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—Niall tengo un problema y esta vez no es en mis pantalones —avisó con un tono fuera del común, alertando de repente a Niall porque había sido serio con aquello.

—Cuéntame en seguida —volteó en su silla de escritorio, moviéndola gracias a sus ruedas hacia la cama donde el menor de los dos descansaba con las piernas cruzadas como un indio.


Los dos chicos permanecían en la habitación del irlandés, habían planeado una buena noche de comida chatarra y videojuegos. Todo iba bien hasta que Louis tornó toda la situación a algo más formal y maduro, que para decir la verdad había sorprendido a Niall muchísimo. Podría contar con los dedos de la mano la veces que su mejor había sido severo con algo: la vez que habló con sus hermanos sobre chicos y por qué debían esperar a ser adultas para conseguir un novio, aquel momento cuando vio una figura edición especial de Spiderman con catorce años y cuando le pidió salir a la chica que le gustaba (que lo rechazó cruelmente y Louis estuvo llorando en casa de Niall tres horas).


—Creo que he perdido toda mi heterosexualidad —lloriqueó escondiendo su cara en un cojín que había tomado segundos atrás.

—¿Qué? Louis pensé que esto era serio —se quejó golpeando con el puño suavemente sobre la almohada frente la cara del ojiazul.

—¡Lo es! Escúchame —su voz salió amortiguada debido al cojín pero no le impidió seguir hablando—. ¿Recuerdas que tengo trabajo, cierto?

—Lo recuerdo.

—¿Recuerdas que Harry Styles es un hombre muy apuesto?

—Lo recuerdo —rodó los ojos porque Louis estaba siento estúpido—. ¿Él te gusta, verdad?

—¡No! —gritó muy poco masculino y apartó el cojín con sus ojos abiertos y sonrojado.

—Oh —elevó sus cejas—. Oh. Con que sí. Oh.

—¿Puedes dejar de decir oh? —apartó la mirada tirándole el cojín que atrapó al vuelo y se rió.

—Tranquilo, idiota. Esta conversación la hemos tenido antes.

—Pero antes me habías dicho que con el tiempo se vería qué sucedía y ha pasado un mes, estoy viendo los progresos de mi heterosexualidad volando lejos de mí —bufó echándose hacia atrás en la cama, quedando acostado y mirando al techo.

—Eres tan dramático. A lo mejor solo es una fase —se levantó de la silla y se echó al lado de Louis, colocando el cojín sobre su cuerpo.

—¿Y si no lo es? —preguntó realmente preocupado.


Louis toda su vida se había considerado heterosexual, y nunca se había imaginando siendo homosexual o bisexual. Tampoco tenía nada en contra de ese tipo de personas, pero él no quería, no podía ser una de esas personas. Sentía que si lo era podría defraudar a las personas a su alrededor, pero eran ideas implantadas en su mente desde muy pequeño debido a que había crecido en una familia bastante religiosa. Y entonces aparecía Harry, cambiando su orientación sexual y volviéndolo loco por él. No era justo, para nada.


—Yo te apoyo —lo miró, girando la cabeza hacia la izquierda, viendo el perfil del castaño y le sonrió cuando éste imitó su acción pero hacia la derecha—. Si eres gay, yo te apoyó —volvió a afirmar—. No tiene nada malo, Louis. Tus padres sabrán adaptarse y aceptarlo.

—Sé que no, Niall. No intentes llevarme por el mal camino —hizo un mohín con los labios.

—¿Qué mal camino? Te estoy diciendo que está bien —frunciendo su ceño suspiró—. No es malo ser homosexual.

Youth !PAUSADA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora