Capítulo 4

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Entró a la ducha con una sonrisa en el rostro, había tenido un lindo sueño con la morena, repetía la misma escena de ellos comiendo una deliciosa barbacoa. Luego recordó que no era un sueño, sino que realmente había sucedido, justo un día antes.

Y entonces recordó otra cosa...

¡Ella se iría hoy mismo a su aldea!

Así que apresuró su baño, y se cambió con rapidez. El reloj marcaba las 7, demonios, Karui se iba en 15 minutos, debía correr a la entrada de konoha.

Y no estaba cerca.

(...)

—¿Sai?

La rubia abrió los ojos en un lugar completamente blanco, su cabeza latía un poco, pero podía pensar claramente, intentó levantar su mano derecha, pero algo la detenía. Oh, la mano de Sai, estaba en el hospital, con una intravenosa en la izquierda y su novio durmiendo a su derecha. Se veía incómodo en esa silla, su mano la sujetaba con una fuerza increíble, aferrándose, los dedos entrelazados, sentía su miedo.

No recordaba lo que había pasado, solo recordaba estar discutiendo con él, y de pronto todo se volvía borroso.

—¿S-Sai?— Repitió

Los ojos del azabache se abrieron de pronto, miró a todos lados y luego a ella, y creyó por unos segundos que iba a romper a llorar ahí mismo. Sin embargo, no lo hizo, solo la miro por unos largos segundos y se lanzó sobre ella.

La besó, una y otra vez, su mano derecha se posó sobre su cintura y la izquierda encontró la manera de sujetar su nuca y profundizar el beso.

Ino sintió el alivio en sus besos, y sonrió.

— Mierda, Ino— Se separó de ella y suspiró— Jamás me hagas eso de nuevo, maldición, joder— Y de pronto empezó a reír, pero esta vez con lágrimas en los ojos— Pensé que te iba a perder, y no puedo perderte, no a ti.

—Lo siento— Sonrió y tomo su mano— No sé que pasó...

— Pero yo sí— Interrumpió Tsunade, estuvo en esa habitación durante un minuto antes de hablar— Tenemos que hablar, Ino.

(...)

— ¿Estas bien, Naruto-kun? — Murmuró por tercera vez

— Ya te dije que si, Hinata

—¿Entonces porque le estás poniendo sal a tu café?

El rubio miró su taza naranja, y vio cómo la pequeña montaña de sal se iba deshaciendo en su café. Hizo una mueca de asco, para luego tirar el contenido y lavar la taza.

— Es que mañana sucederá algo muy importante, y tenemos que hacer los preparativos— Se apoyó en el lavabo y sonrió emocionado, luego volteó a ver su novia de repente. Se veía tan hermosa en pijama, su cabello despeinado y esos ojos brillosos que indicaban que se había despertado hace poco, demonios, cómo la amaba— Mañana vamos a revivir a Neji, ttebayo', y tú fuiste elegida como el familiar que dará un poco de su sangre y chakra... Sin embargo, yo creo...

— Lo haré— Se levantó de su asiento y miró a Naruto con firmeza— Definitivamente lo haré, devolveré a la vida a Neji-niisan.

—Espera, Hinata, es muy peligroso—Se cruzó de brazos y la miró— N-No quiero que te pase nada. ttebayo', si utilizas demasiado chakra, tú...

— Naruto, cálmate— Y esta vez sonrió, con una sonrisa apaciguadora, se acercó al rubio y puso su mano derecha sobre su mejilla, y la acarició. El rubio cerró los ojos sintiendo sus caricias, y suspiro afligido.— No me pasará nada, te prometo que estaré bien y Neji también.

«Desire»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora