Pasado: Bebé

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El avión despejó y Kazunari no pudo evitar llorar. Su padre, una de las personas que más amaba lo odiaba e inclusive lo golpeó y quería matarlo. Aunque Miyaji-sempai le haya dicho que de verdad se veía desbastado, no lo iba a perdonar. No importaba lo que le haya dicho a el, sino no a su bebé. Nadie se metía con su bebé.

Comenzaría una nueva vida al bajar de este avión, con su tío Aki y su bebé. Todo lo que haría era para su bebé. Saldría adelanten con él.

Una vida donde no engañaría a su bebé. Sí en un futuro le pedía la verdad se la iba a decir, pero no toda.

Después de varias horas de vuelo, arribó a su destino. Al bajar buscó su maleta, y se dirigió a la salida. Mientras caminaba noto que la gente se volteaba a ver algo de tras de el, así que volteo y no había nada —Qué raro, juraría que veían algo detrás de mi— pensó. Mormullos escuchaba —¿Quién es.....será un actor? y otras cosas.

Kazunari seguía pendiente de las miradas y le preocupaba que lo reconocieran. Apresuró el paso, su tío estaría esperándolo en las puertas. Al doblar vio un gran oso café muy bonito colocado en la puerta. Siguió caminando y unos brazos lo cargaron. —waaa que hace...?— gritó llamando la atención de las personas.

—Zuna, Bienvenidos a Hokkaidō— Dijo Aki, bajando a su sobrino.

—Tío Aki—dijo sonriendo y le daba un abrazo.

—Bien, vamos a casa. Tienes que llame a tú madre y a mí se me olvido los celulares —dijo recogiendo la maleta.

—Está bien— mientras caminaban a la salida.

—Espera.... Pero antes. Tú primer regalo para mini zuna— dijo dándole el oso.

Kazunari lloró de la emoción —Gracias tío— dijo abrazando al oso y a su tío.

Todo mundo veía la escena y uno que otro tomaba fotos. Cuando Kazunari lo notó le susurro a su tío —Será mejor irnos, aunque este así. Me pueden reconocer de las noticias.

—Vamos a casa— Aki tomó la maleta y Kazunari abrazo al oso y camino.

Abordaron el auto; Kazunari se moría de ganas por preguntar de donde había sacado ese auto (un deportivo rojo).

La verdad es que no sabía mucho de él, porqué su padre siempre evitaba que se hablar de Aki-san por sus preferencias sexuales. Aún no sabía cuál era, creyó que era homosexual. Tal vez por eso no le gustaba que hablaran de él, sólo sabía que tenía un buen trabajó y vivía cómodamente.

Una hora después de conducir entraron en una gran ciudad. Minutos después de pasar un centro comercial se estacionó frente a una hermosa casa, bastante grande para él.

—Bienvenido a casa, este será nuestro hogar— dijo abriendo la puerta de la casa dejándolo pasar.

—Woo es hermosa— dijo al ver la sala y las escaleras con finos acabados.

—Si, me enamoré de ella desde la primera vez que la vi. Así que decidí comprarla hace unos años. Sólo seremos tú, mini zuna y yo. Cierto, también esta nana-san quien limpia y cocina... Y a veces viene mi pareja — dijo algo apenado.

—Entiendo y trataré de molestar a tú pareja. Supongo que no estará nada feliz de que ahora tengas un hijo— dijo riendo ante la cara de su tío.

—De hecho no lo tomó muy bien, el lunes al enterarme del accidente entre en pánico y fue cuando él se enteró de ti. Claro no todo, sabe que abordaste ese tren y estabas herido por el golpe.

—Lo siento, para mí también fue un shock. Más saber que mamá y sempai también se pusieron mal.

—Akane me dijo todo... La verdad ese doctor tiene un gran corazón.... Pero en fin, vayamos a tú habitación; compre sólo lo esencial para ti, pero hay que comprar más cosas conforme avance el embarazo.— dijo subiendo con la maleta.

Todo era un engaño  MidoTakaWhere stories live. Discover now