Capítulo 11

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— Te extrañé— Temari miró a Shikamaru, parecía que quería decirle algo más, pero se quedó callada— Te extrañé muchísimo

Shikamaru la abrazó, no le importo que estuvieran en las calles de Suna repletas de gente, solo le importaba ella y esa aura de tristeza que emanaba, y no entendía la razón.

— Vayamos a tu casa, rubia... ¿O tienes hambre? ¿Q-Qué puedo...?

—No te preocupes por mi— Se soltó de su abrazo y tomó su mano—Solo me alegra verte, sigue ocupándote de la misión, después tendremos tiempo para nosotros.

—Quiero que sea ahora —Contestó, siguió caminando sujetando su mano y acariciándola con el pulgar, él realmente quería estar con ella —Gaara me dará después los archivos, Choji salió con Karui... Tengo tiempo suficiente para dártelo a ti.

— P-Pero Shikamaru...

— Tú casa suele estar vacía a esta hora... Vayamos.

No tuvo tiempo de sorprenderse cuando Shikamaru la levantó del suelo y la puso sobre su hombro. No importó cuanto pataleara y lo insultara, el siquiera se le cruzó por la cabeza bajarla, quería aprovechar el tiempo perdido.

(...)

—Ino...

— ¿Qué sucede Sai?— Murmuró. No le quitó la vista a la olla de arroz, estaba preparando el almuerzo. Aún en casa de Sai— ¿Necesitas algo?

— ¿Qué pasaría si me pierdes?

Soltó el cucharón de madera que sostenía, volteó a verlo asustada y con una expresión inquieta en el rostro, aunque el dibujaba en sus pergaminos con su pincel lleno de tinta pacíficamente.

—¿P-Por qué lo dices? ¿Piensas irte? ¿Me dejarás?

— Por supuesto que no, te lo dije, tú eres como respirar para mí.

Lo dijo tan naturalmente que Ino estaba entre llorar, golpearlo o llorar más, sin embargo siguió cocinando con las lágrimas cayendo por sus mejillas en silencio,  no lo entendía, había tenido esa aura de tristeza desde un día antes. No entendía porque hacia esas preguntas.

— Listo, tuve suficiente...— Apagó la cocina y volteó a verlo, el la vio confundido desde su asiento— ¿Qué demonios te sucede? ¿Qué pasa por tu mente? ¡Nunca me dices lo que te pasa, lo que sientes! Quiero ayudarte... Pero no puedo hacerlo si no me dices que es lo que te pasa.

— Ino, mañana se cumplen 12 años de la muerte de mi hermano.

(...)

Neji miró la puerta esperando a que Tenten entrara, se estaba tardando demasiado... Y tenía hambre. Su entrenamiento había terminado hace menos de 10 minutos, y su estómago rugía, y sus brazos y piernas dolían. Pensó en ir a buscarla, sin embargo decidió esperar, eso sería más propio de él. Se había estado sintiendo raro desde que despertó... No solo por estar muerto durante dos años, sino porque se sentía diferente, cómo más desesperado, con las emociones más al límite. Pero podía controlarlo. Quería hablar, quería hablar con Hinata, con Lee, con Tenten, con sus amigos cómo antes. Pero a veces, casi siempre, las palabras no le salían. Tenía miedo.

—¡Uf! Perdón la demora, Neji, tuve que ir a buscar algo —Dejó su bandeja de comida sobre la mesa a su lado y sacó de su bolsillo unas tijeras y un peine, Neji la miró horrorizado — ¡No me mires así! Sé que te molesta que tu cabello sea muy largo, y no soy mala en esto, yo misma me corto el cabello, te aseguro que no sucederá nada, ni cortaré el cabello más de la cuenta... A menos que eso quieras.

— Córtalo cómo estaba antes.

Y otra vez, ella hizo esa expresión, la misma de sobresalto como cuando habló por primera vez. Pensó que jamás se iba a acostumbrar al nuevo sonido de su voz, más ronca, más grave, pero le gustaba... No iba a admitirlo en voz alta.

«Desire»Where stories live. Discover now