02| Traición

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     —Lo dejaste huir —reclamó con voz ronca— Tienes idea de...

     —No lo dejé huir —le interrumpió— Quería que lo hiciera —aclaró—A demás. A ti te da igual lo que yo haga o no con él. Te lo dejé claro la ultima vez. No trabajaré contigo, Obito.

     —¡Te he dicho que me llames Madara! —gritó furioso tirando al suelo las medicinas que tenía Takeshi en la mesa. Segundos después tomó aire y se relajó— ...Te propongo un trato...

     —¿Un trato? —preguntó interesado Takeshi dándole un mordisco al platillo de comida.

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     —¡Se lo dije! ¡Ella jamás debió ser la Hokage! —renegó la anciana.

     —¡Koharu! —la regañó el anciano.

     —Sostengo mis palabras. Si tan solo Jiraya no se hubiera comportado tan renuente al puesto —dijo la anciana del consejo de Konoha de manera firme.

     —Es suficiente, Koharu. Sus comentarios no están resultando productivos. Proceda Lady Tsunade —le defendió el anciano Homura también del consejo de Konoha mientras la anciana balbuceaba con ira.

     — ...Se que esto hubiera sido diferente si lo hubiera manejado de una mejor manera. Lo sé... —se tomó un respiro— Pero estamos tomando nuevas medidas por si Takeshi vuelve a aparecer...

     —¡No menciones su nombre! —escupió la anciana.

     —Koharu... —amenazó el anciano con voz ronca.

     —Como les decía... Tenemos varios equipos ANBU buscando a Kakashi y a Yamato. Mientras otros se encargan de recolectar información sobre el paradero de Naruto, Sasuke y Takeshi. Claro, no nos podemos olvidar de Madara. En cualquier momento revelará lo que planea y...

     —¡No tienes nada bajo control, niña! —reclamó la anciana. Tsunade ya impaciente golpeó la mesa y se acercó a su arrugada cara.

     —He hecho más cosas que usted. Estoy intentando arreglar la situación; En cambio usted, solo se queda ahí sentada pudriéndose con el tiempo y mandando en una época que no le corresponde...

     —Tsunade. Es suficiente —la interrumpió Homura mientras que la anciana solo guardaba silencio. Suspiro— continuemos con la junta pacíficamente, por favor —pidió agotado.

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     —¿Quién es él? —preguntó la niña a su madre apuntando a un señor de la tercera edad trabajando para arreglar la entrada de Konoha. Tiraba montones de tierra para rellenar el enorme cráter del lugar.

     —No lo sé. Nunca antes lo había visto, pero ya es muy noche para que esté trabajando tan duro —le respondió la madre acercándose al señor con un pedazo de pan que traía en su bolsa de compras.

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     —Te ofrezco un lugar seguro cuando ponga en marcha mi plan "Ojo de Luna" —ofreció Madara.

     —"¿Ojo de Luna?" —repitió Takeshi intrigado.

     —Solo diré que comenzaré una guerra para traer la paz... —Suspiro— ...Para ello tendrás que abandonar los ideales de Orochimaru y unirte a mí —dijo Madara para después dejar la escena en un silencio ensordecedor.

     —¿Y si me niego...? —Preguntó Takeshi dándole un trago a su bebida de una manera sínica e indiferente. Sin embargo segundos después bajó su comida y habló de nuevo—...Acepto —anunció seguro ante su oferta. Madara asintió con la cabeza y desapareció en un remolino, dejándolo solo.

     —Takeshi soltó un profundo suspiro para después observar el ocaso a través del cristal de la ventana y dejar caer una lágrima a lo largo de su cara.

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     —Tome —le ofreció la señora. El anciano sudoroso y cansado guardó silencio y continuó trabajando. La señora comenzó a dudar pero su hija la animó de nuevo— Es algo noche para seguir trabajando, no lo cree? —Silencio. Esta vez comenzó a tener miedo, después del incidente de Takeshi y Naruto, la aldea era tan insegura y débil que incluso ese anciano resultaría sospechoso— Bien, creo que... —El anciano la interrumpió al abalanzarse sobre ella y quitarle el pan para comenzar a comerlo decesperadamente. La señora sonrió más tranquila y relajó su mano con la que apretaba a su hija protectoramente.

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     —Parece que has despertado... —escuchó una lejana y familiar voz. Su vista era borrosa y sus recuerdos se encontraban confusos, pero siempre reconocería el rostro de uno de sus más grandes estudiantes. Y uno con el que más errores ha cometido.

     —Sasuke —murmuró su nombre, su garganta se encontraba reseca y su voz cansada. No podía moverse y su cuerpo le dolía, como si hubiera estado en la misma posición por demasiado tiempo.

     —El mismo —respondió mirándolo por un segundo, Kakashi sintió el temor correr por sus venas; había visto antes una mirada así en su estudiante, pero ninguna tan aterradora y llena de obscuridad como aquella— ¡Ho! —exclamó al percatarse de su reacción— ¿ ...Te he asustado, Sensei? —soltó una risita floja.

     —¿Qué planeas ganar con esto? —preguntó jaloneando ligeramente el amarre de sus manos y pies a la silla— Sasuke no dijo nada, solo limpiaba su espada con un trapo manchado de sangre— Esa espada... ¿Qué has estado haciendo, Sasuke? —preguntó Kakashi a la defensiva pero con cautela, reconocía la enorme desventaja que tenía a comparación de su alumno.

     —Haces demasiadas preguntas... —dijo finalmente, fastidiado. Kakashi alcanzó a notar un tinte diferente en su voz, mas áspera y severa. A diferencia de la que recordaba; seria y con rencor— ... —guardó silencio por un largo tiempo hasta que finalmente habló— ¿No te parece hermoso?... —dijo observando su afilada y destellante espada— ...Lo fácil que es destruir un país entero con unas simples marcas en la espalda de cualquiera.

     —¿De qué hablas, Sasuke? —preguntó Kakashi. Sasuke solo soltó una ligera sonrisa.

     —No te preocupes. A ti no te haré nada... Físicamente —respondió de manera burlona — Tu solo te quedaras ahí sentado y observaremos como el sistema de tu querida aldea se destruye.

✖ The Dark SideWhere stories live. Discover now