3.

1.2K 186 52
                                    

Realmente extrañaría aquella casa donde fue criada con amor durante años, tal vez era para mejor, pero eso no justifica que la azabache no haya tomado un afecto por ese lugar.

Su academia.

Su hogar.

Sus amigos.

Serían dejados atrás por su parte, estaba algo triste sobre tener que dejar todo atrás junto a las memorias que traían.

- Promete que vendrás a visitarnos. –Dijo Akira con cierto tono serio, pero mas que nada sentimental.

- Vendré en vacaciones, no se preocupen.–La azabache sonrió, y dirigió su mirada a su grupo de amigos, Quienes la miraban con cierta tristeza.

- Niña, No te metas en problemas.–Bromeo Natsuki

- Es en lo ultimo que me metería.–Río la azabache

Nuestra protagonista se giro hacia el hermano mayor de Natsuki, quien parecía estar llorando, pero lo ocultaba.

- No llores, Baka.–La Azabache rió, abrazándole.

-No estoy llorando. –Le contesto devolviendo el abrazo.

-Esa actitud orgullosa nunca cambiara en ti, Katsuo ¿No es así? –La azabache rio

-Lo que sea. –Katsuo inflo los cachetes.- Realmente te extrañare.

-No te preocupes, todo estará bien. –La azabache sonrió y se separó del abrazo.

Bueno, intento.

Todos se pusieron emocionales y abrazaron a esta con su vida, como si fuera la última vez que serian.

-Hija, ya nos vamos. –Dijo su padre llamando la atención de todos.

Todos se separaron del abrazo, llorando, incluso la azabache.

-Nos vemos, Chicos. –Se Despidió aun lagrimeando.

Se subió al taxi que los llevaría al aeropuerto, viendo por la ventana como sus amigos lloraban y se despedían de ella con una sonrisa.

-Los extrañare. –Se dijo a sí misma.


[. . .]


Fue un viaje bastante largo, casi eterno para nuestra protagonista, quien solo se dedicaba a mirar por la ventanilla del avión.

Ni siquiera había dormido en todo el trayecto.

-¿Ya llegamos? –Pregunto Ayano por enésima vez.

-Aun no, Pequeña. –Respondió su padre por enésima vez

-Se ve que estas muy emocionada por llegar. –Dijo la azabache acariciándole el cabello.

-¡Por supuesto que lo estoy! Por fin podre volver a ver a Taro y a Osana. –La menor sonrio ampliamente.

-Ah, es cierto, ellos Vivian en Buraza town. –Pensó la mayor.- ¿No que a Taro le gustabas?

-N-No. –La menor tartamudeo, desviando la vista.

-Llegamos. –Dijo su padre, estacionando el auto en frente de su nuevo hogar.

Ambas pelinegras salieron del auto y vieron la casa.

Era un hermoso lugar de 2 pisos, y bastante espaciosa por dentro, Un sótano y un patio ancho, bastante parecido a su primer hogar, solo que mas grande y con mas habitaciones.

Empezaron a meter las cajas, Mientras vecinos locales hacían de chismosos sobre la nueva familia que se mudaba.

Lo cual, en cierto modo, Molestaba a la azabache.


[. . .]


-Papá ¿Puedo ir a visitar a Taro? –Pregunto La menor, terminando de Guardar todo en su cuarto.

-Hmm, está bien, Pero necesitaras que alguien te acompañe, Pídeselo a tu hermana. –Respondió su padre aun guardando algunas cajas con piezas.

-Muy bien. –La menor corrió a buscar a su hermana, quien se encontraba guardando la demás cajas con sus pertenencias.

La menor la agarró del brazo y la jalo escaleras abajo.

-Ayano, ¿A dónde me llevas? –Cuestiono la mayor aun confundida de como una niña tenía semejante cantidad de fuerza.

-¡Vamos a la casa de Taro! –Rio la menor jalándole fuera de la casa.

-¡Tu escuela queda cerca de la casa de los Yamada, ve a verla si quieres! –Grito su padre

-¡Ok! –Respondió la azabache.


[. . .]


-Muy bien, Ayano, Iré a ver la escuela, volveré en 15 minutos para buscarte. –La mayor se arrodillo a su altura.

-Mejor 40 minutos. –Respondió la menor.

-25 minutos

-35

-28

-32

-28 y te compro un helado.

-¡Trato!

La menor se dirigió a dentro de la casa de Los Yamada, encontrándose con Taro y Osana.

-Que niña más alegre... –sonrió la azabache

.

.

.

Mi universo es idéntico a este. . .

. . . Con una única diferencia.

[ Mʏ Uɴɪᴠᴇʀsᴇ || YᴀɴᴅᴇʀᴇSɪᴍ || Fᴜɴ ɢɪʀʟ ]Where stories live. Discover now