Todo era un engaño MidoTaka

Se cierra el telón

—Hola chicos — Una sonrisa coqueta enmarco sus labios. un pantalón de vestir negro, una camisa manga larga color gris arremangada hasta los codos y un chaleco sin mangas negro.

Todos se quedaron petrificados, en frente de ellos estaba Takao Kuzanari. Shintarō Midorima comenzó a llorar, sus amigos salieron corriendo y lo abrazaron rápidamente; le hacían miles de preguntas entre el llanto.

—Kazunari— dijo Kaito entre lágrimas y asombrado. Los chicos soltaron a Kuzanari para que saludara a su padre.

—Hola, padre. Oh cierto... me dijo que no era su hijo. Hola, Takao-san— dijo con una pequeña sonrisa escalofriante.

—Kazunari...yo— dijo apenado.

—¿Por qué hacernos creer que estabas muerto?— preguntó el entrenador.

—Oh eso... Pues por dos razones, la primera es que Midorima me engaño. La segunda Takao-san me dijo que me muriera, que sí me veía de nuevo me mataría el mismo con sus propias manos a mí y a mi bebé. Inclusive me llamó puta ¿No es así, Takao-san?— su padre sólo agachó la cabeza —. El día del accidente del tren, había empacado mi maleta y un pequeño bolso con los documentos de mi antiguo nombre. Al abordar me sentí mal, así que me levante y camine al segundo vagón dejando atrás mis maletas, y del golpe me desmaye. Tuve una terrible hemorragia y cuando desperté el doctor me informó que me dieron por muerto. Así que lo convencí de no informar, para que informar de todos modos si la persona que amaba me engañaba y el padre a quien siempre admire y respete me deseo la muerte.

—Yo nunca te engañé... Todo fue un malentendido. Takao— dijo Shintarō acercándose a él, Miyaji se puso al lado de Kazunari.

— .....— no dijo nada.

—Hijo...yo lo siento. Nunca quise— empezó su padre pero lo detuvo.

—No quiero oír nada. Sólo decidí aparecer por qué me cansé de Midorima en el trabajo y por qué mi hijo me pidió conocerlos— dijo desinteresado.

—¿Dónde está mi hijo/nieto?— preguntaron ambos.

Kazunari marco a Aki-san —Ya tráelo— colgó y se volteo hacia su papá —Mi bebé no sabe que me golpeaste y me corriste de la casa; si no lo quieres conocerle marchese— luego hacia Midorima —Me preguntó por ti, y le dije la verdad. Le dije que me engañaste.

La puerta se abrió y Akio corrió hacia los brazos de Miyaji. —Yu-chan.

—Hola campeón— dijo chocando las manos.

Shintarō y Kaito observaron al pequeño. Akio era idéntico a Midorima, la única diferencia es que Akio no usaba lentes y su cabello era negro con un mechón verde de lado derecho.

—Ven quiero presentarte a alguien. Él es tu abuelito—dijo señalando a Takao.

—¿También es mi abuelito?- cuestionó observando al hombre que se parecía a su padre.

—Si... Preséntate —dijo con una sonrisa.

—Hola, mi nombre es Kirishima Akio— dijo dando una reverencia.

—¿Kirishima?— preguntaron exaltados los que miraban.

—Sí, escuchaste bien. Kaito— dijo Aki sonriendo desde la puerta.

—Tú....— dijeron ambos.

—Hola cuñado. Para quienes no me conocen soy Kirishima Akihito, hermano gemelo de Akane.

—¿Hermano?— Shintarō miro a la señora Takao.

—Si...Aki-san es mi tío. Aquel día que te descubrí engañando me le pedí a mi tío que me adoptara, así que me fui a vivir con él. Aki-san fue nuestro apoyo. — dijo Kazunari. —Akio abraza a tú abuelito Kaito.