La ansiedad

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  El dolor atrajo a la lluvia, ella intentó estar en calma y se sujetaba hacia sus convicciones. No importa si alguien gime o se queja o si grita. Todo es igual para los facinerosos.

—Demetrius, las cosas no siempre son lo que parece, porque lo que sentimos que es emboscada, puede ser una sorpresa o un engaño y para otros son en realidad oportunidades o beneficios para
Matheus —explicó mi madre durante la cena.

—No mamá, él se convirtió en un ser inmundo —fue la seca respuesta que le di a mi madre.

—Bueno, no diría exactamente eso. Confío en que puedan resolver sus diferencias, después de todo es tu amigo.

Movía mi comida de un lado al otro con el tenedor. Mamá había hecho un guiso de lentejas y chorizo colorado. Estaba delicioso, pero me sentía asqueado.

—Está bien —dije, interrumpiendo otra vez —.Tal vez cuando lo vea a la cara las cosas cambien.

—Ahora tienes que ponerte bien y demostrarle a la gente que sos fuerte.

—Lo sé.

Con la garganta quemando, me quedé un rato. Luego, al darme cuenta ya estaba arriba de mi auto conduciendo hasta el hospital general. Quería estar con Mathilde y también quería saber si Monique se encontraba bien.

Me hubiera gustado olvidarlo todo. O, al menos que transcurriera un par de horas más.

Llegué a la guardia del nosocomio y mi vista vagó entre los asientos en zona de espera. Mis ojos se posaron donde soliamos sentarnos mi padre y yo cuando estaba enfermo.

La única persona disponible, para informarme, era una chica morena que estaba de pie en el mostrador. Así que empecé a acercarme... Y de pronto vi a Mathilde, media dormida con la cabeza hacía atrás, con su cabellera rubia encima de su rostro. Parecía un angel vulgar, algo tan maravilloso. Extendí mi mano y sacudí con firmeza su hombro. Ella abrió los ojos y me lanzó una mirada enfurecida.

—¿Qué haces aquí? —exclamó con voz ronca— ¿Qué hora es?

—Van a ser las doce, ya es medianoche. ¿Y bien? —pregunté, mientras me sentaba a su lado.

Mathilde tenía los ojos enrojecidos y centellantes, y dijo:

—Los médicos dijeron que pasará esta noche en observación, porque se golpeó la cabeza por el síncope. En las placas de rayos X y ha salido todo normal.

—¿Y después qué? ¿Le darán el alta médica?

—Seguramente —sí; seguro— escuché que a las ocho de la mañana les dan el alta a todos los que estan hospitalizados en esta zona de la guardia.

—Eso espero.

Que no se fracturara la cabeza fue un milagro —o, por lo menos, así me pareció — . Pensé en voz alta.

Los Deseos de Demetrius    (𝙽𝚘𝚟𝚎𝚕𝚊 𝚝𝚛𝚊𝚜𝚑)Where stories live. Discover now