0.6

153 17 4
                                    


Louis podía explicar con una sola palabra todos sus sentimientos: desastre.

Desde aquel beso que no se esperaba, pero deseaba (y no va aceptarlo), se había vuelto un chico nervioso por cualquier ocasión. Cada vez que pisaba la casa de los Styles llegaba con el tiempo justo, para no encontrarse con Harry durante demasiado tiempo. Su cara se encontraba caliente incluso antes de tocar el portero, diablos. Podía jurar que estaba pasando por una crisis existencial con todo el tema porque no sabía cómo afrontarlo. Incluso le estaba ocultando a su mejor amigo, a su querido Niall que conocía desde hacía años, todo lo que pasaba. Definitivamente, Louis era un mal mejor amigo.

Suspiró y rodó en la cama, quedando boca abajo y con un brazo colgando de la misma. Estaba cansado y para su suerte era domingo, con lo que no tendría que pisar la casa de Harry Styles hasta el día siguiente. Pero los nervioso y la ansiedad se lo comían en cuanto lo pensaba, y se odiaba por eso, porque él no era así y Harry le provocaba demasiadas cosas nuevas.


—Louis, hijo, la comida está lista —su madre se paró en la puerta, abierta de par en par y Louis no recordaba haberla dejado así.

—Está bien. Bajo en un rato —ladeó la cabeza hacía su madre teniéndola en su campo de visión.


La mujer hizo una mueca, cerró la puerta a sus espaldas y caminó hasta la cama. Se sentó en ésta al lado de Louis y le acarició el pelo.


—Deja de ocultarme las cosas, Louis, y dime qué está pasando ahora mismo —demandó a pesar de que su tono fue suave y lleno de cariño.

—No dormí bien —mintió cerrando sus ojos y dejándose llevar por las caricias—. Es solo eso.

—No te creo absolutamente algo de eso.

—Mamá-

—No, no y no —frunció su ceño—. Llevas demasiado tiempo comportándote raro. No sé si tienes algún tipo de problema y eso me molesta, porque antes me lo contabas todo, cariño.

—Quizá crecí y me di cuenta que está bien tener secretos —removió sus hombros.

—Eso quieres decir qué en verdad que tienes algo.

—Puede ser.


Johannah lo miró durante largos segundos mordiéndose el labios, porque estaba demasiado preocupado. Su pequeño y divertido Louis no era así de apagado.


—Por favor, cuéntame qué es.

—Mamá —se quejó y se irguió en la cama abriendo los ojos, recogiendo sus piernas con sus brazos alrededor y apoyó la barbilla en las rodillas.

—Louis —imitó el tono.

—Es solo...yo...yo creo que me gusta alguien.


Y de alguna manera Louis no puede ocultarle todo a su amada madre.


—Oh —escondió una sonrisita—. ¿Cómo es ella?

—Ella es...maravillosa —mordió un lado de su labio inferior agachando la mirada y su corazón se estrujó—. En realidad, él es maravilloso.


Parpadeó dos veces. Su mirada tornó a insegura y confundida al mirar a su hijo.


Youth !PAUSADA!Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ