Capítulo 29

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Madison

Pronto, mi familia, Jared, April y yo volvemos a California, bueno, April a Nueva Jersey.

Me promete que me llamará y enviará mensajes en cuanto pueda, y que podemos hacer también skype.

La verdad es que me cuesta despedirme de ella porque, aunque no me acuerde mucho de ella, sé que fue y es una gran amiga para mí.

Cuando llegamos a la que es nuestra casa, observo algunas fotos de una niña pequeña abrazada a mi madre. Mi madre, se me había olvidado por completo ese tema.

-¿Dónde está mamá? -le pregunto a mi padre, que está detrás de mí.-

Toma una bocanada de aire y hace una mueca. Coloca sus manos sobre mis hombros y me conduce hasta el salón para sentarnos ambos en el sofá.

-Madison, tu madre... Tu madre murió cuando eras pequeña. -me explica y mi corazón deja de bombear la sangre de mi cuerpo.-

No. Eso no puede ser verdad.

-Pero... Me acuerdo de ella. Me acuerdo de cuando jugábamos juntas, de cuando me abrazaba cuando no podía dormir y veíamos la televisión juntas... -digo con el ceño fruncido.-

-Madison... -murmura.-

No me doy cuenta de que estoy llorando, de que las lágrimas van mojando lentamente mis mejillas. No me doy cuenta hasta que mi padre lleva su dedo pulgar a esta para intentar secar las lágrimas, pero en vez de eso su dedo acaba empapado.

-Siento que hayas tenido que olvidarte de eso, cariño, pero las cosas se asimilan una vez, y tú ya lo hiciste. -Me asegura.-

¿Ya lo hice? ¿Es posible asimilar la muerte de tu madre? Siento que mi corazón está rompiéndose en mil pedazos.

-Me gustaría dormir un poco. -le digo a mi padre.- Estoy cansada.

Papá asiente y se va a la cocina mientras que yo me dirijo a mi habitación.

Las lágrimas no cesan, caen y caen sin intención de dejar de terminar de caer.

Empiezo a abrir los cajones de los armarios, intentando encontrar algo que me distraiga, algo que me haga pensar en otra cosa que no sean los recuerdos de mi madre y yo. Abro y cierro, de una manera desesperada, hasta que abro ese cajón.

Frunzo el ceño cuando veo la pequeña cajetilla. Ya no lloro, ahora estoy confundida.

¿Solía fumar?

Saco la cajetilla y debajo encuentro un mechero. Me siento en mi cama, con las piernas cruzadas, y saco un cigarrillo de la cajetilla para acariciarlo con las yemas de mis dedos.

Mi corazón empieza a latir rápidamente, y algo en mi interior me pide, o más bien, me obliga a que lo encienda. Y eso es exactamente lo que hago.

Me coloco el cigarro entre los labios y cojo el mechero para encenderlo.

Me doy cuenta de que ya no lloro, de que ya no siento dolor, de que los latidos de mi corazón han vuelto a su ritmo normal.

Esto está mal.

Rápidamente me levanto de la cama y abro la ventana para apagarlo y tirarlo por esta.

¿Por qué tengo cigarros en mi habitación? ¿Por qué fumaba?

Jared

Miro el edificio antes de entrar. Joder, fue un maldito capullo al irme, aunque, gracias a irme he recuperado la pieza que me faltaba.

Entro en este, ya que la puerta estaba abierta, y subo algunos pisos hasta llegar al adecuado.

Solo espero que no me manden a la mierda.

Me acerco a la puerta y toco el timbre algo tembleroso. Tomo varias bocanadas de aire y agarro bien el bolso grande que llevo colgando de mi mano derecha.

Entonces James abre la puerta, y abre los ojos como platos al verme.

-Jared... -dice.- Pensaba que estabas en España.

-Y allí estaba. -afirmo.- Pero he vuelto.

Esto está siendo más complicado de lo que pensaba.

-Kai y Tom están fuera, pero pasa.

Termina de abrir la puerta y me deja pasar. Entro y compruebo que nada ha cambiado, que todo sigue exactamente igual que cuando me fui.

-¿Has sabido algo de Madison? Me dijo que se iba a España y poco después de irse no supe más de ella. -dice algo preocupado.-

-Sí, la vi allí. -le digo.- Hemos vuelto juntos a California.

-¿Qué? -pregunta confundido.- ¿Volvéis a estar... Juntos?

-No exactamente... -me siento en el sofá.- Tuvo un accidente de coche y lo olvidó prácticamente todo.

-¿Qué? -dice todavía más confundido.-

-Ya no está con Walter, porque no le quiere. Y si las cosas siguen así, pronto volveremos a estar juntos.

-¿Puedes algún día traerla aquí? -Me pide.- Quiero verla y hablar con ella.

-Claro... -asiento.-

-No puedo creer que le haya tenido que pasar esto a ella... -suspira y entonces me mira.- Jared, tengo que contarte algo... Le he mandado cientos de mensajes a Madison diciéndoselo, pero se ve que no tenía internet y no podía recivirlos...

-¿Qué pasa, James? -frunzo el ceño.-

-Voy a decirlo directamente, aunque pueeda ser un poco brusco... Tengo cáncer en los pulmones. -suelta finalmente.-

Abro los ojos como dos malditos platos. Recuerdo que me dijo que su padre tenía cáncer y que lo más probable sería que él heredase esa parte, pero nunca llegué a pensar que la heredaría de verdad.

-James... -musito.-

-No tienes que decir nada, solo quería que lo supieses. Pasado mañana van a hacerme la primera quimioterapia.

-Estaré allí contigo, y Madison también, le diré que venga mañana mismo. -le aseguro.-

-Gracias... -murmura.-

No puedo creer que esto vaya a pasar de verdad. No quiero perder a James, no quiero que le pase nada... Estoy asustado, sí, tengo mucho miedo de lo que pueda pasar a continuación.

Entonces me doy cuenta de que es verdad eso de que la vida es una perra con los que menos se lo merecen, ahora mejor que nunca lo sé después de lo que les está a dos buenas personas como lo son Madison y James.

Esto es una injusticia.

Sí, sé que es un poco bastante corto, pero estoy de vacaciones y no quiero tardar en subir más porque no me gusta haceros esperar.

Os recuerdo a todos que mi novela llamada El Profesor de Geografía (novela erótica) ya tiene dos capítulos publicados, así que si no es una molestia, espero que podáis pasaros a leerla.

Besos a toodos!

DROPPED 3 - AGAINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora