Capitulo 70. Juntos (Parte 2)

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Con el corazón a punto de salirse de mi pecho charlo tranquila con Logan en el limpio, fresco y cómodo auto de Cyclops. El camino es por una avenida totalmente deshabitada y solitaria por el medio de un extenso bosque, lo cual me preocupa un poco ya que no tengo la más mínima y remota idea de adonde me quiere llevar.

Correspondo perfectamente a las muestras de cariño que me dedica de vez en cuando sin apartar la vista de la carretera, como al sujetar mis dedos y plantar besos en mis nudillos o cuando enlazamos nuestros dedos tal cual una típica pareja americana.

Por más que intento preguntar hacia dónde vamos, siempre logra cambiarme la conversación lo cual me estresa, pero ya que. Inclusive, en un principio antes de subir al auto le cuestione y estuve a punto de no subir pero el, con su lengua manipuladora y sonrisa encantadora me enamoro con solo cuatro palabras:

Juntos hasta el infinito

Y como me encanta agregar infantilismo a las cosas para dar ese toque personal de Maya Simpson le correspondí perfectamente con la frase de Buzz Ligthyear de Toy Story:

Y más haya

Y ahora, tal cual un par de malditos enamorados andamos juntos en el medio de un auto hacia quien-sabe-donde y después de meditarlo tanto, considero que no importa el lugar a donde vayamos, lo que importa es que este con él y eso es todo.

Ansiosa y enamorada de lo que sea que esté planeando para nosotros esta noche –que ya tenía preparado a decir verdad– me remuevo inquieta en mi asiento, sintiendo temblores en mi cuerpo por las ansias que me carcomen así como los nervios.

Mis ojos se abren como platos al detallar una vieja casa en el medio de la nada. Se ve enorme, con bardeado alto. Logan me pide que saque de la guantera un pequeño control, lo cual hago sin reproches, encontrándolo de inmediato, llevándome seguidamente la grata sorpresa de que este es el lugar.

Ingresa por un gran camino de concreto rodeado de flores y plantas que desconozco pero igualmente, son hermosas. Aparca justo en lo que parece ser el estacionamiento, a un costado de la gran construcción.

-llegamos –dice sonriente, quitándose el cinturón de seguridad al mismo tiempo que yo. Una sonrisita se dibuja entre mis labios mientras salgo del vehículo, sintiendo como una leve y fría brisa me envuelve obligándome a abrazarme a mí misma.

Camino hacia el otro lado, donde Howlett me espera animoso y al verme, me tiende la mano para caminar conmigo hacia la enorme puerta de madera. En lo que él se encarga de abrir la entrada, yo me distraigo viendo los detalles del jardín y la casa, perdiéndome en el estilo anticuado pero moderno. Muy contemporáneo

-primero las damas –murmura dejándome pasar antes. Niego burlona, pensando en lo mucho que odio los términos "dama" y "señorita" pero tal parece que eso lo divierte –. El Profesor la consiguió para nosotros

-¿el Profesor? –Curioseo sorprendida. Asiente, quitándose el saco para colgarlo en un gancho instalado a un lado de la puerta –. ¿Y qué tienes planeado? Porque a decir verdad ya tengo mucho sueño y en pocas horas amanecerá...

-no te preocupes por eso –interrumpe atrapando mi cintura, envolviendo mi espalda entre sus brazos en los cuales descansan mis manos –. Tenemos el permiso de volver por la tarde o hasta mañana –informa, a lo que solo me limito a asentir, ingresando timorata a la extensa casa

Unas largas escaleras se abren paso delante de mí, partiéndose en un pequeño espacio en dos, tal cual las de la Xavier pero más grandes con una gran pared repleta de tapicería. A mis lados, se logran ver dos salas enormes. No sé porque, pero la forma en que está construido este lugar me recuerda al palacio de La Bella y la Bestia.

-¿tú eres la Bestia, verdad? –Curioseo haciendo la voz más infantil que poseo. Enarca una ceja, atolondrado a lo que acabo de decir. Suelto una risita dando zancadas en su dirección para abrazarlo con fuerza. Agradezco a los malditos tacones que me levantan –aunque ahora me parece de Princesita Sophia –suelta una risita, la cual recae en mi cuello estremeciéndome

-ves demasiadas caricaturas para niñitos, amor –comenta, enamorándome por completo con el término utilizado para mi

-pero así soy más interesante, ¿no? –Indago, a lo que asiente, lanzándose de nuevo a mis labios –. Supongo que eso es un si –agrego una vez que ha dejado de comerme con aquel beso –. Tengo hambre, Logan –informo, pasándome de inocente

-no se cocinar, Maya –responde, guiándome hacia la sala de la derecha sujetando de mi cintura. La chimenea está encendida con una manta justo al frente, acompañado de un tazón de vidrio lleno de fruta y por último, un pequeño balde metálico con hielo y una botella de tequila.

-¿tequila? –Investigo. Si bien se, lo más romántico es una botella de vino

-Norman me dijo que te encanta el tequila –dice, rodeándome por la espalda que provoca que saque una risita –. Tu cumpleaños se terminó hace unas horas pero eso no significa que no podamos celebrar todavía

-¿a qué te refieres con "celebrar"? –Cuestiono, preguntándome mentalmente si está hablando en doble sentido o es enserio –Logan...

-a lo que tú quieras –susurra, hundiendo su nariz en mi cabello. Zafándome con cuidado de su agarre me acomodo en la manta, tomando un trozo de lo que parece ser manzana. Se sienta justo a mi lado, sirviendo el tequila en nuestros respectivos chupitos

-¿ahora no dirás nada sobre esto? –Pregunto en referencia de su alarmar en la otra ocasión en la que fume. Niega un tanto ofendido, pasándome mi pequeño vasito el cual bebo hasta el fondo –. Perdón pero, ¿porque vinimos aquí?

-acompáñame –murmura, llevándome escaleras arriba.

Hay no, ya entendí todo

***

Mensajito de la Escritora:

Cuenta Regresiva: 10...

Infinity (Wolverine) [L.1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora