.

No sé expresar como me siento. El corazón me late rápidamente, pero no sé qué quiere decirme con eso. Ojalá los latidos pudieran ser traducidos.

-¿La conoces? -me pregunta confundida.-

Niego con la cabeza varias veces y le miro. Parece un poco celosa, pero, no entiendo por qué. No somos nada, solo me la he follado un par de veces.

-Pues parece que te ha gustado bastante, ¿no? -Alza una ceja.-

-No me irás a montar un numerito, ¿no?

Alice me mira un tanto sorprendida. Joder, creo que me he pasado un poco bastante.

-Lo siento, no es eso lo que quería decir. -me disculpo rápidamente.-

-Claro que es lo que querías decir. -muemura negando varias veces con la cabeza y entonces junta sus cosas para levantarse de la mesa y salir por la puerta.-

Quiero ir tras ella y follármela en su casa como Dios manda, y que me perdone, pero, por alguna razón, permanezco sentado.

Me giro y la miro, me mira con el ceño fruncido. No aguanta más de un segundo mirándome y me desvía la mirada para dirigirla a su plato.

El camarero me deja la cuenta sobre la mesa y le dejo un billete de cincuenta euros para después levantarme y salir, pero una voz me detiene.

-¿Jared Parker? -pregunta un hombre.-

Detengo mis pasos y diviso al hombre cuarentón que me mira fascinado.

-Vaya, pensaba que tu existencia era simplemente una leyenda. -dice fascinado.-

-¿Quién eres? -Le pregunto un tanto brusco.-

-George Youth, soy el director de la revista Youth, seguro que no la conoces, pero algún día lo harás. -me asegura.-

-Qué bien... -murmuro y la miro, está cabizbaja, en cambio Walter me mira con rabia.-

-¿Te gustaría trabajar con nosotros esta semana? -me ofrece.- Podríamos hacer unas fotos increíbles contigo y Madison... -dice señalándola con su dedo índice.-

-Ni de coña. -casi ladra Walter.-

Sonrío satisfecho al saber que no quiere que esté cerca de su chica. Entonces la miro nuevamente a ella, quien me mira tímidamente.

-Estaría bien. -le digo.-

No es que quiera ganar dinero, cosa que quiero, sino que me encanta ver a Walter rabiar, y ahora que le tengo más ganas que nunca voy a aprovechar la mínima oportunidad para entrar en su terreno.

Observo las caras de sorpresa de Walter y Madison, sobre todo la de Madison.

-¡Fantástico! -dice ese tal George muy contento.- ¿Por qué no me das tu número se teléfono para poder contactar contigo más tarde?

Saca su teléfono y va apuntando los números en su agenda conforme se los voy dictando. Entonces vuelvo a mirarla una vez más, no recordaba que estuviese tan buena, joder.

Levanta la mirada que tenía fija en el suelo para mirarme, y me veo obligado a apartársela al comprobar que son esos mismos ojos cómplices que me miraban con pena cuando me echó de su casa, ojos que pertenecen a la mujer que mató a mi hijo mientras yo andaba sometido a aquel juego de Elsa en los bosques.

Recuerdo entonces también a Tom, James, Kai y la pobre Elizabeth que murió en el bosque. He compartido demasiados momentos de mi vida con ellos.

-Tengo que irme. -Les digo con la mirada baja aún tras habérsela desviado a Madison.-
No la miro más, simplemente retrocedo unos pasos y salgo por la puerta.

No quiero pensar en qué hace Madison aquí, ni siquiera quiero pensar en que realmente está aquí, simplemente me limito a caminar, sin centrarme en las baldosas que piso.

Saco mi teléfono nuevamente del bolsillo de mis pantalones y le envío un mensaje a Alice.

Yo: No te habrás enfadado conmigo...

Lo bloqueo y guardo. La noche no ha terminado como imaginaba. No estoy follando con Alice en su casa, ni en ningún bar emborrachándome matando al tiempo.

Joder, acabo de verla y no sé cómo sentirme. ¿Es que acaso tendría que sentirme de alguna manera? No tengo ni puta idea de qué hacer, solo dejo que los recuerdos fluyan por mi mente.

Voy caminando distraídamente por el camino de piedra, directo a entrar a la jodida cárcel. Voy tan distraído que ni siquiera me percato de la chica que va caminando de espaldas, retrocediéndo lentamente, hasta que se choca contra mi pecho.

-Lo siento. -suelta rápidamente y deduzco que es nueva.-

Se gira para mirarme y sus deliciosos labios carnosos se entre abren al verme. Seguro que no se esperaba esto. Como me resulta divertida la situación, tenso la mandíbula sin perder mi papel de chico malo y la miro de arriba abajo, de esa manera que hago que a cualquiera se le erice la piel.

-Ten más cuidado la próxima vez. -le digo ásperamente para después seguir con mi camino.-

A lo largo del día no logro sacarla de mi cabeza, esos labios, esos ojos... Es por eso por lo que a la salida, al verla sola, me espero con el coche mirándola por el espejo retrovisor.

Recuerdos de aquel primer día en el que la conocí, donde yo era el malo y ella la buena. Benditos días aquellos...

Aquí capítulo de Dropped...

Ya estoy haciendo la cuenta atrás para las vacaciones de verano JAJAJA queda poco :)

Dejad vuestros comentarios y votos, como siempre y, ¡Besos desde España a todos!

DROPPED 3 - AGAINTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon