Capítulo 31

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Jared

No puedo evitar sonreír cuando, al despertarme, la siento sobre mi pecho. Siento felicidad de tenerla junto a mí, porque sé que no la merezco. Sé que después de todo lo que le he hecho sufrir, aunque ella no lo recuerde, no la merezco.

Acaricio su mejilla delicadamente con las yemas de mis dedos, sintiendo el placer que siento cada vez que toco su piel.

Si tuviese la oportunidad de repetir un único momento el resto de mi vida, sería este sin duda alguna. Adoro tenerla entre mis brazos, adoro sentir que la estoy protegiendo de los demás. La adoro.

Se remueve entre mis brazos un poco y gruñe. Acaricio su brazo de arriba abajo y bajo la mirada para observarla detenidamente.

-Buenos días. -le susurro.-

Se estira, sin preocuparse de que esté bajo ella, y entonces abre los ojos a regañadientes para mirarme.

-Hola... -dice ronca.- Qué cansada estoy. -bufa apoyando su mejilla sobre mi pecho.-

Pasamos casi toda la noche haciendo el amor, normal que lo esté.

-¿Puedes llevarme a casa? -me pregunta entonces.-

-Claro, pero más tarde.

-Me parece buena idea. -asiente y levanta la cabeza buscando mis labios para plantar un corto beso en estos.-

-Eres preciosa, Madison. -le digo llevando un mechón de pelo tras su oreja.-

-No creo que sea el mejor momento para decirlo. -dice escondiendo su cara en mi cuello.-

-Enserio, Madison, eres preciosa de cualquier manera. -le aseguro y cojo sus mejillas para que me mire.-

Uno nuestros labios y giro nuestros cuerpos para ser esta vez yo quien queda encima de ella. Mi miembro la busca, y cuando la encuentra no vacila en entrar en su ya húmeda entrada. Su respuesta es un gemido que ahogan nuestros besos y sus manos apretando mis hombros.

Empiezo con embestidas suaves, intentando coger el ritmo.

La miro a los ojos al separar nuestros labios y ella hace lo mismo.

Joder, es perfecta. Sus ojos brillantes, sus labios hinchados, cada facción la hace ser perfecta.

Pronto acelero mis movimientos y junto a ellos nuestras respiraciones, hasta que minutos después ambos llegamos al éxtasis.

Nos quedamos un rato más tirados en la cama, tratando de recuperarnos, y después, muertos de hambre, vamos a la cocina a buscar algo de comida.

Desgraciadamente, no encontramos nada más que galletas de chocolate, así que las acompañamos con un vaso de leche.

-Pero mira quiénes se han despertado. -escuchamos la voz de Kai, que llega junto a James.-

-Pensábamos que no os despertaríais nunca. -se burla James ahora.- Aunque normal, después de la noche que habéis dado...

Me agrada que las cosas vuelvan a ser como antes, que no sea incómodo el hecho de que haya vuelto por la forma en la que me fui.

Madison se sonroja y la miro con una sonrisa.

-Bueno, vamos a dejaros con vuestro momento de parejita, pero luego tienes quw ayudarnos con unos recados. -me dice Kai.-

¿Recados? ¿Qué recados? Frunzo el ceño y decido dejar el tema para después.

James y Kai se marchan y entonces terminamos nuestro desayuno.

-¿Vas a salir esta noche entonces con Walter? -le pregunto preocupado.-

-Sí... -asiente.- Quiero que sea justo para los dos, Jared. Quiero que sepa que ha tenido la oportunidad.

-Ya, claro... -murmuro bajando la cabeza.-

Madison lleva sus manos a mis mejillas, y empieza a acariciarlas con las yemas de sus dedos pulgares.

-Te quiero, Jared, no olvides eso.

Me quiere, y tengo que apartar a Walter de mi mente de una puta vez.

Estamos juntos una media hora más y entonces la llevo a su casa, para después volver a la mía, encontrándome con James, Kai y Tom sentados en el sofá.

-Es bueno volver a verte como antes. -confiesa Tom.-

Me siento en el sillón, frente a ellos.

-¿Qué recado hay que hacer frunzo el ceño.-

-Nos piden desde un almacén de Torrance quinientos gramos. -me dice James.-

-¿Tenemos quinientos gramos? Pensaba que lo habíamos perdido todo en el incendio. -digo confundido.-

-Sí, lo perdimos todo pero, hemos logrado conseguir algunos trabajillos y hemos podido comprar alguna que otra planta. -se encoje de hombros James.-

-¿De qué trabajillo me estás hablando? -Me levanto frunciendo el ceño.-

-Hemos estado trabajando para Enzo. -suelta.-

-¿Qué habéis estado trabajando para quién? -Digo empezando a irritarme.- Sabéis que siempre hemos tenido problemas con él, ¿por qué coño trabajáis par Enzo?

-Porque necesitamos el dinero de alguna manera, y es imposible conseguir un puto trabajo cuando todos saben de dónde vienes. -dice empezando a enfadarse también.-

-¿Y qué pretendéis? ¿Qué yo también trabaje para Enzo? Sabéis que podrían arrestarnos por eso, ¿no? -alzo ambas cejas.-

-Las cosas han cambiado, Jared. -interviene Kai.- La gente ha cambiado.

-No, me niego a pensar que él ha cambiado. Es un hijo de puta, siempre lo ha sido. -me levanto del sillón y camino hacia la cocina.-

-Necesitamos el dinero, Jared. -dice James.- Y estoy seguro de que pagaría más por ti que por cualquiera de nosotros.

Vuelvo al salón y los miro.

Recuerdos empiezan a invadir mi mente.

-Ese es mi chico. -Le sonríe un Enzo de unos treinta años al Jared de dieciséis años.- Estoy tan orgulloso de ti.

Paso por su lado y entro a los baños para quitarme las vendas llenas de sangre de mis manos.

Él sigue mis pasos, lo veo tras mi por el espejo.

Abro el grifo y me lavo las manos.

-¿Qué pasa? ¿No te gusta esto? -me pregunta.- ¿Crees que no es juto para ellos? Recuerda que son esos mismos los que te apartan por ser un de barrio.

Tenso la mandíbula mientras sus palabras penetran mi mente.

Salgo del baño sin decir nada, porque sé que tiene razón.

Enzo siempre sabía cómo meterse en mi cabeza, y eso es lo que más miedo me da de él. Aunque, supongo que después de todas las mierdas de Elsa ya nada puede manipularme.

-¿Vas a venir entonces? -me pregunta James.- Necesitamos saber si nos ayudarás a pagar esta casa o no.

Les miro detenidamente a todos, intentando descubrir qué es lo mejor, y no solo pada mí.

-Está bien. -acabo deciendo.-


¿Qué creéis que pasará con ese tal Enzo y Jared?

Dejad vuestros comentarios y votos :)

DROPPED 3 - AGAINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora