III. Secretaria Decente

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Harry es el jefe del departamento de Aurores, y su secretaria le recordaba a los profesores de Defensa Contra las Artes Oscuras durante sus años en Hogwarts: no duraban más de un tiempo con él. Y es que su esposa, Ginny Weasley, visitaba cada cierto tiempo el Ministerio para aprobar a su secretaria.

—¡Su vestido no cubre lo que debe ir cubierto, Harry! —le había dicho Ginny la última vez que fue al Ministerio. Ariathna Phelps, no era muy eficiente, la mayor parte del tiempo se le insinuaba a Harry, incluso frente a su amigo y mano derecha: Ron Weasley.

Éste no desperdiciaba la ocasión y veía si Harry llegaba a prestarle la mínima atención. Sin embargo, es bien sabido que Harry Potter es muy lento para entenderse con mujeres, por lo que creía que su secretaria era torpe y distraída (rara la vez que Harry la miraba más de cinco minutos a la cara, y que no fuera para darle órdenes).

La última vez que vió a Ariathna Phelps fue cuando llegó a su oficina y está le dejó su número de teléfono muggle. Si, Ginevra Potter había hecho de las suyas con otra de sus secretarías.

Ese día entró a su oficina y encontró a su esposa sentada en su silla, cuando Ginny lo vió sonrió inocentemente, mientras Harry formaba una sonrisa pícara en el rostro.

—Si continúas así acabarás con el personal del Ministerio, Ginny —dijo Harry recargando su espalda en el escritorio para estar frente a ella.

—No es mi culpa que no tengan a alguien con túnicas decentes —se encogió de hombros y se puso de pie para pasearse por la oficina, bajo la atenta mirada de Harry— ¿Por que siempre te mandan a secretarías así? —se giró a verlo con una mueca ante el papel con garabatos (o quizá eran números) y un perfume demasiado fuerte.

—No lo sé, supongo que el apellido Potter me da favoritismo —se encogió de hombros haciendo un gesto de desagrado.

—Hmph, en ese caso yo espero lo mismo.

—Has entrado aquí y nadie te ha detenido, a Ron aún le piden una identificación —dijo Harry con una sonrisa. Se sentó en la silla que Ginny hace poco había abandonado y siguió observándola.

Ginny veía una foto muggle de ella, sobre un pequeño estante, sonrió de lado y fue a la silla frente al escritorio de su esposo.

—Supongo que tienes razón, y por eso he venido —sonrió, mostrando una sonrisa pícara—, hoy vamos a conseguir una secretaría perfecta para ti —hablo jugueteando con el papel garabateado.

Harry sonrió y volvió a colocarse frente a ella ahora inclinándose para besarla.

—Podría tener a Ron como secretaria...

Ginny soltó una carcajada por la sugerencia de Harry, su hermano sería el candidato perfecto para el puesto, sin embargo Hermione no se lo permitiría, o quién sabe. Melín les ayude.

—Hablo en serio Potter, no me iré de aquí hasta no encontrarte una secretaría decente.

Harry rió y volvió a besar a la pelirroja, no importaba cuánto personal tuviera que correr, él sería feliz con una Ginny feliz. Aunque tuviera una secretaría nueva cada semana.

~Primera publicación
(28/Sep/2016.  22:59)

~Publicación editada
(03/Oct/2017.  7:25)
(31/Oct/2017.  9:31)

¡Ey! Ginevra (One-Shots) © [Harry&Ginny]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora