#52

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Estaba enfrente de mí pero no podía ver su cara, vestía con el uniforme del colegio y con su típica bufanda rosa.

Corrí hacia ella y gritaba, aunque mi voz nunca sonó. Se aleja más y más, hasta que cruzó la calle desapareciendo mientras los coches pasaban rápidamente. No podía cruzar, tenía miedo de ser aplastado por un camión.

— Perdón. — su voz se escuchó aún con todo el rudo de los coches pasando a gran velocidad. — Perdón por mojarte. —

Le trata de contestar pero todo era inútil, ningún sonido solía de mi boca.

Visualice un puente a unos pasos de mi, corrí a él y con rapidez subí las escaleras. Cuando di el primer paso de la estructura, empezó a llover con fuerza. Pero no era cualquiera lluvia, nunca llovería asquerosa agua de jaimaca.

Tratando de cubrirme con las manos en la cabeza continúe mi camino, pero entonces las risas se escucharon con malicia. Reían y reían, disfrutaban verme así, todos se reían de mí. El agua sobre mi cuerpo hacia que cada paso fuera más pesado.

— Silencio — solté con la respiración agitada, estaba demasiado cansado para continuar. Me detuve y empecé a llorar, las risas todavía continuaban.

Mi vista se enfocó al final del puente, donde Cecilia me veía con lastima y poco después susurro un "Adiós" para desaparecer.

Todo se volvió oscuro, y solo se escuchaba un tren que se alejaba de mi.




Nunca he sido un niño llorón, pero esa pesadilla siempre hacía que me despertará con agua en mis ojos.
La puerta sonó al abrirse y inmediatamente me oculte en las sabanas y secando las lagrimas con ellas. Ligeros pasos se escucharon y se acercaron a mi cama, se quedo un momento contemplándome para después sentarse en la esquina de mi cama.
— ¿Que pasó, Ed? — su voz sonó tiernamente, no era mi madre, ella y papá fueron a cenar. Era July.

— Tuve una pesadilla.

Me destapo y puede ver sus ojos marrones que me miraban con ilusión.
— Solo fue una pesadilla, nada es real. Un monstruo no vendrá a comerte. — dijo mientras me abrazaba y acariciaba mi cabello.
— Perdí mi tren. — dije con tristeza. Aún así continuaba abrazándome, tuve que alejarme de ella para hablar. — July, perdí el tren que me regalaste.—seguía con la misma expresión.
— De hecho, lo tiraste. — dijo mientras sonrisa triste.
—¿Cómo lo sabes?

No tuve respuesta, solo salió de mi cuarto. Se escucho como sacaba algo del su closet y regresó con las manos llenas. Era de un tamaño mediano y está envuelto en una sabana viejo amarilla, July lo dejo en la cama y con un movimiento de cabeza me indicó que lo abrirá. Y eso hice, le quite el trapo para después notar lo que era, su color rojo aún estaba brilloso pero con varias manchas en sus ruedas que desprendían un olor desagradable.

Lo abracé, y empecé a llorar. Mi tren estaba contigo, sucio y lleno de gérmenes de la basura, pero conmigo.

— No lo vuelvas a perder, ¿está bien?— July sonrió mientras se inclinaba para verme a los ojos. Asentí con la cabeza.
— ¿Cómo lo conseguiste? — pregunte con pena, ella me miró y puso su típica cara de broma.
— No fui yo, un niña vino a la casa hace un tiempo. Ella dijo que tú lo habías tirado en la basura pero que tú no querías, solo me lo entregó y dijo que se te veía muy feliz con él. Esa niña si es muy amable contigo, ¿de quién se trata, pillo? ¿Una amiga? ¿Una vecina? ¿Una compañera de clase? o incluso, ¿tu novia? — dijo sin dejar de verme con maldad.
— ¡Claro que no! Ella, ella. — mis lagrimas salieron más rápido. — Yo fui malo con ella, y ella siempre me ayudaba. Yo no me merezco ni siquiera ser su amigo. — solté con enojo mientras golpeaba la almohada. July me agarro los brazos para que no continuará, aun así forcejee.
— Ella, ella era mi amiga, siempre lo fue. Pero la engañe, soy un mentiroso. ¡Soy un niño malo que lastima a las niñas, Santa no me traerá nada y tampoco nadie será mi amigo! — continúe y July me abrazó para tranquilizarme.
— July, no quiero quedarme solo. No quiero que Cece me odio ni que la gente me vea mal. ¡No quiero! —

Sus manos agarraron mis mejillas y se acercó. — Edward, ¡nunca estarás solo! Nunca pasara eso, sé que tienes miedo de no ser lo que la gente quiere de ti. Pero si continuas así, solo harás lo mismo que yo, fingir lo que realmente eres. Ed, no tengas miedo de ser la decepción para los demás. — sus palabras me calmaron poco a poco hasta que el sonido de mis mocos era el único.

— July, perdón por lo que hice. No sabía qué hacer, no quería hacer, en serio.
— Lo sé, yo sé que nunca lo harías para hacerme un mal. Porque yo conozco al verdadera Ed, al pequeño niño que canta y trata de tocar la guitarra. Ed, tus papás y yo lo sabemos muy bien, y no somos los únicos, creo que esa tal niña también lo hace.

Recordé todas sus palabras y cada sonrisa tímida que hacía, después de todo lo entendí. Ella era la única que realmente me quería por lo que era. Continúe en los brazos de July hasta
que me tranquilice hasta mis ojos se cerraron nuevamente.

Perdón, tren. Siento que te hayas ensuciado.
Perdón, Cecilia. Lo siento por ser la persona incorrecta.
Perdón Edward,por ser un niño malo.













•••
¡Hanon ha regresado de la muerte! Primero que todo me quiero disculpar por estar casi dos meses inactiva, ya saben cómo es la vida de una adolescente. Exámenes y tareas, no sé cómo alguien puede sobrevivir a tanto ;-;

Aún así, gracias por todo el apoyo que recibí aún estando inactiva. En serio, leo todo y cada día me impulsa más para continuar.

¡Los quiero y nos vemos en el último capítulo del libro ;3 (si este es el penúltimo)!

Chao~ 🌸
Hanon

Cuando aún no lo entendía ©Where stories live. Discover now