Capítulo Tres

3.1K 224 19
                                    

¿Lectores/as fantasmas? ¡No, gracias! Deja tu huella, deja tu comentario/opinión ^.^

En cuanto llegaron a la discoteca, las dos chicas se apresuraron a entrar al atestado local. Las luces de colores que iluminaban débilmente el lugar, creaban sombras y destellos en el ambiente y la música a todo volumen retumbaba en las paredes. En ese momento estaba sonando la canción de Danza Kuduro y sin pretenderlo, Jennifer y su amiga estaban bailaban, meneando sus caderas mientras se abrían paso y avanzaban hasta la barra a pedirse unos tragos.

Aquello era una misión imposible, los cuerpos se aprisionaban unos con otros, tan juntos que parecía que allí no cabría  ni un alfiler. Jennifer casi cae al suelo con tantos empujones, y sus altísimos zapatos no ayudaban en absoluto en la ardua tarea de avanzar aunque fuesen un par de pasos.

Cada vez que avanzaba un poco, alguien la volvía a empujar hacía atrás y cuando fue a darse cuenta, había perdido de vista a Sarai. Intentó localizarla mirando entre todas esas cabezas que inundaba la pista, pero le fue imposible. Su querida amiga era muy bajita y con tantos hombres altos y con tanta gente, la chica pasaba desapercibida.

<<¿Y ahora qué?>>, se preguntó enfadada con toda aquella situación. Había deseado que llegara la noche del Sábado para divertirse un rato y ahora se encontraba sola y atrapada entre una enorme mole de masa humana. ¡Cómo se notaba que esa noche iba a ver un show especial y que todos en la ciudad sabían sobre eso! Porque sin dudas, ¡todo Londres estaba metido allí!

Decidió apartarse a un lado, arrinconarse contra una pared y esperar a ver si tenía suerte y conseguía encontrar de una vez a su amiga.

Media hora después y entre codazos y empujones, logró sacar el teléfono móvil del bolso y con dedos temblorosos por los nervios, marcó el número de su amiga. Apenas lograba escuchar el pitido que daba el aparato cuando daba señal, así que se lo presionó más sobre la oreja para oír mejor y se tapó la otra con la mano libre. Aún así no consiguió menguar el sonido de la estridente música y el móvil continuaba con su insistente pitido. Nadie respondía y era de esperar, seguro que Saraí no lo podría escuchar la llamada entre tanto barullo.

Con resignación, decidió volver a salir al exterior. Allí no se podía estar, apenas podía respirar y necesitaba aire. Además, quizás Saraí había opinado lo mismo y  había salido también.

Sí, eso era buena idea, allí fuera podría localizarla mejor.

Y con ese pensamiento y con mucho esfuerzo, logró deshacer el trayecto que había recorrido y se dirigió de nuevo hacía la puerta principal.

Una agradable y fresca ráfaga de aire acarició su rostro, dándole la bienvenida al exterior. Inspiró profundamente, sintiendo cómo sus pulmones se llenaban de oxígeno puro y observó el lugar. Todavía había una larga fila de personas que esperaban su oportunidad para poder entrar al local, no sabían que se encontrarían con un hervidero de hormigas.

Siguió inspeccionando la zona, en busca de su amiga, pero no tuvo suerte. Ya no sabía que hacer, lo minutos continuaban pasando sin freno alguno y Saría seguía sin aparecer. Decidió que sería mejor ir hacía el coche de su amiga y esperarla allí, seguro que así tarde o temprano se encontrarían. Y eso hizo, giró sobre sus talones y se marchó de aquel lugar sin demora alguna.

                                                                          ***

Saraí no lograba dar con su amiga, y eso que ella era alta y fácilmente podría destacar entre toda esa gente, pero aún así no consiguió encontrarla. Habían muchas cabezas rubias por allí, pero ninguna era de ella. Decidió probar suerte llamándola al móvil, así que se dispuso a sacar el suyo del bolso para hacerlo. Una gran cantidad de blasfemias surgió de su garganta cuando comprobó que se había dejado su teléfono en el coche. Maldiciendo por lo bajo, se dio la vuelta y regresó por donde había venido. Tenía que regresar a su vehículo y coger el teléfono, era el único medio de comunicación que tenían las dos y de momento, la única forma que tenía para localizarla.

Esclavo de las Sombras (Historia pausada)Where stories live. Discover now