0.8

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—Niall, voy a salir —dijo acercándose a la puerta, ya tomando el pomo cuando el interpelado lo agarró del brazo.

—Informe de a dónde se dirige, con quién, hora de vuelta a casa y demás mierdas que solía preguntarme mi padre —dijo rápidamente con tono autoritario pero terminó riendo al final.

—Voy con Harry. A su casa —se sonrojó levemente y metió sus labios hacia dentro.

—Luces tan tierno —le hizo carantoñas—. ¡Ay, el bebé de la casa!

—Para, imbécil —subió más el rojo de sus mejillas, mientras Niall se reía.

Tras una corta y estúpida pelea de por qué Niall se comportaba como si su reloj biológico acabase de encenderse, Louis pudo salir del piso que compartía con su mejor amigo.

Había pasado un mes y algunos días desde la última vez que Louis pisó su hogar, y por más llamadas que recibió de su madre o hermanas las primeras dos semanas, no desistió; incluso parecía que ellas habían aceptado el enfado del chico. Seguía jodidamente dolido por todo lo que había pasado y le estaba costando olvidarlo. Pero estaba bien, maldita sea que si lo estaba. A pesar de haber dejado el nido, Louis podía calificar aquel mes como uno lleno de sorpresas y amor. Mucho amor, sobre todo; además del que Niall le proporcionaba cual madre, pues se preocupaba por él como una.

Harry.

Dios, podría pasarse tarde enteras hablando de él mientras Niall suplicase por su silencio, pero para la buena suerte del rubio, Louis pasaba más tiempo con su novio y Kimmie que con él.

Qué bien sonaba referirse a Harry como su novio.

Movió sus manos hasta su cara, tapando su boca con ellas ya que había sonreído cual imbécil al pensar en lo bien que se sentía al decirle novio a Harry.

En menos de lo que esperó estaba delante del edificio de Harry, sacando el juego de llaves que el chico le había regalado después de un tiempo porque "siempre es bueno que tengas uno". Así que abrió el portal y se adentró para después tomar el ascensor, y subir hasta el piso de Harry. Tampoco se demoró mucho más al abrir la puerta y gritar un "estoy aquí".

—¡Lou, Lou, Lou! —la pequeña Kim salió corriendo de detrás del sillón y brincó delante de Louis, para que éste la cogiese en brazos.

—Hola, cariño —sonrió mientras la miraba—. ¿Cómo estás hoy?

—¡Muy bien! ¿Quieres jugar? Papi me compró unos coches y son geniales —abrió sus ojos como si aquello fuese lo más sorprendente del mundo y Louis la imitó, divertido.

—Claro, enséñamelos.

Kim se revolvió para bajarse de los brazos de Louis y salió, otra vez, corriendo. Louis la siguió a un paso más tranquilo, mientras se dirigían al cuarto de la pequeña. Se le ocurrió preguntar dónde estaba Harry, ya que no lo había visto ni escuchado por allí; pero fue abordado por sorpresa al terminar de doblar la esquina que daba al pasillo. Unos brazos lo rodearon y antes de poder quejarse por el susto, sus labios fueron acaparados por otros de manera dulce.

—Hola, amor -Harry saludó con un tono bajo pero cargado de cariño y Louis se sonrojó. Aún no se acostumbraba a la cantidad de apelativos que aquel hombre contenía en su mente.

—¿Estabas escondido? —elevó una ceja, divertido por la situación.

—En realidad, no —sonrió cual niño pequeño ocultando algo.

—Haré como que te creo —hizo morritos, y Harry aprovechó para darle un pico—. Para ya, que tengo que ir a jugar con Kim.

—¿Y cuándo vas a jugar conmigo? —afianzó su agarre alrededor de la cintura de su novio, acercando su rostro a su cuello y acariciando allí con su nariz.

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⏰ Last updated: Feb 05, 2017 ⏰

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