[ Mʏ Uɴɪᴠᴇʀsᴇ || YᴀɴᴅᴇʀᴇSɪᴍ || Fᴜɴ ɢɪʀʟ ]

8.

- Felicidades, señor y señora Aishi, es una hermosa niña.- Dijo él doctor sosteniendo a la recién nacida.

ŁŁΔŇŦØ.

- Sin duda es tan bella como tú.- Él mayor le dio un beso en la frente a su esposa.

ŁΔΜ€ŇŦΔĆΞØŇ€Ş.

- ¿Como deberiamos llamarla? - Preguntó ella, quitando un par de cabellos del rostro de la pequeña.

ĐØŁØŘ.

- Que tal... ¿Aiko? - Dijo él, sujetando la pequeña mano de la bebé.

РØŘ ₣ΔVØŘ.

- ¿Hija querida? - Pensó ella.- Me parece perfecto.

Δ¥ỮĐΔ.

Él vacío se desplegaba a su al rededor.

Sollozos ahogados se retenían en su destrozada garganta.

Pues claro que todo había sido una fantasía.

Una falsa y linda fantasía.

- €Ş Μ€ĴØŘ ỮŇ ΜỮŇĐØ Đ€ Μ€ŇŦΞŘΔŞ Р€Ř₣€ĆŦΔŞ Δ ŁΔ Ř€ΔŁΞĐΔĐ ΞΜР€Ř₣€ĆŦΔ.- Se dijo a si misma.

Él eco de su voz era lo único que se escuchaba. Había anhelado tanto él que todo funcionase, él que todo saliera bien, él que podía restaurar su orgullo fácilmente.

Un final feliz.

- ŁØŞ ₣ΞŇΔŁ€Ş ₣€ŁΞĆ€Ş ŇØ €ЖΞŞŦ€Ň.- Susurro.

Su orgullo fue lo que la metió en este embrollo, para empezar.

Ni decir que fue él de su padre, él se negó desde él inicio.

Si tan solo hubiese pensado mejor lo que haría, ahora mismo estaría tomando chocolate caliente en casa, viendo una película con su hermana menor, cubierta de un montón de frazadas y almohadas a su al rededor.

“- ¡Promete que cuando volvamos a casa veremos Zootopia juntas! - Furfullo la menor, poniendo su pequeña mano en él cristal de la maquina.”

La agrietada mano de la, ahora, albina se extendió a la nada, intentando asimilar lo sucedido, hacia ahora, 78 mil años de antigüedad.

- ŁØ РŘØΜ€ŦØ.- Rió desganada, mientras un líquido negro caía por sus lagrimales.

Si, tanto había pasado entre tan solo un par de minutos. El tiempo realmente vuela.

- ŞΞ€ŇŦØ ŇØ ĦΔβ€Ř ŁŁ€gΔĐØ, Δ¥ΔŇØ.- Comenzó a Reír.- ØŇ€€-ĆĦΔŇ ŇØ РŁΔŇ€ó ΩỮ€ ŞỮŘgΞ€ŘΔ ỮŇ ĆØŇŦŘΔŦΞ€ΜРØ.