todo es al revez

478 26 1
                                    

Capitulo 5

-         Un hada madrina – me corrigió mi abuela – y debes sentirte orgullosa de eso, siempre dices que no quieres ser como las demás.

-         Me refiero a usar toneladas de maquillaje y esos tacones del tamaño de un edificio, no me refería a….. ser NO humana.

-         Oh vamos señorita pesimista, estoy segura que las demás chicas no tienen alas – dijo señalando sus grandes halas azul traslucido de la espalda

-         No ayuda abuela – dije – Hay una forma de dejar de ser “esto”

Mi abuela me vio algo ofendido por como lo había dicho.

-         No la hay sin que nos metas en problemas a toda la familia – dijo y se levanto del suelo, se sacudió el vestido y me hiso un gesto de que hiciera lo mismo.

-         Aun falta mucho por ver – me dijo – así que más vale ponernos en marcha antes de que caiga la segunda tarde.

Realmente no quiero saber a qué se refiere con eso, así que me levanto y la sigo por el corredor. Llegamos a una gran estancia en forma circular donde se pueden ver millares de seres con halas yendo de arriba hacia abajo en los balcones.

-Wow- susurro, realmente era algo fascinante eso.

- Vaya, ¿Dónde estarán las escaleras? – dijo mi abuela

-¿No sabes? – pregunte

-Es que nadie las usa, todos aquí tienen, ya sabes un toque de magia

- Y porque no nos vamos volando – dije casi bromeando

-Si soy un hada debo de hacerlo ¿no?

-Te falta mucho por aprender – me dijo – aun no puedes, tendrías suerte si siquiera pudieras comunicarte con una margarita.

-Creí que habías dicho que la magia era hereditaria – dije protestando - ¿aun no tengo?

-Oh claro que la tienes – me dijo mientras avanzábamos entre la multitud que por cierto me lanzaba miradas groseras o de indignación.

-Solo que aun no sabes que la tienes – dijo mi abuela

-…. ¿Eh?

-¡Oh mira! Ya vi las escaleras – dijo señalando unas oxidadas escaleras de incendio pegadas a la pared.

-Creo que podrías lastimarte – dije y acto seguido mi abuela comenzó a carcajearse.

-Pero si t eres la única que subirá por ellas – me dijo

-¿Y tú? – pregunte y ella rápidamente volvió a señalar sus alas – oh, claro

Creí realmente que esas escaleras se caerían en cualquier momento, cada paso que daba se escuchaba un horrible chirrido y mis manos se llenaban de oxido. Varias criaturas aladas y enanas volteaban a verme, unas me decían algunas palabras que me eran imposibles de entender, así que los ignoraba y se iban inmediatamente.

Al fin 5 peligrosos e interminables pisos después llegue al balcón donde estaba mi abuela, estaba hablando con un hombre joven con un extraño traje verde con café, unas orejas un poco puntiagudas y ojos amarillos ámbar.

-Oh mira, ya está aquí – dijo cuando al fin pise suelo.

-Hubieras usado el elevador – me dijo el hombre – esas espantosas escaleras se van a quitar mañana.

-¡¿Había un elevador?! – Le dije a mi abuela -¡¿Por qué nadie me dijo?!

-Oh lo hicieron, los Eklines fueron muy amables al mencionarlo- me dijo el hombre – incluso algunos preguntaron si querías que te llevaran a él.

Buscando a CenicientaWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu