La monótona vida de Newt en el Área se verá irrumpida por la llegada de la primera chica a quien, y al igual que todos, nadie puede reconocer.
Sin embargo, ambos tienen más historia de lo que se imaginan. ¿Acaso fue esa la razón por la que terminó...
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Danna
—Pásame esos platos de ahí.
Sartén me dio la orden y yo le obedecí. Luego de eso seguí con lo mío: comer la manzana. Siempre comía manzanas pero es que era la única fruta que sabía bien en este lugar.
—Podrías hacer otra cosa además de comer. ¿Por qué no me ayudas? —me preguntó Sartén.
—Neh —conteste.
Él rodó los ojos y siguió con lo suyo. Sartén y yo jamás habíamos tenido una gran comunicación, pero admito que quien había jodido la situación era yo.
—Oye, Sartén —lo llamé—. Yo... lo lamento por lo de ayer.
Él suspiró—. Está bien. Supongo que no tuviste un buen día.
«Exactamente», pensé.
Los recuerdos de mí martirizándome por la situación de Newt después de que nos descubriera en el bosque vinieron a mí. No me había dejado dormir, después de que nos echara a Minho y a mí del bosque decidió simplemente desaparecer, aunque pude notar como incluso se abrió paso entre mi amigo y yo golpeando su hombro y luego simplemente ignorándolo. A este ritmo, la actitud de Newt iba terminar volviéndome loca de la preocupación.
«Si tan solo tuviera la valentía de preguntarle...», pensé sabiendo que era algo que solo podría ocurrir en mi imaginación.
El silencio que se generó fue interrumpido por Kevin, quien llegó gritando nuestros nombres.
—¿Alguien de ustedes ha visto a Newt? —preguntó.
Sartén fue el primero en contestar—. No desde ayer. ¿Por qué?
—Aún no vuelve del laberinto —y salió corriendo.
Sartén y yo cruzamos miradas y salimos rápidamente de la cocina. Corrimos hasta la entrada del laberinto en donde se encontraba Alby y los corredores, entre ellos, Minho.
—¿Dónde está Newt? —pregunté apenas llegué.
—Aún no llega —me dijo Alby—. Ahora, Danna, hazme un favor y vuelve a lo tuyo.
—¿Qué? —logré preguntar antes de que uno de los habitantes comenzara a empujarme para que me alejara de ahí—. ¿Cómo que aún no vuelve? ¡Alby! ¡Suéltame!
