ATRAPADO

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A mis 22 años estaba lleno de posibilidades, el futuro parecía una gran promesa. La manera en que me veía mi madre era semejante a como se mira un gran tesoro acumulado por años. Sin ninguna duda no existía en el mundo nada más valioso para ella que yo.

Beso mi frente. Luego me miró con la misma mirada tierna que me daba cuando era niño. Pero ahora, siendo un hombre ya, creo que entendió que la ternura sola no era suficiente. Sobre todo cuando, ahí, sentado a su lado, su hijo le pedía explicaciones sobre una de las emociones más difíciles de entender: el amor y cómo lo había vivido. 

Tomó aire y levantó la vista para construir el recuerdo más importante de si misma.  

 -Alguna vez hace años pensé que el amor era eterno. Cuando lo perdí creí que el mundo se terminaba para mí. Me sentí traicionada cuando tu padre desapareció de mi vida. Como si solo hubiera sido un juguete en sus manos. Pero ¿sabes? En mi vientre estaba la semilla de lo verdaderamente eterno. Entonces descubrí de qué manera se defiende el amor: cuando tomas la decisión de decirle a otro que lo amas, es porque has valorado el peso de esa palabra. Todo el mundo se me vino encima. Pero yo lo amaba. Y de su amor no tenía nada. Ni siquiera su promesa de amarme siempre. Solo esa sensación de haberlo perdido y no saber donde encontrarlo. Porque cuando alguien ya no quiere estar a tu lado es imposible detenerlo. Sin embargo y paradójicamente ya se había quedado en mi vida. No solo como recuerdo, sino de manera real... te pareces mucho a él. Desde que eras un niño. Espero haberte educado de manera diferente. Para mí eres el mejor hombre sobre la faz de esta tierra.

- No me atrevería a engañar jamás a una mujer.

- No lo hagas. No se engaña a otro en realidad. Cuando mientes, te mientes a ti mismo. Te niegas la posibilidad de construir algo hermoso, porque nada se puede construir en la ciénega de la mentira.

- Gracias por enseñarme tanto. Tu vida es ejemplo para mí.

- Es lo único que quiero... ahora descansa. Ya hemos hablado mucho. Mañana es día de clase.

Se fue a su habitación. Apagué la luz y en la penumbra mis pensamientos se fueron diluyendo en el sopor del sueño.

- ¡Atrápenlo! Se atrevió a entrar al castillo, viene de los aposentos de la princesa.

Cayeron sobre mí, inmovilizándome. A golpes me inclinaron hasta ponerme de rodillas. Agachado pude percibir unos pasos que se acercaban y una voz tronó llena de rabia.

- Así que tú eres el intruso que se atrevió a profanar mi palacio. ¿Qué te hizo sentir que podías hacerlo sin que yo me enterara?

El rey... No podía levantar la vista, unas manos sujetaban fuertemente mi cabeza. Me atreví a responder.

- Señor, no he profanado nada.

- ¿Acaso piensas que soy un estúpido que no sabe siquiera que pasa en su propia casa?

Una fuerte patada en mi estómago me dejó sin respiración.

Mañana serás decapitado. Y ni con tu miserable vida pagarás la ofensa que le has hecho a mi nombre. ¡Llévenselo!

Me llevaron a rastras a una mazmorra y colocaron grilletes en mis manos y pies. Estaba indefenso y condenado. Sin más juicio que la voluntad de ese hombre.

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⏰ Última actualización: Sep 10, 2016 ⏰

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UNA PRINCESA VESTIDA DE NEGRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora