gods youth - ziam

VIII ☼ recognition (pt.3)

"¿Estás seguro? No tengo problema alguno pero... tus papás... no lo sé, Zayn" respondí a su pregunta.

En su respuesta, entendí que muchas veces las coincidencias jugaban a nuestro favor. "Te hablé para que me hicieras compañía y me presentaras a negro porque mis papás están fuera de la ciudad. Se fueron junto a mis hermanas a la boda de una tía. Dejaron a este enfermo a su suerte, aquí en la casa" respondió ronco. Claro, era bastante cierto. Ahora llegaba la conciencia de que cuando llegué nadie había respondido mis saludos mientras me adentraba en los pasillos hasta el cuarto de Zayn. Este tosió cubriéndose la boca y volvió a su cama, sintiéndose derrotado.

Pensé todo por un momento y acepté. "Está bien" repasé por mis labios mientras alzaba mi móvil para avisar a todos los que deberían ser avisados. Mi hermana, papá, mamá, el grupo de fumadores compulsivos que eran mis mejores amigos... todos se llevaron la noticia de que aquella noche me quedaría en casa de Zayn Malik. No sería problema en casa ya que estarán contentos de que tuviera amigos promedio.

Poco después, ya estábamos sentados en el piso. Tapados con la misma cobija de planetas. Comíamos pizza de pepperoni mientras reíamos como tontos a comedias que nos encontrábamos en la televisión. El exterior era totalmente silencioso, la penumbra de una delicada lluvia junto con la hora propiciaba la ausencia de las personas.

Comencé a sentir la pesadez en mis ojos, estaba ganando el sueño de la noche. Me recargué en él. En ese punto de nuestra amistad supuse que sería algo tierno más no atrevido. Además, la comodidad que tenía con Zayn no la podía cambiar por nada.

Me estremecí cuando su brazo, embarnecido en grosor por su ejercicio, rodeó mi cintura y sujetó mi cuerpo con fuerza contra el suyo. Su atención estaba enfocada aún en la televisión.

Nunca había sentido un sostén tan genuino, cálido y cariñoso.

Un escalofrío me arrulló. Recargué mi peso en él sin problemas mientras seguía riéndose con serenidad a lo que observaba. Mientras yo me quedaba dormido.

Negro había hecho cuna en la pileta de ropa sucia y reposaba sobre una suéter oscuro que recién había Zayn puesto en aquella esquina. No me preocuparía su descanso.

Me quedé plenamente domido. Al lado de Malik. Algo que hacen muy frecuentemente los amigos. ¿No? ¿No todos los amigos se abrazan para dormir? Mi percepción de la amistad era nula, así que simplemente me dejé llevar por lo que me hacía sentir mejor.

Me levanté por un trueno, toda la habitación estaba en penumbras. La ventana reflejaba la tenue iluminación de un poste de luz en la calle. Me encontraba en pijama, sin camiseta. Zayn estaba en ropa interior. Juntos, en la misma cama. Bastante espaciosa pero nosotros nos concentrábamos en el centro. Sus manos se habían enredado haciéndome la cuchara más pequeña por lo que mis movimientos tuvieron que ser delicados. Noté que Negro se había acomodado en nuestros pies.

Suspiré y me di la vuelta para recostarme en su hombro y dormir.

Me mantuve unos segundos en aquella posición pero... aquel sentimiento que alguien en la oscuridad te observa me sacaba de mi comodidad. Como las noches enteras que tratas de dormir pero hay algo que no te deja hacerlo.

Y estaba en lo correcto.

Un hombre mayor, de físico gigantesco nos observaba desde la sombra en la pared que daba a la ventana en la cual se estaría postrando. Su figura me asustó bastante. En una de sus manos portaba lo más parecido a una espada curva. Cerré mis ojos, aquello era un sueño. Tenía que serlo. Los volví a abrir. Cuando hice esto, aquella figura había desaparecido.