Capítulo 16

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Me siento mal y bien a la vez. Es muy confuso. No sé qué decirle realmente.

-Eh...Lo siento.

-No quiero perderlo, Jane...-susurró hipando y con la voz entrecortada.

-¿A John?

-¿John? Hablaba de Julian.

Me siento una idiota.

-Claro, claro...Te ayudaré, conseguiré un abogado.

-Gracias.-suspiró secando sus lágrimas y separándose de mi abrazo-¿Y por qué viniste? ¿Me ibas a acosar?

-No-rei-Vine para decirte que terminé con Paul. Cancelé el compromiso y...

-¿Compromiso?

¿Recuerdan cuando dije que debía explicarle la verdad sobre el compromiso?

-Larga historia. Paul me propuso  matrimonio en Navidad y...

-¿Y tú aceptaste?

-Estaban mis padres y él me dio pena...No pude...

-¿Entonces me estuviste viendo la cara de idiota todos estos meses?

-¡Cynthia, escúchame!

-No puedo creer que no me lo dijeras...

Estaba llorando de nuevo. Y era mi culpa.

-No creí que fuera necesario...

-Llevamos un año juntas. Nos contamos todo, pero no me dices algo así. ¡Tú sabes hasta cuándo me viene la regla, Jane!

Hice algunos cálculos. No estaba en sus días, eso era claro. Y demostraba que se sentía realmente dolida.

-Cynthia, la gente nos mira...

-¡No me importa!

Me moría de vergüenza. Ahora sé lo que sienten las madres cuando sus hijos pequeños hacen un berrinche en público.

-Hablaremos en casa.-La tomé del brazo y la metí en el auto. Conduje hasta llegar a mi casa y ella entró hecha una furia. Cerré la puerta tras de mí y busqué a Cynthia. Unos gritos que venían del segundo piso me sobresaltaron. ¿Cómo es que corría tan rápido?

Subí las escaleras de dos en dos, y abrí la puerta del cuarto que compartía con Paul, la fuente de los gritos.

-¡Maldito hijo de puta, te odio!

-¡Quítate, por favor!

Cynthia estaba sobre Paul en el piso, ahorcándolo. Éste forcejeaba, pero la rubia poseía una fuerza sobrehumana en este momento.

-¡Cyn, suéltalo!-Intervine y la saqué de encima del pobre chico. Tomó una gran bocanada de aire y me miró. Tenía la ceja abierta y sangre brotando de su mentón.

-¡Déjame, Jane!-Mi amada intentaba zafarse de mi agarre, pero no se lo permití.

-Paul, ve a casa de George.

-Pero...

-¡Que te vayas!

Cuando oí la puerta de calle cerrarse, solté a Cynthia.

-Tranquila...

-Debiste haberme dejado un poco más.

-Nadie quiere ver a Paul  McCartney desfigurado.-Traté de alivianar el ambiente, sin éxito.

-Ahora yo sí.

-Cyn, no fue su culpa...

-¿Ahora lo defiendes? ¿Lo sigues queriendo? ¡Lo sabía!

Would You Let Me Love You?Where stories live. Discover now