Capítulo 18

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Encontré a Lorena a mitad del camino. Antes de poder decir una palabra saltó sobre mí, casi tumbándome en el proceso.

—¿Qué...

—¡Lo hice! Diablos, lo hice, ¿lo crees? Dios, lo hice, lo hice, lo hice...

Me separé de ella lo suficiente para ver sus mejillas arreboladas por la emoción y sus ojos febriles de alegría. Además, era la primera vez que la escuchaba decir algo tan cercano a una grosería.

—Felicidades —dije con voz estrangulada.

Se soltó de mí y dio un paso atrás, avergonzada.

—Lo siento, es solo que... no tenía muchas ilusiones de que fuera a funcionar. En realidad, ya me había preparado psicológicamente para que me atraparan.

Hice una mueca y preferí no decir que yo también lo había hecho.

—Supongo que ahora solo nos queda esperar a que nos asignen una misión. —Sus ojos se abrieron con pánico—. ¿Y si no nos asignan a la misma unidad? Jamás podría irme por mi cuenta y...

Me apresuré a cortarla antes de que todos los posibles modos de falla aparecieran en su mente.

—De eso me encargo yo, no te preocupes.

—¿Puedes?

Recordando cómo habían terminado las cosas con Darío supuse que podía abusar un poco de mi encanto.

Como si no lo desearas tú también.

—Claro.

Me miraba con una especie de adoración divina y no pude evitar sentirme indigna. No era más que una chica metiéndome en mentiras e intrigas para escapar.

—¿Cuánto tiempo crees que nos tome salir de aquí?

Retomé la caminata, esta vez de vuelta a mi dormitorio.

—Recomiendo que prepares tus cosas esta noche.

—¿Esta noche? Pero...

—Muy ligero. Una mudada de ropa y tal vez algún utensilio básico. No sé cuánto nos tomará llegar a la ciudad.

—Pero...

—Ni una palabra a nadie.

—Pero...

Me giré hacia ella.

—¿Pero qué?

Me sentí mal, sabiendo que el tono que había utilizado era agresivo y cortante, pero si ella empezaba a hacerme todo tipo de preguntas por el plan, o sea: cómo, cuándo, dónde, etc., iba a gritar, porque no tenía nada de eso y me quedaba un largo día por delante para ultimar detalles.

Aun así, me obligué a respirar profundo y dar aunque sea una breve explicación.

—Mañana habrá juego de banderas entre los equipos de élite. —Sus ojos se iluminaron ante la mención de un juego; a veces me costaba recordarme que después de todo ella seguía siendo una niña—. Dado que todos participarán y estarán permitidas tanto la defensa como ofensiva mágica, es nuestra mejor oportunidad.

Asintió sin presionarme.

—Bien. Iré ahora.

Se alejó sin darme tiempo a decir nada y me arrepentí por la brusquedad. Sola en medio del sendero me sentí abandonada y sin nadie con quién hablar. Estaba pensando seriamente que todo el asunto de jugar con mi mente había terminado por trastornarme. Eso o mi SPM ya había llegado.

Sobrevive (Resistencia #1)Where stories live. Discover now