Perrie

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Al día siguiente me levanté y escuché como la ducha sonaba.

-¿Gemma?-

Dentro del baño escuché como cerraban un poco la presión del agua.

-¿necesitas algo?- preguntó una voz masculina. Mi primer pensamiento fue pensar en algún novio de Gemma.

-¿quién eres?-

-tu compañero de habitación-

El solo pensamiento de que había un chico que no conocía al otro lado de la puerta, bañándose, era tan bizarro como me lo había imaginado. Por mi espalda se generó un escalofrío.

-no, no necesito nada-

Mi voz había salido un tanto temblorosa. ¿era acaso legal que mi compañero fuera hombre? ¿Ético?

Caminé hacia la puerta de la habitación de Gemma y toqué dos veces.
La rubia me abrió con el cabello mojado y enteramente vestida.

-¿será que me puedes prestar tu baño?-

-claro, úsalo cuando quieras Selena, puede que no te caiga bien, pero yo a ti te considero una amiga-

Le sonreí y entré al baño. Me enjaboné el cabello rápidamente. Salí para coger mi ropa, la cual había dejado en mi camarote, en quizá el mayor acto de estupidez alguna vez cometido. Caminé en toalla con cuidado, pero apenas me acerqué al camarote pude comprobar que el hermano de Gemma seguía en el baño.

-si quieres te muestro el instituto-

Me dijo Gemma, mientras yo trataba de ponerme el corpiño, sin que Gemma pudiera presenciar nada.

-está bien, solo deja que me vista-

Le contesté, mucho más incomoda de lo que me proponía.

-oh...lo siento, te espero afuera-

Agradecí, mientras ella salí de la habitación. Suspiré. Ahora, lo único que faltaba era que a su hermano le diera la gana de salir del baño justo en ese momento.
Me puse las bragas, unos jeans , mi camiseta blanca favorita y una chaqueta roja del equipo de futbol de mi anterior colegio. Quizá no lo pareciera y era algo que nunca le admitiría a Gemma, pero el haber sido porrista, en Mullingar, me había encantado. Dejé mi cabello suelto, ya que mi madre siempre solía decir que si lo recogía mojado lo "estropearías de por vida".

Le eché una mirada rápida a la cama de arriba: estaba totalmente intacta. Parecía que el hermano de Gemma ni siquiera había pasado la noche aquí.

Abrí la puerta de la habitación, para encontrarme con Gemma.

-aquí vamos-

Dijo, entusiasta, mientras me agarraba del brazo y comenzaba a caminar. Bajamos por las escaleras hasta el primer piso y caminamos por lo que parecía un teatrino, muy al estilo griego, el cual pretendía separar los dormitorios de el instituto en cuestión.
"El instituto mayor de Cheshire" rezaba un letrero justo antes de entrar al lugar. Dios, era increíblemente grande. En los pasillos divisé una cantidad exagerada de rostros que no conocía...odiaba la idea de entrar a mitad del segundo semestre: me sentía desubiacada.

Las aulas pasaban a nuestros lados, mientras Gemma me iba contando algunas cosas, mediante caminábamos. La verdad no podía ponerle atención: estaba aturdida por todos los rostros que se quedaban mirándome como si supieran que estaba totalmente fuera de lugar.
Llegamos a unas grandes puertas de metal blanco, donde arriba se encontraba un letrero que decía "Cafetería". Gemma las abrió, dejando ver una muy cuadriculada cafetería.

-todos tienen su lugar aquí...solo tienes que buscar el tuyo-

Habían cinco mesas: una mesa llena de chicas con faldas cortas y pompones (no me hubiera sorprendido que su lema fuera "los miércoles usamos rosado"); esa era la razón por la cual detestaba que se supiera que yo era porrista: adoraba animar, no creerme superior a todos solo por tener pompones. En la mesa de al lado se encontraba una turba de chicos ruidosos, tirando cosas de un lado a otro. La mesa siguiente tenía a varios chicos los cuales yo categorizaría como estudiosos fracasados sin una vida nocturna: con un libro en frente a ellos y restos de comida en su ropa, regalo de los chicos de la mesa de al lado, supuse. La penúltima mesa tenía a algunas personas con perforaciones y una que otra patineta, aunque parecían los más calmados de todos, y por último había una mesa enteramente vacía.

-¿para que la mesa vacía?-

-no quieres sentarte ahí nunca, jamás. Esa mesa es la mesa de la muerte social-

Asentí, mientras comenzaba a ver cuan exagerados eran estos ingleses. En Mullingar habían mesas y quien quisiera se sentaba en donde le diera la gana.

-y ¿qué pasa si no siento pertenecer a ninguna?-

-mmm, en la mesa de las chicas con pompones también califican las novias de los deportistas, por si te interesa-

-no lo hace-

Dije, extrañada por la insinuación.

-entonces te puedes sentar conmigo y mis amigos-

Sonreí. ¿Por qué se estaría portando tan amablemente Gemma?
Salimos de la cafetería y continuamos recorriendo el instituto, al parecer las dos teníamos esa hora libre.
Seguimos con la biblioteca y terminamos en el gimnasio

-aquí se entrena, si es que te gustan los deportes, y también son la practica de las porristas-

-¿Dónde están?-

Pregunté.

-en la esquina de...oh no-

Dijo Gemma, mientras notaba como cinco chicas comenzaban a caminar en nuestra dirección.

Eran 5 chicas, todas altas, de cabello bonito, ojos bonitos y buen cuerpo; parecían barbies y no por lo de ser bonitas, sino que parecían plásticas. Este parecía un vago intento de ser la secundaria de Mean Girls.
La primera era claramente la líder: rubia y de ojos azules, con el cabello un poco ondulado, y la cantidad de maquillaje necesaria para ser utilizada en un resital de baile de minimo doce actos, con dos diferentes estilos por cada acto.

-esa es Perrie....- dijo Gemma con la voz envenenada.

Yo aguardé en silencio mientras las porristas se acercaban a donde estábamos Gemma y yo.

-hola bonita-

Me dijo Perrie, mientras engarzaba uno e sus dedos en mi cabello. Mi reacción fue alejarme un poco. Ella solo rió.

-¿Por qué estas con ella? No se si lo sepas, pero la apariencia aquí es algo muy importante-

Perrie sonreía de manera exagerada mientras comía chicle rosa y hacía bombas con este. Tenía los dientes raros, los delanteros estaban montados uno sobre el otro, y sus pomulos y labios parecían que estuvieran llenos de colageno. Quizá sí lo estuvieran.

-oh no te preocupes por mí- la escaneé de arriba a abajo, y cuando mi voz salió, estaba empapada en sarcasmo, -bonita. Sé que la imagen es muy importante, justo por eso estoy aquí con ella-

La chica me miro horrible, movió su cabello de un lado a otro, con bastante indignación.

-mala decisión...-

Dicho eso se fue, seguida de las otras porrisitas.

-eso fue asombroso- me dijo Gemma.

-detesto decir mentiras- le dije sonriendo.

Comenzamos a caminar, en dirección a la gradería. Las manos de Gemma empezarona tantear sus bolsillos. Ella soltó un juramento.

-ou...tengo que ir por mi telefono a la habitación... ¿Qué tal si te sientas aquí y esperas a que vuelva? ¿sí?-

-claro-

Me senté en la gradería del gimnasio: estaba pintada con los colores del colegio, rojo y blanco, mientras Gemma desaprecia por la entrada de éste. Según mi horario me faltaban 15 minutos para empezar mi primera clase, biología, que aburrido...

Kiss & Tell (Harry Styles y Selena Gomez)Where stories live. Discover now