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Sus cachetes estaban más rosados que nunca, y sus ojos zafiros estaba abiertos de confusión pero emoción al mismo tiempo. Sus resecos labios por el frío temblaban la respuesta afirmativa:

—Si, si quiero ser tu pareja para el baile. — y finalmente sonrío.

Después del desayuno, cuando regresábamos a las cabañas para lavarnos los dientes me acerqué a Cecilia para cumplir mi promesa.

— Eh, Cecilia. ¿Te ha gustado el desayuno de hoy? — trate de llamar su atención y detener su camino.
— Me ha gustado el huevo, aunque mi papá le pone algo de pimienta para darle más sabor. Es lo único que hace para que sepa diferente. — su voz sonó entre su bufanda rosa.
— ¿tu mamá no es la que cocina? — pregunté, cosa que se me hizo extraño.
— Solo sabe pedir comida a domicilio.

Reí, demasiado para ser verdad. Y ella se detuvo para seguirme la corriente. Nunca me imaginaría a una madre sin delantal, realmente toda la familia de Cecilia era fuera de lo común.
Sin darme cuenta, éramos los únicos que quedan en el camino.

Sentí nerviosos al decir esa pregunta,
porque era una mentira.

Fuimos los últimos en llegar a la siguiente actividad; todos ya estaban ahí mientras que yo corría a toda velocidad para que no notarán que nunca había estado ahí pero los pasos de Cecilia lo arruinaron todo. Las miradas y susurros se clavaron en nosotros, me habían descubierto.

— Niños, les he dicho que no pueden tardar más de cinco minutos para lavarse los dientes. — dijo una de los animadores, quien se acercó viéndonos con alegría. Se notaba a uno centímetro que estaba harta de este trabajo.
— Perdón. Ha sido mi culpa, señorita. — contestó Cecilia. No la interrumpí, realmente fue su culpa por tardarse tanto en el baño. O fui yo quien la espero y por eso llegue tarde.
— No lo vuelvan a hacer, ¿está bien?
Los dos afirmamos con la cabeza.
— Ya que fueron los últimos en llegar, todas las parejas ya están establecidas para el siguiente juego. Los dos serán pareja por esta ocasión.— termino la animadora con su sonrisa irritante.

La vida conspira contra mi, la animadora me odia en secreto. Estaría con Cecilia todo un baile sin opción, ¿no era demasiado? Fue cuando se escucharon los susurros entre mis compañeros;
Pobre Ed. Tendrá que soportarla. Esta vez no ganará. Espero que no lo contagie de rara. ¿Porque ambos llegaron tarde? Cecilia es afortunada. Ed perderá con ella como pareja.

Baje la cabeza y mire el pasto todavía mojado, me sentí mal por ser observado por tantas personas. Continúe escuchando las instrucciones del juego.

El juego era fácil para alguien como yo, pero imposible para Cecilia. Se trataba de un rally, una carrera de obstáculos y varias actividades donde la primera pareja en llegar a la meta ganaba. Así de simple pero lejos en la situación que estábamos, además que una regla era que no se podía separar nunca de su compañero.
Ósea, las manos de Cecilia tenían que agarrar las mías.

Todos nos pudimos listos para salir corriendo, todos estaban agarrados de la mano. Menos Cecilia que jugueteaban con ellas y no me volteaba a ver por estar con ellas. Tenía que ganar, pero sabía que era imposible. Agarre su mano y aparte la vista de ella:
— No te vayas a caer, ¿entendido?
Al terminar mi pregunta, el sonido la trompeta indicó el inicio de la carrera. Corrí en un instante y Cecilia apenas me seguía el paso; nos internamos en el bosque para llegar a la primera actividad que consistía en buscar rocas pintadas de diferentes colores. Pero poco a poco los demás empezaron a correr más rápido que nosotros y las rocas se fueron con ellos; y la última roca escondida era nuestra. Con una mano ocupada no podía moverme libremente, no podía encontrar la famosa roca.
— Ed, creo que ya encontré la roca. — Cecilia dijo después de un tiempo y por primera vez ella me jaló lejos de ahí. Entonces fue cuando la vi, una roca de color verde que se perdía entre el charco de barro en el que estaba y las plantas que estaban alrededor de él.
— Esta lleno de lodo. — dije sin mucha emoción
Nos quedamos un tiempo mirando, hasta que ella fue tras la roca dejando que sus piernas y zapatos se ensuciarán, mientras que yo solo estiraba mi mano para no ensuciarme. Con elasticidad, Cecilia consiguió el objeto y sonrío satisfecha pero con barro en las piernas y manos. Después, con sus delgados dedos soltó su listón con el que iba peinada de una cola ,dejándome ver sus caireles negros en sus hombros. Se veía tan extraña de esa manera.
Amarro el largo listón verde limón a una de sus muñecas y después con nerviosismo hizo lo mismo pero con mi muñeca.
— Esto nos mantendrá unidos, es para no separamos. — dijo mientras limpiaba la roca con su blusa
— ¿Porque haces esto? — pregunte sin entender nada.
— Se que no te gusta ensuciarte, y en este momento yo lo estoy. Solo es para que te sientas seguro cerca de mi.

Me quedé pasmado un tiempo, era curiosa y rara. No sabía cómo reaccionar, solo aparte la vista apenado y estoy seguro que sonrió mientras yo la hacía.

Cecilia sabia atajos para salir del bosque más rápidamente, era como un lobo que sabía de su territorio. Las demás actividades dejaron que nosotros pudiéramos adelantarnos más y en la última actividad ya éramos el segundo lugar. Siendo honesto, no conocía como ella era. Cómo podía comer tan rápido una tarta, como sabia tanto del bosque, como leía tan rápido, como sabia datos difíciles del mundo. Era tan curiosa esa niña.

Estábamos a pocos metros de la línea de meta y la pareja de Mark e Ingrid (niña que era bastante rápida para ser una niña) estaban adelante de nosotros.
— Ed, ¿quieres ganar? —pregunto con la respiración rápida mientras corríamos.
— Que pregunta es esa, claro que quiero.
— Entonces, perdón por lo que haré.

Agarro mi mano y la ensucio de lodo mientras ella me jalaba en dirección a la meta con velocidad. Dejándome llevar ,avanzamos hacia la meta pasando a la pareja y rompiendo el lazo de cuadritos negros y blancos.

Grité, grite demasiado. Deje de pensar en mis movimientos y termine abrazando a Cecilia y saltando con ella.

— ¡La pareja ganadora es Edward y Cecilia! — oí decir a unos de los animadores. La cámara de un profesor sonó cuando nos entregaban nuestras medallas de chocolate.
— ¡Cecilia! ¡Ganamos! ¿Porque la cara plana? — le dije.
— Pero ensucie tu mano de lodo. — se tapo su cara con su bufanda.
— Eso no importa, somos el mejor equipo. ¡Ganamos!
Sonrío y por primera vez yo lo hice sinceramente.

Después de eso, las siguientes juegos fueron normales. Todos me conocían por ser el ganador de un gran rally, al igual que a Cecilia. Cuando el almuerzo se aproximaba note que el listón verde seguía atado a mi muñeca, tenía que devolvérselo. Corría hasta donde se encontraban las niñas haciendo sus manualidades, cuando Mary se puso en mi camino. Sus ojos cafés miel se vean más llamativos ese día.
— Ed, me siento tan feliz de que hayas ganado el rally.
— Jaja, gracias. Aunque no solo fui yo, también Cecilia lo hizo bien. — le conteste sin pensar.
— No seas tan humilde, todos sabemos que tú eres el campeón en el rally. Y como la campeona del karaoke, no estarías mal que ambos campeones fuéramos al baile juntos. ¿No lo crees?







¡Tan tan tan! ;-;
Hola, habla Hanon la que sobrevivió a los finales.

Me siento tan feliz volver a escribir para ustedes, ¡y espero les haya gusta este capítulo! Ya que como ven, este es uno de los más largo de todo este libro.

Les mando besos y abrazos, nos vemos en el siguiente capítulo
- Chao 🌸

PD: Recuerden que el concurso de dibujo sigue abierto, ¡así que manden sus dibujos!

PD2: No olviden dejar sus votos y comentarios :3 Eso me ayudaría mucho!

Cuando aún no lo entendía ©Where stories live. Discover now