18.

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Ahora Lali se encontraba en el centro de aquella cama, sin ropa llena de ganas de estar con el hombre que más ama, su respiración era irregular su pecho subía y bajaba de una manera rápida. Mientras Peter estaba arriba de ella sonriéndole, le encantaba tenerla de esa manera.

—¿Lista?

—Si –beso sus labios.

Peter tomó su miembro y empezó a entrar de una manera lenta, lo que menos quería era lastimarla —Duele– se quejó un poco. —Ya pasara.

Luego de eso Peter entro de un solo; provocando un grito en ella. Era algo nuevo, era su primera experiencia de esa manera.

Luego de que Lali se acostumbro Peter empezó sus vaivén, cada vez más rápida. Los pechos de Lali subían y bajaban rozando con el pecho de el. Provocando cada vez más. —Es que de verdad me pones– Peter tomó uno de sus pechos y comenzó a besarlo, y si era posible morderlo. Arqueo su espalda ante esa sensación. —M-más– Pidió mientras Peter iba subiendo sus embestidas.

—M-me vengo

[...SOY MALA CON ESTAS COSAS...]

—Te amo –dijo Peter mientras besaba la mejilla de ella.

—Yo te amo más –lo abrazo y así se quedo dormida en su pecho.

[...]

El celular de Peter sonaba y sonaba sin parar desde ya hace una hora, en la cual Peter había tratado de ignorarlo y volver a dormir. —Quien llama a estas horas– se soltó del abrazo de Lali y tomó la llamada. Pero no antes de salir de la habitación.

—¿Aló?

—Se supone que vengarías a la empresa de tu familia, no que estarás acostándote con ella.

–Lo haré cuando sea el tiempo, y no seas un puerco y deja de ver lo que hago.

–El tiempo se acaba, no es cuando tú quieras, es cuando yo diga, así que deja de estar cogiendo y ven rápido.

–En una hora estoy allí.

[...]

Tomó su ropa, su celular y las llaves de su moto, sabía que luego de salir de esa puerta se arrepentiría. Estaba dejando de nuevo a su amada a la merced de cualquier peligro.

Mensaje a B.
Seguridad para ella.

El viento golpeaba su cara, mientras las lágrimas salían, otra vez estaba débil, peor que el día que lo golpearon, hoy no era físicamente ... Era emocionalmente. Que es mucho peor.

El celular sonaba sin parar, se estacionó y las llamadas y mensajes que menos quería Ahorita estaban allí.

Mensaje Lali.
¿Dónde estás?
¿Por qué te fuiste?
¿Llegaras a la mañana?
¿Por qué la maleta no está?
Peter, no lo hagas de nuevo.

Guardo el celular y siguió su camino, no había marcha atrás. Tenía que hacer lo que tenía que hacer, para lo cual entrenó por más de un año.

—Pensé que no vendrías

—No rompo mis promesas.

Juguemos a ser ¡¿Novios?! ||Laliter||Where stories live. Discover now