Capítulo 19

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Aiden, Phoenix, Dimitri, Timothy y Mackenzie entraron por el lado izquierdo de la parte trasera de lo que en realidad era un castillo. Dimitri comentó que el Pierre Magique lo único que tenía de castillo era la entrada. Tenían una misión diferente a los demás esa noche: buscar y encontrar a Nathaniel. Debido a que Aiden también había tenido sueños con él, pensaron que sería una buena idea que liderara el grupo tres.

Se dividieron en cinco grupos enumerados, conformados por tres brujos y dos cazadores, exceptuando el de Daniel, quienes se encargarían de buscar a Allison. Los tres grupos restantes entraron por diferentes lados; uno serviría de distracción en caso fuese necesario, no todos estaban de acuerdo pero entendían que tenían que sacrificarse por la causa; dos buscarían a la Dama Gris, uno iría a su despacho –primero tendrían que hallarlo–, y el otro iría al salón común. Esperaban que en cualquiera de esas habitaciones estuviera la bruja.

Cada integrante estaba equipado con el armamento necesario. Dado que los brujos estaban aprendiendo a defenderse de los cazadores por medio de armas en vez de magia, ellos también tenían sus propios artefactos.

Cuando los cinco estuvieron dentro, luego de pasar a través de la ventada, Mackenzie hechizó sus pies para evitar el sonido de sus pasos. Caminaron pegados a la pared, pasando por pinturas y más pinturas. Varias de ellas eran retratos de la Dama Gris. Nunca la habían visto, pero estaban casi seguros que se trataba de ella.

Dimitri actuaba como el más embelesado en su trabajo. Aiden se sentía inquieto al estar cerca de él, su aura era bastante deslumbrante, incluso más que el de Lisette, no por mucho. Sabía que el brujo no estaba pendiente solo en encontrar a Nathaniel, también lo estaba en proteger a Phoenix. No era ninguna duda que la cazadora podía defenderse sola. Aiden lo sabía, Dimitri lo sabía. Tal hecho no evitaba que ninguno de los dos dejara a un lado el instinto de mantenerla a salvo. Dimitri le agradaba. En cuanto vio cómo se negó a estar en un grupo diferente y separarse de su novia, supo que podía confiar en él.

Entonces Aiden había sentido una punzada en el estómago. No estaba seguro si eran celos, si era pavor, inquietud o molestia consigo mismo. Cuando organizaron los grupos, él hubiese preferido actuar de la misma manera en que Dimitri lo había hecho para ir con Lisette. En el fondo sentía que tenía que protegerla. Lisette era una chica fuerte e independiente, él lo sabía con tanta claridad que reprimió sus emociones y acciones que hubo querido sacar a colación en el momento.

– ¿Creen que haya un jardín interno? –Aiden se detuvo, dándose la vuelta para ver a sus compañeros.

– ¿Un jardín interno? –Phoenix respondió en un susurro–. ¿Por qué?

–En mis sueños, Nathaniel estuvo en un jardín todo el tiempo. Fuera de acá no hay ninguno, ¿ustedes vieron alguno?

Negaron.

–Así que crees que él sigue en el jardín –argumentó Timothy.

– ¿No podría haber sido una alucinación, un sueño nada más? –sugirió Mackenzie, miraba de un lado a otro, preocupándose que alguien apareciera.

–Lo dudo.

–Entonces busquemos el jardín –dijo Dimitri, tenía la mirada seria–. Debemos movernos, estar más de la cuenta en un solo lugar podría ser peligroso.

–Tiene razón –lo apoyó Aiden.

Siguieron andando por los pasillos con cautela y en silencio. Abriendo y cerrando puertas, en busca de una habitación donde podría haber estado Nathaniel, o el jardín, si es que existía el dichoso jardín interno.

Cazadores vs BrujasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora