CAPÍTULO 26

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Terminan las clases y espero a que salga Val de hablar con el profesor.
Me encanta como se preocupa y eso que estamos a 5 días de la graduación...
Me despido de Luis dándole un abrazo y veo que Val ya ha salido. Me da un beso en la mejilla y nos ponemos rumbo a la salida del insti.
Mientras vamos andando, nos contamos qué vamos a hacer estas vacaciones. Val me cuenta que se irá unos días con su madre y con su hermana a una casa que tienen en la montaña, que se bañarán en unas pozas que tiene al lado la casa...y que luego volverá a aquí a la semana. Yo en cambio no ni tengo ni puñetera idea de qué voy a hacer. Alomejor me voy unos días a la casa de Alex, un amigo de clase, como hice el año pasado. Y luego el resto del verano lo pasaré junto a mi chica.
Cuando ya vamos a despedirnos, la propongo algo.

-Oye, ¿te apetece venir ahora a mi casa? Es que estoy solo y no sé, podríamos pasar la tarde juntos.

En cuánto se lo digo, una sonrisa se dibuja en su rostro.

-Sí, !claro¡ Además, en mi casa no va a haber nadie esta tarde. Así que no creo que pase nada.
-Perfecto.-la digo felizmente.

Me encanta la idea de que vaya a pasar la tarde con ella. Todavía nos quedan muchas cosas por hacer.
Todo el camino nos lo pasamos hablando sobre cómo creemos que serán nuestras notas. De las cuales ambos estamos muy contentos.
Cuando llegamos, la dejo que se quite la mochila y en cuanto lo hace, la cojo y pongo sus suaves y preciosas piernas, alrededor de mi cintura. Junto sus labios con los mios y nos vamos hacía mi cuarto. Creo que esta tarde promete.
Llegamos a mi cuarto y con ella en brazos, cierro la puerta y me la llevo hacía mi cama.
Antes de tumbarnos, ella me acaricia todo el abdomen por debajo de mi camiseta, puff madre mía... Pero finalmente consigue quitarmela, al igual que hace con los pantalones.
Yo decido hacer lo mismo, la quito la camiseta de tirantes verde que lleva y deja al descubierto su sujetador. De encaje blanco. Joder, como la queda. Me quedo asombrado y la digo:

-Joder Val, como me pones.

Para mi sorpresa, creo que mis palabras la han excitado mas de lo que ya estaba. Así que ella misma decide bajarse el pantalón.
Al fin, nos tumbamos en la cama mientras estamos concentrados en un beso apasionado, donde nuestras lenguas bailan y se juntan contiúamente, sin descanso a la vez que damos vueltas, una y otra vez.

Creo que ya ha llegado la hora, así que estiro el brazo hacía el cajón de mi mesita de noche y saco un condón.
En cuánto Val lo ve, su cuerpo se tensa y la digo:
-¿Crees qué estas preparada?


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