Buscando a Cenicienta

Prologo

<<-¿Por qué estas llorando pequeña niña? – dijo el hada

-Hoy es el baile – dijo Cenincienta en sollozos – Realmente trate de ir pero ¡oh! Mi vestido – dijo señalando sus harapos

El hada madrina se sentó a su lado y acariciándole el pelo le dijo – No llores mi niña, tu eres una buena persona y como soy tu hada madrina te daré todo lo que mereces.

El hada levanto su barita mágica al aire, la batió tres veces y dijo:

“Bibidy~Babidy~Boo”

Entonces gracias al conjuro del hada madrina cenicienta tuvo un hermoso vestido de ensueño, los ratoncitos se volvieron caballos que halaban la calabaza  ahora  una carrosa.

-Pero recuerda Cenicienta – dijo el hada – Mi magia solo durara hasta las doce de la noche, para esa hora tienes que estar de regreso.

Cenicienta acepto y partió hacia el castillo dando gracias a su hada maadrina…>>

-Bien ya es tarde – dijo la Señora Petiller – El resto te lo leo mañana

-Nooo – dijo la pequeña niña – Quiero saber que le paso a cenicienta

-Seguro eso ya lo sabes – dijo entre risas su madre – Es la quinta vez que te lo leo

Le dio un beso de buenas noches y cerro el libro, pero cuando estuvo a punto de cerrar la puerta su pequeña la llamo.

-¿Mami? – dijo la niña

-¿Que pasa Heily?

-¿También tengo un hada madrina? – su madre sonrió

-Claro que si querida – dijo su madre – todos tenemos una, pero solo aparecen cuando las necesitamos, al igual que cenicienta

-¿Algún día podre verla?

-Quizá – dijo su madre pensativa – Pero eso nadie lo puede saber..

Linda historia ¿no creen? Una pequeña niña preguntando por su hada madrina, una niña normal hubiera preguntado si algún día seria princesa o por su príncipe soñado, pero al parecer ni siquiera a los seis años yo era una niña normal. Ya habían pasado 10 años desde ese día y aun lo recordaba como si hubiera pasado hace unos minutos, quizá porque desde esa vez mi personaje favorito de cenicienta dejo de ser la misma cenicienta o tal vez porque esa fue la última vez que vi a mi mamá….

Lo único que recuerdo de aquel día fue esa noche, todo lo demás se ve borroso, mi padre se marcho cuando ella tuvo a mi hermano pequeño así que tampoco lo recuerdo a él, solo recuerdo que en la mañana amanecí en casa de mi abuela y que ese mismo día era su funeral.

Desde ese día no creí mas en las hadas, se supone que aparecen cuando más lo necesitas, yo las necesité ese día y nunca aparecieron… quizá yo era una excepción de todos los demás, quizá solamente yo no tenga un hada madrina..