15.

3.1K 197 27
                                    

Hace ya unos 10 minutos me habían sacado de la habitación, otro paro al corazón, uno de muchos en este último tiempo. Mis mejillas estaban rojas de tanto llorar, mis manos estaban temblando no podía aguantar verla así.

—Mi amor, si quieres irte –susurre para mí–se que sufriré pero tú ya no más, solo vete si es lo que quieres.

Luego de quizás uno 5 minutos más salió el doctor, por la cara que traía me daba algo de esperanza pero al mismo tiempo me hacía no darme ilusiones tan pronto. Se acercó a mí y se sentó, toco mi hombro en signo de apoyo, con una media sonrisa comenzó a decirme que es lo que estaba pasando dentro de esa habitación, el mayor de los temores míos estaba siendo realidad —Ella no recuerda nada.
Esperaron a que pudiera tranquilizarme, y me dejaron entrar, ya estaba libre de tanto aparato, para ser una chica que acaba de tener varias complicaciones de salud, estaba bastante bien. Le sonreí cosa que ella imito unos segundos después.

—Hola.

Fue lo único que pude decir, que no me hiciera romper en llanto, otra vez como una vieja. Me senté en uno de los bancos que estaban cerca de su camilla.

—Hola –respondió ella con una sonrisa, como la primera vez que la había conocido– ¿vos quien sos?

—Soy todo lo que tú quieras que sea –río en bajo y luego negó.

—¿Eres mi hermano? –arqueo una ceja y negué– ¿Eres mi novio?

—Algo así princesa –le volví a sonreír— de todo lo que quería que pasara esto no estaba en mis planes

—¿Y qué estaba en tus planes? –dijo dudosa.

—Irnos a casa, con tu cabeza bien llena de recuerdos –volvió a reír y me contagio– no vacía.

—Lo siento –bajo su mirada.

—No lo sientas princesa, ahora solo tengo trabajo de volverte a enamorar, y que poco a poco recuerdes, si es que así quiere tu cerebro

-Lo mejor será fingir que no te recuerdo.

Llegamos a casa, todos la estaban esperando ya que les había avisado que Lali había despertado y estaban por darla de alta. Entramos y en familia estaba una gran celebración, pastel, globos y muchas cosas más.

—Mi niña

Su madre y su padre corrieron a abrazarla, la llenaron de besos, le contaron pequeñas cosas de su vida, sus hermanos entre lágrimas y risas le contaban quién es ella, como es ella.

-Algo está raro acá.

Después de esta un buen rato hablando y comiendo pastel, la compañera a su habitación, prendimos la televisión y pusimos una nueva serie que acaba de estrenarse, no me llamaba mucho la atención, pero a ella si.

—Eres buena –le dije cuando aquel programa había terminado.

—¿De qué hablas?

—Eres buena mintiendo, fingiendo.

Juguemos a ser ¡¿Novios?! ||Laliter||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora