Salvaje e imparable

507 203 276
                                    

  Llegamos al restaurante, por un momento nos quedamos en silencio y luego Mathilde se desmoronó al ver a su hermano. Le dijo que estaba con un desaliento por causa de Monique y que eso había apuñalado su amistad.

—Yo me siento desamparado por no poder hacer nada. Estoy molesto porque esto va en contra de mi moral, también estuve en contra de lo que sabemos sobre Monique. Así me siento y estoy sumamente enfurecido —dijo Matheus y luego descargó su furia dando un puñetazo a la pared —.¡Estoy harto de que todo sea tan complejo!

Lo que hizo fue desconcertante. Estaba sentado frente a él, conteniendo una respiración agitada. Él echó su cabeza hacia atrás y pensé que iba a llorar como un niño.

—Olvídala. Monique está con ese rastrero y se va a casar. Ella hace lo que el tipo dice, obedece a la manipulación que ejerce sobre la mente de ella —dijo mi esposa sintiendo la impotencia en sus hombros.

—Me duele el corazón de solo pensar en que se casará con ese sátrapa —agregué.

Cerré los ojos y cuando los abrí, el rubio estaba coqueteando con la camarera. La pelirroja se parecía a Monique. De inmediato mi esposa me sujetó el brazo y me dijo al oído que la muchacha era la media hermana de Monique.

Le eché otra mirada a la moza. Por un momento sentí que mi respiración de agitaba al compás de mis latidos.

—Encargué unos mariscos con ensalada de lechuga, pepino y tomate —dijo Matheus, curvando la comisura de sus labios.

—¡Qué delicia!, me crujen las tripas —dije esperando que la chica se alejara de la mesa.

—Esa chica es pariente de Monique —susurró Mathilde.

—¿De qué estás hablando, tonta? —inquirió el rubio.

—Dije que la camarera es la media hermana de Monique.

—Acaso no te diste cuenta que las dos son pecosas, pelirrojas de ojos verdes —agregué.

Matheus echó una mirada furiosa.

—Son prácticamente dos gotas de agua —chilló mi esposa.

—¿Y qué?, Patty también es pelirroja.

—Pero tiene ojos celestes y es dientona —exclamó Mathilde.

Como respuesta, su semblante se tornó pálido como la nieve.

—Es igual a Monique. Es obvio que son parientes —dije.

—No te atrevas a pedirle el número telefónico a esa chica. Te lo advierto —ordenó su hermana.

—Esta chica tiene una tez aceitunada. No se parece en nada a Monique —inquirió.

Luego de oir su excusa, exploté:

—Cuando venga con la comida, por favor no la mires...

—No se preocupen. Mi visión cambió y se volvió más nítida. Me di cuenta que no debo insistir. Tengo a Boyd y es una fija —dijo el rubio en un tono risible.

—¿Por qué? ¿Para no estar solo? ¿Eso realmente deseas? ¿Quieres vengarte del vendedor ambulante o quieres vengarte de Monique? ¿Alguna vez pensaste que tu novia se apartó de tu lado porque te chapaste a otra muchacha? No eres más que un desconsiderado —dije y le retruqué su jugada.

Los Deseos de Demetrius    (𝙽𝚘𝚟𝚎𝚕𝚊 𝚝𝚛𝚊𝚜𝚑)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora