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-sí, sí, ya llegué-

-no quiero que sea como cuando me decías que ya habías llegado a mi casa y apenas estabas saliendo de la tuya-

Me reí, apretando más el celular contra mi oreja.

-no es así. Estoy ya en el aeropuerto, lo prometo-

Lo escuché suspirar.

-Selena, si no llegas a estar ahí te juro que...-

No pude hacer nada más que reírme al ver al rubio frente a mí.
Colgué la llamada y salí corriendo hacia los brazos abiertos de Niall.
Parecía que no lo había visto en años, por más que solo lleváramos unas escasas dos semanas sin vernos.

Su tacto era tal y como lo recordaba; sus brazos me envolvían con facilidad mientras me alzaba, casi haciéndome golpear a la señora que estaba tras de mí. Me reí.

-¡no puedo creer que estés aquí!-

Le dije, con la cara enterrada en su cuello.

-yo también estoy muy feliz de verte-

Me dijo, apretándome con fuerza contra sí.
La gente me veía y parecían creer que yo era una chica que recibía a su novio recién llegado de la guerra, pero la verdad, estaba demasiado feliz de verlo como para preocuparme por eso.

-y ahora que lo recuerdo, me debes un frapuccino de fresa, entonces vamos-

Le dije, alejándome lo suficiente para verlo a la cara. Él frunció el ceño.

-¿y de cuando te debo eso?-

-¿recuerdas en el partido de los Tigers? Dijiste que nosotros íbamos a perder y empatamos, entonces perdiste y me debes un frapuccino-

-Selena...-

-Niall, solo dame el maldito frapuccino-

Horan me soltó, mientras susurraba algo parecido a "maldita tramposa".

-¿dónde queda un Starbucks?-

-cerca de aquí. Podemos pasar, camino al instituto-

-como diga la princesa-

hizo una especie de reverencia, mientras yo le tapaba la cara con la mano, haciéndole perder la estabilidad.

-que sepas que este tipo de babosadas, solo te las aguanto a ti-

le dije, mientras salíamos del aeropuerto. Cuando tenía como ocho o nueve años, en Halloween, mis padres me habían comprado un disfraz. En el paquete de éste decía: condesa azul; en la noche, cuando estábamos recogiendo dulces con Niall una persona me preguntó de que estaba disfraza y yo le respondí "el disfraz es de condesa", y me dijeron "entonces, eres una condesa", y yo me reí y le contesté "no, yo soy una princesa, solo que hoy me disfracé de algo más".

Desde ese día Niall utilizaba cualquier excusa para llamarme así.

-lo sé-

me respondió, mientras yo me abrazaba más a mi abrigo.

-¿cómo va la universidad?-

le pregunté.

-aun no he entrado-

abrí los ojos. Niall se había graduado del instituto hace casi un año y aún seguía sin entrar a la universidad.

-¿por qué?-

-todavía no es el momento-

-no te entiendo...-

le dije, subiendo los ojos. Y es que realmente no lo podía entender: yo daría lo que fuera por entrar ya a la universidad y finalmente hacer lo que quisiera.

-no hay nada que entender: llevo catorce putos años estudiando, un descanso no mata a nadie-

y a él le encantaba decir eso.

-dentro de poco quiero hacer un viaje por todo Europa en carro, recorriendo todos los países-

-suerte pagando la gasolina-

le dije, riendo, totalmente consciente de que había estallado la burbuja de ese sueño.

-cada problema en su momento, Selena-

Kiss & Tell (Harry Styles y Selena Gomez)Where stories live. Discover now